Debates de rigor
La polarizaci¨®n y el malestar con la campa?a pueden convertir los debates en decisivos
La celebraci¨®n de debates electorales durante esta campa?a restablece un uso democr¨¢tico ausente desde 1993, ¨²nica fecha en la que tuvo lugar en Espa?a un cara a cara entre los dos principales candidatos a la presidencia del Gobierno. Se trata de un uso imprescindible para que las propuestas de los partidos no se diluyan en el espect¨¢culo propagand¨ªstico y adquieran un mayor calado pol¨ªtico.
Los ciudadanos tienen derecho a contar con el m¨¢s amplio n¨²mero de elementos de juicio para inclinarse por una u otra alternativa y los partidos tienen la obligaci¨®n de ofrec¨¦rselos. La confrontaci¨®n p¨²blica y directa entre los candidatos aporta una informaci¨®n que no pueden proporcionar los m¨ªtines o los espacios publicitarios de campa?a. Sobre todo cuando, como ocurre ahora, los partidos han empezado a controlar f¨¦rreamente la informaci¨®n sobre los actos que celebran y pretenden utilizar los medios de comunicaci¨®n como simples correas de transmisi¨®n de sus esl¨®ganes. Seg¨²n queda de manifiesto en la encuesta que publica hoy este peri¨®dico, los ciudadanos son conscientes de esta situaci¨®n y se manifiestan mayoritariamente cr¨ªticos con el desarrollo de la campa?a. Hasta un 77% de los encuestados considera que la campa?a y la precampa?a no les ha resultado de utilidad.
La f¨®rmula minuciosamente negociada entre populares y socialistas para aceptar el debate a dos vueltas entre sus l¨ªderes ha supuesto una severa limitaci¨®n de las posibilidades de asistir a aut¨¦nticos cara a cara, adem¨¢s de una merma innecesaria del papel que deben desempe?ar los profesionales de la informaci¨®n. El encuentro del pasado lunes entre Zapatero y Rajoy se convirti¨® en una sucesi¨®n de mon¨®logos, con temas, tiempos e intervenciones no ya tasadas, sino impuestas como un cors¨¦ paralizante a los protagonistas, incluido el moderador. Aun as¨ª, el cara a cara podr¨ªa haber influido en otro de los datos relevantes de la encuesta, a juzgar por los datos de audiencia: la participaci¨®n se ampl¨ªa hasta el entorno del 75% del censo.
Aunque no es imaginable ning¨²n cambio en el formato para el segundo de los debates pactados, s¨ª resultar¨ªa conveniente que Zapatero y Rajoy lo abordasen de manera distinta del primero. Para empezar, no resulta aceptable el recurso a estad¨ªsticas manipuladas, cuando no abiertamente falsas, como ocurri¨® en el debate del pasado lunes. Tampoco parece que los reproches deban ocupar otra vez el lugar que corresponder¨ªa a las propuestas de Gobierno. La encuesta que publicamos hoy muestra una creciente polarizaci¨®n en torno a los dos grandes partidos, con ventaja para los socialistas. Es otro resultado que pone de manifiesto la importancia de los cara a cara para decidir estas elecciones.
Si desde 1993 la exigencia era que se celebrasen debates, ahora que han regresado al centro de la campa?a electoral es momento de reclamarles rigor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.