El arte de la f¨¢brica
Martes, 4 de marzo. El delegado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Mart¨ª, ha citado a un grupo de periodistas para una visita a la nave central del recinto de Fabra i Coats, en Sant Andreu de Palomar. Son 12.000 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas, destinados a convertirse en f¨¢brica de creaci¨®n, un centro que albergar¨¢ una escuela de las artes -m¨²sica, teatro, danza- y diversos talleres. Pero hay que echarle mucha imaginaci¨®n, porque de momento no es m¨¢s que un enorme cas¨®n -eso s¨ª, bien conservado- en el que todav¨ªa es posible rastrear la antigua dedicaci¨®n fabril, que se mantuvo, ya muy debilitada, hasta 2003. Por los rincones aparecen viejos archivadores desbordados de papeles, bobinas de hilo desperdigadas, una calculadora de teclas y manivela, una balanza de hierro colado que todav¨ªa funciona y misteriosos mensajes colgados de las paredes -"recambios n¨²mero 3"- que en su d¨ªa debieron de tener un significado muy preciso en la cadena de producci¨®n.
Otro "despedazado anfiteatro de las nostalgias de una burgues¨ªa". La primera reacci¨®n que produce este lugar es el cl¨¢sico s¨ªndrome barcelon¨¦s del contenedor vac¨ªo. El Ayuntamiento, todav¨ªa presidido por Joan Clos, adquiri¨® los terrenos a finales de 2005 con la idea de convertir el solar, conocido como Ca l'Alzina, en un gran polo de servicios en el eje de la futura estaci¨®n de la Sagrera, con viviendas de alquiler para j¨®venes, escuela p¨²blica, zonas verdes, residencia para artistas y en medio la f¨¢brica de creaci¨®n, todav¨ªa sin proyecto ejecutivo, pero que el municipio prev¨¦ abrir en fase experimental en verano de 2009.
En la cultura, pues, est¨¢n depositadas las esperanzas para llenar espacios industriales condenados por la gran crisis de los a?os setenta y apuntillados por la globalizaci¨®n. ?De tanta cultura disponemos? Mart¨ª piensa que s¨ª, aunque no oculta cierta angustia ante tanto metro cuadrado vac¨ªo. Adem¨¢s, una parte del edificio, informa, estar¨¢ destinada a explicar la historia de la Compa?¨ªa An¨®nima de Hilaturas Fabra & Coats. Bueno, ah¨ª desde luego hay materia, una materia que el Centre d'Estudis Ignasi Igl¨¦sias ha empezado a esbozar en un estudio reciente.
Fabra & Coats se constituy¨® en 1903 como resultado de la fusi¨®n entre la Sociedad An¨®nima Fabra y Portabella -de los socios Camil Fabra, futuro marqu¨¦s de Alella, y Manuel Portabella-, con f¨¢bricas en la Sagrera, Sant Andreu y Manresa dedicadas a la hilatura de mercer¨ªa y a las redes de pesca, y la escocesa (de Glasgow) J&P Coats, gigante que a principios del siglo XX acaparaba el 80% de la producci¨®n brit¨¢nica de hilo de coser y ten¨ªa industrias en Europa, Am¨¦rica y Asia. Coats estaba ya introducida en Catalu?a, pues en 1895 hab¨ªa adquirido la colonia fabril de Borgony¨¤, a orillas del Ter. En 1911 la empresa contaba en Sant Andreu con 1.600 trabajadores y destacaba por sus iniciativas sociales, siguiendo el modelo anglosaj¨®n: guarder¨ªa para hijos de los empleados (1909), montep¨ªo de socorro mutuo (1912), reducci¨®n de la jornada laboral a 50 horas semanales (1913) -cuando el decreto que regulaba el sector la situaba en 60-, sistema de pensiones (1925), etc¨¦tera. Fue adem¨¢s la primera empresa espa?ola que estableci¨® 15 d¨ªas de vacaciones remuneradas al a?o. Colectivizada durante la guerra, no sufri¨® grandes desperfectos. En 1946, fue pionera en la fabricaci¨®n de cremalleras, que resultaron decisivas en la ¨¦poca de esplendor de los a?os cincuenta y sesenta. En 1965 la planta de Sant Andreu alcanz¨® los 2.383 trabajadores. Luego sobrevino una lenta decadencia. Pero junto al recinto est¨¢n todav¨ªa activas las oficinas comerciales de Coats Fabra, SA, como pas¨® a denominarse la empresa a partir de 1991, y tambi¨¦n se halla la sede de la asociaci¨®n Amics de Fabra & Coats.
El Museo de Historia de Barcelona es ahora el encargado de guardar toda esta memoria, fundamental para explicar la ciudad de los siglos XIX y XX. En cuanto al futuro, que el arte nos acompa?e.
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