Legislaturas f¨¢ciles o dif¨ªciles
Puede que el resultado final, el pr¨®ximo domingo, lo desmienta, pero, por ahora, estas elecciones se est¨¢n presentando como las m¨¢s disputadas de la historia reciente. Los dos debates televisados (con audiencias espectaculares) han "metido" a la gente en la campa?a electoral y a cuatro d¨ªas de las elecciones da la impresi¨®n de que los t¨¦rminos del encuentro est¨¢n perfectamente marcados y definidos. Habr¨¢ mucha o poca participaci¨®n, pero desde luego no ser¨¢ por falta de incertidumbre, de tensi¨®n pol¨ªtica ni de conocimiento de los asuntos en cuesti¨®n. M¨¢s bien al contrario, se podr¨ªa decir que los temas de esta campa?a han sido muy reconocibles por los ciudadanos, con muy pocas, o mejor dicho, pr¨¢cticamente ninguna sorpresa. Tampoco se podr¨¢ decir que no se conozca el car¨¢cter o la credibilidad personal de los dos candidatos, porque ese fue, seguramente, el elemento b¨¢sico del enfrentamiento del pasado lunes.
Las leyes electorales impiden ya que se difundan nuevos sondeos que reflejen la intenci¨®n de voto. La ¨²ltima "foto" del electorado ofrec¨ªa algunas contradicciones y, sobre todo, dejaba abiertas las dudas sobre la atribuci¨®n de algunos esca?os que siguen bailando y que pueden caer de un lado o de otro por peque?as diferencias. Imposible saber qu¨¦ influencia real habr¨¢ tenido el segundo y ¨²ltimo debate en ese pu?ado de imprescindibles votos. Imposible calcular la eficacia del mensaje de cada uno, cara a arrastrar a los ¨²ltimos indecisos y a ara?ar los ¨²ltimos votos, esos que pueden dar o aumentar la mayor¨ªa c¨®moda que reclama Zapatero o que pueden terminar dibujando una de las legislaturas m¨¢s complicadas de nuestra historia.
En los pocos d¨ªas que restan, los dos grandes partidos tendr¨¢n que acertar en el ¨²ltimo mensaje: un excesivo optimismo puede desmovilizar, pero renunciar al optimismo puede tambi¨¦n desalentar a quienes deben hacer el ¨²ltimo esfuerzo. De momento, son los socialistas los que se muestran p¨²blicamente m¨¢s confiados, mientras que los populares juegan la otra carta. Quedan cuatro d¨ªas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.