Isa¨ªas viv¨ªa en Euskadi, ?d¨®nde viven ustedes?

Isa¨ªas Carrasco viv¨ªa en Euskadi. ?En qu¨¦ pa¨ªs vive el lehendakari Ibarretxe cuando se niega a que se haga una lectura pol¨ªtica de su asesinato? ?En que pa¨ªs vive el popular Ignacio Astarloa cuando se atreve a poner maliciosamente en peligro el consenso de todos los grupos parlamentarios en un d¨ªa como ayer y en un tema como el asesinato de un ex concejal socialista? S¨®lo la templanza de los dem¨¢s partidos logr¨® anoche que el triste espect¨¢culo ofrecido, absurdamente, por el representante del PP en el Congreso, terminara por un nuevo e incre¨ªble enfrentamiento a prop¨®sito de la lucha antiterrorista.

Resulta lastimoso que en un d¨ªa como ayer alguien estuviera dispuesto a distraer la atenci¨®n del punto exacto en el que deber¨ªa estar. En el Pa¨ªs Vasco, en un lugar donde deber¨ªan dejar de hablar de terrorismo de ETA y empezar a hablar m¨¢s claramente de asesinatos pol¨ªticos, porque eso es lo que hacen los miembros de ese grupo y eso es lo que apoyan los votantes de Batasuna. Eso es lo que hizo ayer ETA: eliminar a alguien que representa una opci¨®n diferente de la que ellos defienden. Lo curioso es que en el Pa¨ªs Vasco casi nadie quiere dar esa condici¨®n al asesinato de Isa¨ªas Carrasco: han matado a un hombre sencillo, normal, un hombre de la calle, dec¨ªa el lehendakari, para quien eso supon¨ªa una "sobredosis de cobard¨ªa" (?).

La realidad es que a Carrasco no le asesinaron por eso, por ser un hombre normal y sencillo, sino porque representaba, sin la menor duda, una opci¨®n pol¨ªtica, el Partido Socialista, contraria a Batasuna. Ser¨ªa lamentable que la sociedad vasca negara a los familiares de los asesinados por ETA la explicaci¨®n de su muerte, reduci¨¦ndola a la actividad de unos locos incontrolados. Ser¨ªa no s¨®lo lamentable, sino grave que la sociedad vasca no se diera cuenta de lo falsa que resulta la posici¨®n expresada ayer por el lehendakari : "Nos negamos a hacer una lectura pol¨ªtica de este asesinato, dos d¨ªas antes de las elecciones. Esto es simplemente un acto de barbarie". Una barbarie, sin duda, pero est¨¢ claro tambi¨¦n que tiene una lectura pol¨ªtica, por mucho que los nacionalistas vascos quieran ocultarla. Si se encubre la realidad, dec¨ªa Freud, termina por construirse todo un discurso sobre lo que se quiere ocultar. Eso es lo que le sucede quiz¨¢s al PNV. ETA se est¨¢ haciendo presente en la campa?a electoral asesinando, pero no a cualquiera, sino a quienes defienden la pluralidad de la sociedad vasca. ETA opt¨® hace mucho tiempo por una estrategia terrorista con objetivos estrictamente pol¨ªticos e Isa¨ªas Carrasco no ha sido asesinado simplemente porque estuviera a mano sino porque era, precisamente, eso, un objetivo pol¨ªtico. Porque pertenec¨ªa a un grupo que se opone a un planteamiento totalitario en Euskadi, es decir, por las mismas razones por las que ya han sido asesinados en Euskadi otros muchos miembros de su partido y del Partido Popular.

El asesinato de Carrasco no ha sido una sorpresa. Desde que ETA hizo p¨²blico un comunicado amenazando a los socialistas, estaba claro que intentar¨ªan asesinar a alg¨²n militante del PSOE. Finalmente, lo han conseguido. Conmueve la pena que sent¨ªan ayer los militantes de los partidos que defienden el pluralismo en Euskadi. Todos, en el PSE o en el PP, se preguntaban ayer hasta d¨®nde llegar¨¢ esta nueva oleada de asesinatos pol¨ªticos. Cu¨¢ntos caer¨¢n antes de que los ciudadanos vascos hagan una lectura pol¨ªtica de la situaci¨®n y se pregunten: "Isa¨ªas Carrasco viv¨ªa en Euskadi. ?D¨®nde vivimos nosotros?"