Candidatos de cart¨®n piedra
Los hombres fuertes del PP en la oposici¨®n siguen la campa?a a distancia
Hace tres noches, a eso de las diez, Zaplana y Mart¨ªnez Pujalte, ambos candidatos del PP al Congreso de los Diputados, cenaban en solitario en un elegante restaurante de la calle Lagasca de Madrid. Iban ambos vestidos de perfectos candidatos, con la sonrisa a juego con la corbata y el traje a medida, pero en realidad todo su p¨²blico era el ma?tre, cuya amabilidad profesional no se debe tener en cuenta a efectos electorales, y una decena mal contada de comensales. Al terminar de cenar, Zaplana y Pujalte se levantaron e iniciaron un breve pase¨ªllo por el local cosechando apretones de manos y sonrisas diplom¨¢ticas, sin duda muy poco postre para quienes -en plena campa?a electoral- apenas pueden disfrutar del fragor de los m¨ªtines multitudinarios.
Rajoy se mantuvo al margen durante el acoso brutal a polic¨ªas y fiscales
Zaplana y Pujalte cenan solos en Madrid ajenos al fragor electoral
Todas las campa?as electorales son iguales y distintas a un tiempo, pero la del PP de 2008 tiene una particularidad a?adida. Los hombres fuertes del PP durante los ¨²ltimos cuatro a?os de feroz oposici¨®n al Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero han tenido que seguir la campa?a a una prudente distancia del l¨ªder, deambulando como fantasmas de un lado a otro del pa¨ªs, cenando en solitario en restaurantes caros a la misma hora que, en una ciudad tal vez no demasiado lejana, se levantaba el tel¨®n de la fiesta.
La clave est¨¢ en la frase de Rajoy que abr¨ªa la entrevista publicada ayer por este peri¨®dico: "El 11-M no ha sido un tema esencial de la legislatura". Es imposible decir eso y aparecer luego en un mitin con Acebes, con Zaplana o con Mart¨ªnez Pujalte. De ah¨ª que los tenga confinados en mesas discretas de restaurantes de post¨ªn. Un intento sin duda muy dif¨ªcil porque -aunque no lo parezca- la vida sigue fluyendo paralela a la campa?a, y precisamente estos d¨ªas se est¨¢ viendo en un juzgado de Madrid la denuncia del Sindicato Unificado de Polic¨ªa contra Jim¨¦nez Losantos por injuria grave.
En la documentaci¨®n adjunta a la denuncia figura un CD con todas las barbaridades que, durante el transcurso del juicio, los acompa?antes medi¨¢ticos del PP han ido vertiendo en algunas emisoras de radio y en determinados peri¨®dicos con el respaldo del partido de Mariano Rajoy.
Jim¨¦nez Losantos, seg¨²n consta en la denuncia del SUP, lleg¨® a pronunciar o escribir frases como esta:
-Esa siniestra banda de funcionarios de uniforme o de paisano (polic¨ªas, guardias civiles y esp¨ªas) que, desde el mismo 11-M, se dedic¨® a destruir las pruebas que pod¨ªan convertirse en evidencias contra los autores de la masacre, as¨ª como a crear pruebas falsas para enga?ar a la opini¨®n p¨²blica y emponzo?ar el sumario-restario del juez Del Olmo y la fiscal Valey¨¢ [mote con que Losantos intentaba ridiculizar a la fiscal Olga S¨¢nchez]".
Cuando ese acoso medi¨¢tico a los funcionarios del Estado se produc¨ªa -diariamente, con ensa?amiento-, Zaplana y Pujalte lo completaban en el Congreso con preguntas atravesadas. Y Rajoy, a quien Losantos -muy propenso a los motes- llamaba "maricomplejines", hac¨ªa la vista gorda. La novedad es que ahora, justo antes de la cita electoral, Rajoy intenta forjar un discurso propio, decir que nunca dud¨® de la autor¨ªa de Al Qaeda, desvincularse de los suyos, intentar que la sombra de Acebes y Zaplana no empa?e su reci¨¦n estrenado perfil de hombre moderado. El resultado es esa cena. Dos l¨ªderes del PP, vestidos de candidatos de cart¨®n piedra, cenando solos en un restaurante del centro de Madrid.
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