"Yo de mayor ser¨¦ notaria. El arte es s¨®lo un 'hobby"

Se ha convertido en la alumna del mes en su colegio, y as¨ª lo confirman los recortes sobre ella que figuran en el corcho de la entrada en la Escuela Andersen de Terrassa (Barcelona). Lidia Espinosa expondr¨¢ pronto en la Tate Modern tras ganar el Concurso Internacional de Arte Unilever para escuelas, frente a 125.000 alumnos de todo el mundo.

Esta ni?a expondr¨¢ en la Tate Modern tras ganar un concurso de arte

La cita es para merendar al acabar las clases. La recogemos a la salida del colegio, donde nos esperan la directora y la profesora de artes pl¨¢sticas, la madre, el hermano y la abuela de la ni?a. La ¨²ltima en saludar es Lidia. Delgada, con gafas, pelo largo, vaqueros, un oscuro chaquet¨®n tres cuartos, una camiseta encima de otra y unas botas gruesas por fuera del pantal¨®n. Todo muy normal en una ni?a de 11 a?os que cursa sexto de primaria y cuyo f¨ªsico muestra s¨ªntomas de que la pubertad no anda muy lejos.

Lidia no se inmuta. Juega al yoy¨® como si con ella no fuera la cosa o como si estuviera acostumbrada a que le hagan tanto caso. El d¨ªa anterior la ha recibido el alcalde en un acto oficial y le ha regalado unos pendientes con la forma del castillo de Palau, monumento local, que luce encantada en sus orejas. Tambi¨¦n la han entrevistado en la televisi¨®n local.

No tiene apetito, pero al final accede a tomar un zumo de naranja, y de paso le endosan un donut que terminar¨¢ en el bolso de la abuela para el desayuno de la ma?ana. "No me gusta comer mucho", dice. La estad¨ªstica sobre la obesidad infantil no va con ella.

No es f¨¢cil hablar con Lidia, se describe como t¨ªmida, aunque se le nota muy segura de s¨ª misma. Antes de merendar, la profesora y su madre comentan que Lidia sab¨ªa que iba a ganar: "Ya ver¨¢s como lo gano", dicen que dec¨ªa. Y lo gan¨®. "Si me propongo algo, lo hago", asegura como si fuera lo m¨¢s normal. La pieza ganadora, Beauty and difference, est¨¢ basada en el montaje Shibboleth de la artista colombiana Doris Salcedo, una enorme grieta en el suelo que apunta hac¨ªa el infierno. La escultura est¨¢ realizada en barro y juega con el bien y el mal, el ¨¢ngel y el demonio: "Todo el mundo tiene un lado bueno y otro malo, y la forma la saqu¨¦ de este collar", precisa agarr¨¢ndose a una pieza peque?a de plata que lleva en el cuello: "Es mi amuleto, me lo regal¨® mi padre".

Mientras, en la retaguardia de la mesa vigilan madre, abuela, hermano, directora, profesora y la encargada de comunicaci¨®n del concurso. Hemos llenado la pasteler¨ªa. Afirma que est¨¢ muy contenta, que le apetece ir a Londres y que se defiende bien en ingl¨¦s. Es la ¨²nica del grupo familiar que lo habla. Lidia es la alumna con mejores notas de su clase. Notables y sobresalientes. La ¨²nica materia que se le da un "poco mal" es la educaci¨®n f¨ªsica y su preferida es pl¨¢stica.

Uno puede pensar que Lidia de mayor quiere ser artista. Pues no. "Quiero ser notaria", suelta convencida. Lo tiene clar¨ªsimo. M¨¢s tarde, su madre, su profesora y su directora confirman su inclinaci¨®n. "Lo dice desde hace tiempo, y cuando ella quiere algo...", asienten las tres al un¨ªsono. ?Y el arte? "No s¨¦. Lo veo m¨¢s como un hobby, no como algo para ganarse la vida. Muchos me dicen que deber¨ªa porque lo hago bien, pero no s¨¦". Y una ¨²ltima pregunta de comprobaci¨®n. ?Te gusta jugar con la videoconsola? "Pues, no mucho". Est¨¢ claro, Lidia y las estad¨ªsticas no se llevan bien.