Los sondeos rompen el cors¨¦
Los partidos pueden conocer encuestas de ¨²ltima hora, pero no los ciudadanos - Internet desborda una norma que todos los expertos creen obsoleta
Dicen los pol¨ªticos que la mejor encuesta son las urnas. Pero a las puertas de unas elecciones no dudan en poner en marcha su gigantesca maquinaria para intentar saber con anticipaci¨®n el veredicto de las papeletas. Ah¨ª es donde entran en juego los sondeos, una especie de or¨¢culo para los jefes de campa?a de los partidos, y un instrumento de informaci¨®n para los ciudadanos, tan ¨²tiles a la hora de decidir el voto como la propia campa?a.
Los soci¨®logos niegan que los sondeos condicionen el voto
Las encuestas no acertaron los resultados de las ¨²ltimas generales
Los franceses buscaban datos de sondeos en medios belgas y suizos
Los partidos utilizan las encuestas para planificar sus mensajes
La historia de la sociolog¨ªa electoral est¨¢ llena de grandes fiascos
'Cocinar' las encuestas es un paso necesario para interpretar los datos
Los sondeos previos al 9-M realizados por los medios de comunicaci¨®n arrojan una sorprendente coincidencia. Con mayor o menor margen, dan la victoria al PSOE. Aunque nadie se conf¨ªa. La historia de la sociolog¨ªa electoral est¨¢ llena de grandes fiascos: las legislativas espa?olas de 1993 (pronosticaban una derrota de Felipe Gonz¨¢lez) y 1996 (auguraban una victoria demoledora de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar), el resultado del Tratado de Maastrich en Dinamarca (sali¨® que no) o el ascenso imprevisto de Jospin en Francia (en la primera vuelta venci¨® a Chirac, 23,3% frente a 20,8%).
La muestra sociodemogr¨¢fica, los recursos econ¨®micos y la experiencia de las empresas demosc¨®picas son claves a la hora de otorgar fiabilidad a los sondeos. Tambi¨¦n el momento en que se hagan. Cuanto m¨¢s cercana es la cita electoral, mayor probabilidad de acertar. Pese a que la legislaci¨®n espa?ola proh¨ªbe difundir sondeos cinco d¨ªas antes de los comicios, no impide que se hagan. Los partidos, al menos los dos grandes, PP y PSOE, no apagan sus m¨¢quinas. Realizan trackings diarios para analizar la evoluci¨®n del voto. Son datos guardados con celo que condicionan el ¨²ltimo tramo de la campa?a. Y en la jornada electoral pondr¨¢n a funcionar las famosas israelitas, encuestas a pie de urna para conocer los resultados.
Las empresas demosc¨®picas consideran "obsoleta" y "discriminatoria" la ley que permite realizar encuestas hasta el d¨ªa de las elecciones pero proh¨ªbe su publicaci¨®n. "Los sondeos son un derecho de los ciudadanos", afirma Llu¨ªs Fatj¨®-Vilas, director general de TNS-Demoscopia. "El ciudadano es maduro para ejercer su voto y debe estar bien informado. Eso da solidez al ejercicio democr¨¢tico".
La Asociaci¨®n Nacional de Empresas de Estudios de Mercados y Opini¨®n P¨²blica (Aneimo) se ha planteado ya emprender acciones para que revoque la disposici¨®n de la ley electoral, que se remonta a 1985. Fatj¨®-Vilas opina que una realidad que desborda una ley que est¨¢ "encorsetada y obsoleta". Juli¨¢n Santamar¨ªa, catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Complutense y presidente de Noxa Consultinges, es tajante: "Habr¨ªa que cambiar la legislaci¨®n. No veo raz¨®n por la que no se puedan publicar los sondeos. La ley no puede impedir que se publiquen en Internet". Recuerda que en Francia, con restricciones similares a las espa?olas, el Gobierno denunci¨® a la empresa que public¨® sondeos fuera de plazo. El pleito lo gan¨® la compa?¨ªa demosc¨®pica.
De la misma opini¨®n es Juan Jos¨¦ Toharia, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y presidente de Metroscopia, quien califica de "absurdo" que se permita hacer encuestas y se proh¨ªba publicarlas y apela al modelo de Estados Unidos, donde no hay restricciones. "Es algo obsoleto y responde a criterios sociol¨®gicos obsoletos. La idea de que los sondeos sesgan y condicionan el comportamiento electoral est¨¢ demostrado que no es verdad". Adem¨¢s, tilda de "injusto" que los partidos conozcan las encuestas y los ciudadanos no. "Es tratar a los electores como menores a los que hay que proteger para que no sean manipulados, como si no tuvieran criterio propio. Y es discriminatorio, porque fomenta ciudadanos de primera y de segunda", dice
Para Fatj¨®-Vilas, la misi¨®n de los sondeos es aportar informaci¨®n. "Los pol¨ªticos utilizan las encuestas (no publicadas) para lanzar mensajes interesados. Quien tiene que tomar una decisi¨®n necesita estar bien informado. A los ciudadanos se nos pide un acto muy importante y tenemos que estar informados".
El celo de Francia en las elecciones de 2007 llev¨® a los medios digitales de los pa¨ªses vecinos a publicar datos sobre las votaciones antes del cierre de los colegios. La cabecera suiza Le Temps y la belga Le Soir se saturaron. Una acci¨®n similar ha emprendido El Peri¨®dico de Catalunya al anunciar ayer que publicar¨¢ en su edici¨®n andorrana los sondeos sobre el 9-M que no se pueden ver en Espa?a. Cualquier ciudadano podr¨¢ acceder a ellos a trav¨¦s de la p¨¢gina web de El Peri¨°dic d'Andorra.
Tambi¨¦n ayer se conoci¨® en la Red un sondeo de Sigma Dos para el diario brit¨¢nico The Times realizada el 5 de marzo, y que se convirti¨® en lo m¨¢s le¨ªdo y m¨¢s comentado en su p¨¢gina web. Sigma Dos es la empresa que realiza sondeos para El Mundo. Fuentes de la Junta Electoral Central eludieron pronunciarse sobre la publicaci¨®n de estos datos alegando que el organismo no act¨²a de oficio s¨®lo toma decisiones si alguien plantea reclamaciones, pero recordaron que la ley prev¨¦ sanciones a los medios que vulneren la norma en materia de sondeos.
"Intentar poner barreras es una batalla perdida", asegura Teodoro Luque, catedr¨¢tico de Comercializaci¨®n e Investigaci¨®n de Mercados de la Universidad de Granada. Considera parad¨®jico que los sondeos sean accesibles a determinadas ¨¦lites (pol¨ªticas, financieras) y no a los ciudadanos, que en definitiva son quienes depositan las papeletas. Cree que si el temor a la publicaci¨®n de los sondeos es que pueden influir en el voto, el argumento tiene poco fundamento y esconde un infundado miedo a disponer de informaci¨®n.
La cuesti¨®n de fondo es ?hasta qu¨¦ punto influyen los sondeos en los electores? Luque sostiene que cada partido tiene un "n¨²cleo duro" de simpatizantes que es incombustible y hay un porcentaje de indecisos a quienes los sondeos -entre otras informaciones- les ayudan a tomar una decisi¨®n. "Las encuestas pueden desempe?ar un papel contradictorio: apuntarse al caballo ganador o mostrar cierta simpat¨ªa por el perdedor por entender que no debe ser castigados con la dureza que arroja la encuesta". Y precisa que "a veces, un efecto anula al otro", aunque "no es f¨¢cil cuantificar en qu¨¦ medida ocurre".
Si no est¨¢ claro hasta que punto influyen los sondeos, "?por qu¨¦ raz¨®n habr¨ªa que renunciar a ellos?", se pregunta Santamar¨ªa. El mismo razonamiento se podr¨ªa aplicar a la propia campa?a, que al fin y al cabo sirve para "persuadir a los ciudadanos". Una raz¨®n que podr¨ªa explicar la prohibici¨®n de publicar sondeos es preventiva: evitar que aparezcan sondeos inexistentes o manipulados o que se produzca una guerra de informaci¨®n. "Pero este es un caso extremo", a?ade Santamar¨ªa.
Tambi¨¦n los partidos abogan por su eliminaci¨®n. El PP, apuesta por una "actualizaci¨®n" de una norma con 23 a?os a su espalda e Izquierda Unida propone suprimirla.
Pero no todos los sondeos tienen el mismo cr¨¦dito. La metodolog¨ªa marca el grado de acierto y de error. Y tambi¨¦n el sistema electoral. Polit¨®logos y empresas de estudios de opini¨®n coinciden en que el mapa espa?ol, con 52 circunscripciones, exige una muestra muy alta para extrapolar los datos de intenci¨®n de voto a esca?os. Fatj¨®-VIlas recuerda que en Teruel se decidi¨® un esca?o por alrededor de 200 votos. Afinar tanto es una utop¨ªa. "No hay ninguna muestra que pueda ofrecer esa exactitud", a?ade. Adem¨¢s, los sondeos son "una fotograf¨ªa del pasado" cuya misi¨®n es predecir lo que va a ocurrir el d¨ªa de las elecciones, afirma el directivo de TNS-Demoscopia.
Toharia considera que una muestra de entre 900 y 1.200 entrevistas es suficiente para hacer "una estimaci¨®n global sobre distribuci¨®n de votos". Pero si se quiere atinar en el reparto de esca?os, ser¨ªa necesario subir a 8.000. Aunque apunta que lo ideal ser¨ªa llegar a los 18.000 que maneja el CIS.
El domingo ser¨¢ el d¨ªa D de las empresas demosc¨®picas. La prueba de fuego que marcar¨¢ la credibilidad de un sector que ha sufrido duros varapalos. Uno de los m¨¢s fuertes, en los comicios de 1996. Hab¨ªan augurado una amplia victoria del PP. En los casos m¨¢s optimistas hasta de 8 puntos. Pero las urnas otorgaron una distancia mucho menor: 38,8% de los votos para el PP y 37,4% para el PSOE. Las urnas echaron un jarro de agua fr¨ªa sobre los confeccionadores de los sondeos, que no tardaron en culpar al voto oculto, la alta participaci¨®n, el v¨ªdeo del doberman o la manera en la que se cocinaron las respuestas de los entrevistados.
Frente a un censo de 33 millones de electores en Espa?a, las encuestas rondan los 3.000 individuos. Expertos en estad¨ªsticas estiman que si la muestra "est¨¢ bien hecha" es suficiente para extrapolar los resultados al conjunto del electorado. Los errores se repitieron cuatro a?os m¨¢s tarde. Ning¨²n sondeo pronostic¨® la mayor¨ªa absoluta del PP en 2000. Los analistas aplicaron t¨¦cnicas de interpretaci¨®n que resultaron tambi¨¦n un estrepitoso fracaso. La culpa, otra vez de la cocina, que no tuvo en cuenta la "movilizaci¨®n asim¨¦trica". Tampoco en 2004 las encuestas previeron la victoria de Rodr¨ªguez Zapatero.
Los sondeos son ¨²tiles para los partidos y para los medios de comunicaci¨®n. Los grandes peri¨®dicos han encargado estudios para conocer estimaciones de voto ante el 9-M. "Un sondeo es como un term¨®metro que mide la temperatura de ahora y que no permite medir la de ma?ana", dice Toharia. Revela hip¨®tesis probables. "Las encuestas no se equivocan, describen un estado de opini¨®n en el momento en que se hacen. Pero la opini¨®n cambia, puede tener bucles. El term¨®metro mide la temperatura de los que opinan, pero hay gente que no opina. Existe una parte oculta. De ah¨ª la necesidad de la cocina, de la interpretaci¨®n".
Estos sondeos son s¨®lo una parte de una parte de la investigaci¨®n demosc¨®pica. Para su elaboraci¨®n se suele utilizar una muestra aleatoria de entrevistas telef¨®nicas. Algunos institutos incluyen los m¨®viles, siempre con correcciones, ya que no identifican el lugar de residencia. En estos casos, los encuestados no cobran. Las empresas apelan a la colaboraci¨®n ciudadana. Distinto es cuando se trata de gigantescas encuestas sobre medios, consumo y ocio, donde existe un panel fijo, que exige esfuerzo y concentraci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Elecciones Generales 2008
- Pol¨¦micas sondeos
- Metroscopia
- Ley Electoral General
- Estimaci¨®n voto
- Sondeos elecciones
- Encuestas
- Legislaci¨®n electoral
- Elecciones Generales
- Legislaci¨®n espa?ola
- Encuestas electorales
- Opini¨®n p¨²blica
- Elecciones
- Equipos
- Prensa
- Internet
- Deportes
- Legislaci¨®n
- Empresas
- Pol¨ªtica
- Telecomunicaciones
- Justicia
- Medios comunicaci¨®n
- Econom¨ªa
- Espa?a