Mujeres
- S¨¢bado, 8 de marzo. El D¨ªa Internacional de la Mujer Trabajadora coincide esta vez con la jornada de reflexi¨®n electoral. En la casa Elizalde de la calle de Valencia de Barcelona hay una exposici¨®n port¨¢til -hace a?os que est¨¢ de gira- sobre Dones sindicalistes, coordinada por Antonina Rodrigo. Presenta 12 breves retratos de mujeres valientes que contribuyeron a cimentar el sindicalismo catal¨¢n. Me quedo, por m¨¢s pr¨®xima, con la historia de Maria Manonelles (Mollerussa, 1913-Par¨ªs, 2004), militante del Bloc Obrer i Camperol y compa?era de Josep Rovira, comandante de la 29? divisi¨®n del POUM, con el que tuvo dos hijos. Tras la derrota, la familia se exili¨® a Francia, donde sigui¨® combatiendo contra la ocupaci¨®n nazi. Una historia de compromiso pol¨ªtico que parece salida de Tierra y libertad, la emocionante pel¨ªcula de Ken Loach. Era una ¨¦poca en que la pol¨ªtica era concebida como defensa de unos ideales. Qu¨¦ cosas.
- A la salida de casa Elizalde, paso obligado por la florister¨ªa Navarro para comprar un ramo de mimosa. Qu¨¦ quieren, uno fue educado sentimentalmente en los principios del eurocomunismo, secci¨®n Enrico Berlinguer. Lo de regalar mimosas a las mujeres el 8 de marzo es en efecto una tradici¨®n de la izquierda italiana, instituida al parecer en 1946 por la Uni¨®n de las Mujeres Italianas durante la primera celebraci¨®n de la jornada feminista despu¨¦s de la guerra. Pero en Navarro no tienen mimosas. Me conformo con un ramito de solidago, de flor amarilla muy parecida, pero nada olorosa. Para compensar, completo la ofrenda floral con el disco compacto Sympathique, de Pink Martini, adquirido en la FNAC. "Je ne veux pas travailler / Je ne veux pas d¨¦jeuner / Je veux seulement oublier/ et puis je fume", cantan los simp¨¢ticos Martini sobre un poema de Apollinaire. La mujer trabajadora no quiere trabajar y va y se fuma un pitillo.
- Pero para reflexionar sobre pol¨ªtica y mujeres, que finalmente era de lo que se trataba ayer, ning¨²n otro lugar de la ciudad re¨²ne las condiciones del monasterio de Pedralbes. La tumba bifronte de una mujer poderosa, inteligente y culta como fue la reina Elisenda de Montcada, fundadora de la comunidad en 1326, es una reflexi¨®n ponderada sobre el ejercicio del poder y tambi¨¦n sobre la vida y la muerte. Del lado de la iglesia, la figura yacente de la reina se halla revestida con las dignidades del siglo, mientras que por la parte del claustro se cubre con el sayo de las clarisas. "Recuerda que eres mortal", le dec¨ªa el esclavo al C¨¦sar vencedor. Lo mismo que la monja recuerda a la reina, separadas la una de la otra por un tabique. Por encima de las dos figuras se repite el mismo motivo: una ni?a flanqueada por ¨¢ngeles. Representa la pureza de esp¨ªritu de la dama all¨ª enterrada. Como la ni?a de Rajoy, pero unos siete siglos antes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.