Voy a votar
El pasado 13 de marzo de 2004, en este mismo diario y bajo el t¨ªtulo Voy a votar, realizaba una serie de reflexiones en las estaban presentes los asesinatos que dos d¨ªas antes hab¨ªan tenido lugar en Madrid. Dec¨ªa entonces, y sigo diciendo ahora, que la forma de demostrar la libertad en un Estado que quiere ser libre, y que es libre, es votando. Y es as¨ª, por cuanto supone la participaci¨®n individual; la de cada ciudadano en concreto en la soberan¨ªa por cuanto reside en el pueblo. A mayor grado de participaci¨®n mayor compromiso de los ciudadanos con el sistema democr¨¢tico. Es la forma, como demuestra la experiencia hist¨®rica de cualquier pa¨ªs, a trav¨¦s de la cual los derechos humanos puedan desarrollarse. Basta pensar un poco; basta hacer un peque?o ejercicio de memoria para reconocer que, al margen de las opiniones puntuales e interesadas que puedan darse en determinadas coyunturas y atribuirse a uno u otros partido pol¨ªticos, los derechos humanos en Espa?a, su protecci¨®n y su extensi¨®n, s¨®lo se han dado en y con la democracia. Este reflejo en el ¨¢mbito del Estado puede atribuirse, en mayor o menor medida, a uno u otros grupos pol¨ªticos pero su realidad es que s¨®lo han podido hacerse presentes gracias al sistema democr¨¢tico; a todos los grupos pol¨ªticos y a la participaci¨®n de los ciudadanos.
Sin el sistema democr¨¢tico, y sin la participaci¨®n ciudadana, ni hubieran tenido lugar los avances sociales que tenemos ni la democracia se hubiera consolidado. La democracia, mediante el ejercicio de la libertad y la participaci¨®n deja atr¨¢s, y para la Historia, aquellos sistemas inspirados en los fanatismos pol¨ªticos y religiosos que sin descanso, y como cuentos de nunca acabar y siempre acabados, han servido para atorar y destrozar parte de la juventud de muchos.
S¨ª, como entonces; como dec¨ªa en aquel art¨ªculo de 13 de marzo, este pr¨®ximo 9 de marzo, cuatro a?os despu¨¦s, tambi¨¦n voy a votar. Y no s¨®lo por lo que hasta aqu¨ª estoy hablando. No s¨®lo porque con mi voto ejercito mi libertad; no s¨®lo porque mediante mi voto sigo comprometi¨¦ndome con el sistema democr¨¢tico, sino tambi¨¦n por algo m¨¢s.
En aquellas elecciones, en un tiempo en el que las l¨¢grimas de todos empapaban Espa?a y Andaluc¨ªa, contraje un compromiso con los asesinados en Atocha. Decid¨ª, como muchos ciudadanos, tener una participaci¨®n activa. Una participaci¨®n que s¨®lo pod¨ªa realizar con el ejercicio del sufragio activo; de ah¨ª que ahora, este 9 de marzo, sirva para renovar mi compromiso con aquella promesa que hice y con el sistema democr¨¢tico. S¨ª, voy a votar. Son estas reflexiones, que hoy me permito traer a esta p¨¢gina a modo de volver a compartirlas, las que van a hacer que me acerque a las urnas. Es verdad que hay muchas otras, que tambi¨¦n podr¨ªan acompa?arlas y que motivar¨ªan este acercamiento. Es verdad que si se quiere no habr¨ªa dificultad y podr¨ªan detallarse en toda su definici¨®n. Incluso, mediante un peque?o ejercicio de memoria y causalidad, podr¨ªan atribuirse a uno u otros grupos pol¨ªticos en mayor o menor medida. Podr¨ªa hablarse de lo conseguido; de lo que no se ha logrado en Andaluc¨ªa, y lo mismo servir¨ªa para el resto de Espa?a. Sin embargo, si as¨ª lo hiciera, perder¨ªa el sentido de estos razonamientos. Unos razonamientos que en su d¨ªa, y como a tantos otros, me ayudaron a no dejar de ir a votar. Unas reflexiones que hoy siguen, y que seguir¨¢n siendo v¨¢lidas, haciendo que me acerque a cumplir este compromiso. Tambi¨¦n con la tranquilidad que me da el saber que con mi voto demuestro mi libertad que, en una especie de comuni¨®n con la libertad de todos mediante su voto, garantiza la libertad colectiva y fortalece una ciudadan¨ªa democr¨¢tica que legitima el poder y, por tanto, se aleja de fanatismos de todo tipo, que son tan peligrosos para una convivencia en paz por cuanto justifican el poder al margen de la comunidad.
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