"Era el m¨¢s guapo de Montparnasse"
"Es un rayo de sol hecho ni?o. Algo mimado, algo caprichoso, pero hermoso como un amor". Amedeo Modigliani (1884-1920) era el hijo menor de una familia de cuatro hermanos. Quien as¨ª le describ¨ªa era su madre, Eugenia, cuando el embri¨®n de artista ten¨ªa alrededor de siete a?os.
Pero su imponente belleza y simpat¨ªa no s¨®lo sedujeron a su familia. Fue adorado primero en su Italia natal y despu¨¦s en Francia. Su corta y azarosa vida (muri¨® con 36 a?os) afront¨®, en cambio, un cruel rosario de enfermedades pulmonares y una a¨²n m¨¢s peligrosa adicci¨®n al alcohol y a otras drogas. Dej¨® casi 200 obras entre pinturas y esculturas y destruy¨® muchas m¨¢s. Muri¨® pobre como una rata y nadie puede ni imaginar lo que pensar¨ªa de las cifras r¨¦cord que despu¨¦s conseguir¨ªan sus telas en las grandes subastas de Londres o Nueva York.
El historiador Herbert Lottman (Nueva York, 1927) publica ahora Amedeo Modigliani, pr¨ªncipe de Montparnasse (galer¨ªa Miquel Alzueta), primera biograf¨ªa sobre el artista italiano editada en espa?ol. El autor del libro es corresponsal en Par¨ªs de Harper's, Saturday Review y The New York Times.
Lottman ha querido hacer una biograf¨ªa al m¨¢s puro estilo anglosaj¨®n. Ha reconstruido la historia de Modigliani tras dos a?os de dura investigaci¨®n en Italia y Francia, a partir de kilos y kilos de papeles y archivos. La colaboraci¨®n ha sido total. Con una excepci¨®n: Christian Parisot, marchante franc¨¦s vinculado a Giovanna, la ¨²nica hija leg¨ªtima del artista. Parisot le impidi¨® ver la parte de los archivos familiares que ¨¦l controla y le cerr¨® el paso a los lugares donde se encuentra documentaci¨®n b¨¢sica para autentificar su obra.
El bi¨®grafo cree que el mayor descubrimiento de su obra es el arropamiento que Modigliani tuvo por parte de los suyos. Nacido en una familia de clase media en la Toscana, estuvo siempre rodeado de libros y mimos. Cuando a los 13 a?os decide dedicarse al arte, se le buscan los mejores profesores en Florencia. Cuando decide irse a Par¨ªs, no sufre obst¨¢culos familiares. Antes de viajar ya ha sufrido una pleures¨ªa. Llega a Par¨ªs en 1917 y cae deslumbrado por todo lo que ve: las obras de C¨¦zanne, Gauguin, Juan Gris, Brancusi, Picasso... R¨¢pidamente se hace el m¨¢s popular de las m¨ªticas juergas nocturnas de Montparnasse. "Era muy guapo, el m¨¢s guapo de todos", asegura su bi¨®grafo. En su grupo est¨¢n Chagall, Soutine, Kisling, Zadkine o Foujita.
Lottman reconoce que en este ambiente su talento despunta inmediatamente. Pero sucumbe de manera tambi¨¦n muy r¨¢pida como consecuencia de su falta de voluntad ante las drogas. "Es un autodestructivo compulsivo. Desperdicia su sabidur¨ªa y excelente educaci¨®n. Sus pulmones est¨¢n destrozados, hasta el punto de que en los ¨²ltimos a?os hay veces que no le llega el aire para poder hablar, pero sigue bebiendo. No se separa nunca de la botella de ron y se mete todo lo que le pueda colocar m¨¢s r¨¢pidamente".
?Por qu¨¦ lo hace? "Para vencer la soledad, como todos", responde el bi¨®grafo. El entorno no ayuda. Pablo Picasso es el ¨²nico que le reprocha su actitud. Muchos han querido ver ah¨ª una inexistente hostilidad entre ambos. Lottman aprovecha para aclarar el asunto: "A Picasso le pon¨ªa muy nervioso ver c¨®mo se autodestru¨ªa. Picasso pod¨ªa ser tan amante de la juerga como el que m¨¢s, pero siempre controlaba sus emociones. Era un hombre con tanto talento como sentido pr¨¢ctico. Ambos chocaban y ¨¦l rega?aba a Modigliani como a un ni?o". Lo cierto es que el pintor espa?ol era un dios para el italiano y sus rega?inas le humillaban m¨¢s que las de nadie.
Los ¨²ltimos meses de la vida de Modigliani fueron especialmente angustiosos. Viv¨ªa en la miseria en una fr¨ªa buhardilla en la que nada imped¨ªa la entrada de la nieve y la lluvia. Lo poco que com¨ªa lo pagaba a cambio de dibujar en las paredes de las peque?as casas de comidas en las que le recib¨ªan.
Muri¨® un fr¨ªo d¨ªa de enero de 1920. Tuvo unos funerales propios de un pr¨ªncipe. Su hermano mayor, Giuseppe Emmanuele, diputado socialista, orden¨® que lo cubrieran totalmente de flores. As¨ª se hizo y una multitud de artistas y amigos le acompa?¨® hasta el cementerio de P¨¨re- Lachaise. Pero el drama continu¨®: su ¨²ltima compa?era, Jeanne H¨¦bouterne, embarazada de ocho meses, volvi¨® del funeral y se fue al domicilio familiar. All¨ª se asom¨® a la ventana y se arroj¨® desde el quinto piso.
Babelia
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