La pol¨ªtica

Hace tiempo le pregunt¨¦ a Rosa Aguilar que por qu¨¦ no montaba un partido nuevo; le dije que ella me gustaba pero que IU me parec¨ªa un disparate, y que hab¨ªa m¨¢s gente que pensaba lo mismo. Rosa, claro, se desmarc¨® de la cr¨ªtica a su propio grupo, pero hizo una observaci¨®n muy interesante. Es casi imposible montar un partido nuevo, vino a decir; no hay manera de reunir el dinero suficiente, ni el apoyo, ni las infraestructuras. He pensado en estas palabras viendo el denodado esfuerzo de Rosa D¨ªez y los suyos por sacar adelante la opci¨®n electoral de UPyD. Solos y arrinconados en los medios, los veo bregar contra las dificultades como quien camina contra un vendaval. Por lo menos su pobreza les ha librado de algo tan catastr¨®fico como los grotescos anuncios electorales de la tele.

En la transici¨®n, las listas abiertas nos parec¨ªan el colmo de lo reaccionario. Lo importante no son las personas sino los partidos y sus programas, repet¨ªamos con t¨®pica convicci¨®n progre. Con el tiempo, sin embargo, he ido viendo que los partidos mienten, manipulan y se desdicen de sus programas demasiado a menudo, y que muchas veces terminan siendo meros grupos de poder empe?ados en perpetuarse a cualquier precio. Yo hoy desear¨ªa poder votar con listas abiertas a aquellas personas que me parecen decentes. Por ejemplo, me gusta Cristina Narbona (todo mi apoyo contra la carcunda cazadora); y, ya lo dije, Rosa Aguilar. Y la estupenda Mar¨ªa San Gil. Vaya, me han salido todas chicas, pero es casualidad y m¨¦rito propio: hay pol¨ªticas del PSOE y el PP que me parecen nefastas. Por cierto, para m¨ª el candidato m¨¢s s¨®lido de estas elecciones es otra mujer: Rosa D¨ªez. Porque es coherente, porque no es sectaria, porque con sus sensatas y peque?as verdades deja en evidencia las grandes carencias y las malas maneras de los partidos grandes.