Dos estilos enfrentados
Rajoy sigui¨® su tarea de demolici¨®n, mientras Zapatero hilvanaba una propuesta de futuro
Todav¨ªa es dif¨ªcil de entender que este pa¨ªs haya celebrado tres elecciones generales en quince a?os sin cotejar las propuestas de los dos principales candidatos en debates televisivos. El segundo debate entre Rajoy y Zapatero demostr¨® la funcionalidad de esta confrontaci¨®n en la que se consigue una congregaci¨®n excepcional de ciudadanos. Si el foro tradicional de los m¨ªtines en este pa¨ªs, las plazas de toros, fuera la medida de la movilizaci¨®n habr¨ªa que decir que noches como la de ayer y la de hace una semana consiguen multiplicar por mil el efecto. Esta segunda comparecencia tuvo, adem¨¢s, la ventaja de soltar a los dos contendientes, que proporcionaron m¨¢s argumentos a los electores que en la primera ocasi¨®n.
El candidato de la oposici¨®n prosigui¨® e incluso mejor¨® en su tarea de demolici¨®n de la legislatura y, m¨¢s en concreto, de la figura del presidente del Gobierno. Poco se sabe sobre c¨®mo quiere gobernar Rajoy y mucho en cambio sobre su radical descalificaci¨®n de todo cuanto tenga que ver con Zapatero, desde el balance hasta cualquiera de sus propuestas. El presidente del Gobierno expuso, en cambio, un paquete de ideas para enfrentarse a la desaceleraci¨®n econ¨®mica y ofreci¨® un horizonte de c¨®mo quiere gobernar en la pr¨®xima legislatura.
Unas declaraciones del secretario de comunicaci¨®n del PP, Gabriel Elorriaga, se han revelado la pauta sobre la intervenci¨®n ayer por la noche de Mariano Rajoy: "Sembrar dudas sobre la econom¨ªa, la inmigraci¨®n y las cuestiones nacionalistas". Con este m¨¦todo, se podr¨ªa "desalentar a los votantes socialistas". Es evidente que Rajoy no se ha ocupado de los precios de los alimentos hasta el pasado mes de diciembre. Pero tiene poco sentido el empecinamiento de Zapatero en demostrar que la primera pregunta de Rajoy en el Parlamento no ten¨ªa nada que ver con la econom¨ªa. Mayor es todav¨ªa la incongruencia de Rajoy, pretendiendo demostrar con una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad que Zapatero ha dado cobertura a la guerra de Irak despu¨¦s de retirar las tropas.
En materia de terrorismo Zapatero no consigui¨® que su rival se comprometiera, como ¨¦l, a apoyar sin condiciones la pol¨ªtica antiterrorista del futuro Gobierno si ganaba el PP. Este partido apoyar¨¢ s¨®lo si el otro hace la pol¨ªtica que ¨¦l propone. Al presidente le faltaron reflejos para refutar esa contraposici¨®n entre derrota y final pactado, cuando la una es condici¨®n para el otro: precisamente porque ETA estaba muy d¨¦bil era obligado intentar ese final tras tres a?os sin muertos; y porque el Gobierno no acept¨® negociar concesiones pol¨ªticas rompi¨® ETA la tregua.
El candidato del PP no se ape¨® de la actitud agresiva que caracteriz¨® el primer debate, y el candidato socialista, en cambio, supo reaccionar con energ¨ªa a las embestidas de su adversario. No es extra?o que las encuestas den a Zapatero como vencedor, incrementando la diferencia respecto al anterior.
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