ETA enluta la recta final de una campa?a altamente polarizada
La pugna PSOE-PP ha apagado la presencia de los dem¨¢s partidos
ETA puso ayer un marco de luto a la fotograf¨ªa de la campa?a electoral, que tuvo un abrupto cierre, horas antes de la clausura oficial, en se?al de duelo por el asesinato del ex concejal socialista de Mondrag¨®n Isa¨ªas Carrasco. Acababa as¨ª en Euskadi la campa?a de unos comicios que han sido m¨¢s generales que nunca. La dimensi¨®n auton¨®mica de las elecciones se ha visto seriamente debilitada, pese a los intentos denodados de los partidos de ¨¢mbito exclusivamente vasco por hacer o¨ªr su mensaje en medio del duelo PSOE-PP, o m¨¢s exactamente, Rodr¨ªguez-Zapatero Rajoy. Las dificultades han efectado especialmente al PNV, que ha pretendido salir del emparedado present¨¢ndose en ese registro que le es tan grato de portavoz de los intereses de Euskadi en Madrid. Lo ha conseguido a duras penas.
La izquierda 'abertzale' busca con la abstenci¨®n atajar sangr¨ªas
Tras corregir el mensaje inicial de que les daba igual que ganara Rajoy o Zapatero, los peneuvistas han puesto el ¨¦nfasis en conseguir el mayor n¨²mero de esca?os y en desear que el PSOE gane con una insuficiente mayor¨ªa que ponga en valor su grupo en el Congreso.
Ser imprescindible constituye su baza para lograr que el nuevo presidente del Gobierno se avenga a abrir una negociaci¨®n que encauce el "conflicto pol¨ªtico vasco" incorporando el derecho a decidir. La hoja de ruta del lehendakari Ibarretxe ha estado flotando en su campa?a, pero el PNV se ha esforzado en quitarle el hierro de su contenido y calendario prefijados, present¨¢ndola como una oferta de di¨¢logo abierta. Esta indefinici¨®n ha restado presencia y fuerza a los mensajes de los peneuvistas, que han evitado las referencias a la consulta, pese a ser conscientes de que los resultados de ma?ana ser¨¢n un test decisivo para valorar la viabilidad de los prop¨®sitos de Ibarretxe.
A diferencia del PNV, Eusko Alkartasuna ha enarbolado sin ning¨²n complejo la bandera de la consulta y de la independencia con un objetivo n¨ªtido: desmarcarse con sus propuestas de las de su socio de gobierno y atajar un posible desplazamiento del voto nacionalista hacia el PNV por razones de utilidad. El partido de Unai Ziarreta necesita conservar su esca?o de Guip¨²zcoa para confirmar que ha tenido sentido su apuesta de acudir a las elecciones sin el colch¨®n de seguridad que le ha brindado el PNV hasta las ¨²ltimas auton¨®micas.
La izquierda abertzale, por su parte, ha vuelto a demostrar su supeditaci¨®n a los criterios de ETA al modificar sobre la marcha su respuesta inicial a la suspensi¨®n por el Tribunal Supremo del derecho de ANV a presentar candidaturas. El anuncio de que, pese a la ilegalizaci¨®n, habr¨ªa en las urnas una "opci¨®n independentista", que apuntaba al voto nulo, fue sustituido sin mayores explicaciones por la consigna de la "abstenci¨®n activa", santificada por un comunicado de la organizaci¨®n terrorista. Con esta f¨®rmula la izquierda abertzale renuncia a contar sus fuerzas, lo que no es un signo de fortaleza, pero puede controlar en sus feudos que se d¨¦ un eventual trasvase de votos a otros partidos nacionalistas desde su base social m¨¢s descontenta por la oportunidad que arruin¨® ETA de llegar a un final dialogado.
El PSE y el PP se han ce?ido a los esquemas de campa?a dise?ados desde las sedes centrales de ambos partidos, sin introducir apenas modulaciones destinadas al ¨¢mbito vasco. El pulso entre Zapatero y Rajoy lo ha dominado todo. Los populares han puesto el acento en las supuestas cesiones del candidato socialista a ETA y los nacionalistas, as¨ª como en la dilapidaci¨®n de saneada herencia econ¨®mica recibida. Los socialistas, por su parte, se han esforzado en la defensa de la gesti¨®n del proceso de paz de Zapatero, sabiendo que ha tenido buena acogida en Euskadi, y en vender los aspectos sociales de la gesti¨®n del Gobierno. Los candidatos del PSE, reforzados por pesos pesados del partido matriz, han buscado sobre todo el choque con los populares y s¨®lo de refil¨®n han dirigido sus bater¨ªas contra el PNV, quiz¨¢s para no entorpecer que votantes no militantes de este partido pudieran optar por Zapatero.
En un esquema de tanta polarizaci¨®n, incrementada por los dos debates televisados, los partidos m¨¢s peque?os, como Ezker Batua, Aralar -ambas formaciones no llegaron a un acuerdo para ir en coalici¨®n- y UPyD, han tenido serios problemas para publicitar sus programas y proponerse como opciones con posibilidades de sacar esca?o.
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