A por el socialista desencantado
Rajoy trat¨® de suavizar su imagen para no movilizar a la izquierda
Nunca un candidato del PP hab¨ªa llegado a la exposici¨®n m¨¢xima de s¨ª mismo en campa?a como Mariano Rajoy. Ha llevado a su mujer a la mayor¨ªa de los m¨ªtines, ha hablado de sus hijos, Marianito y Juan -que no puede ir a la guarder¨ªa porque no tiene qui¨¦n le lleve, seg¨²n el l¨ªder del PP- de la v¨¢lvula en el coraz¨®n de su padre, que a sus 86 a?os vive en Canarias, y hasta se ha confesado ante 20.000 personas en la plaza de toros de Valencia: "Estos cuatro a?os han sido duros. No lo he pasado bien. Estoy muy baqueteado".
?Y todo para qu¨¦? Para suavizar su imagen, para tratar de evitar el voto anti-PP, el fen¨®meno que en 2004 le impidi¨® cumplir con su deseo y ser presidente del Gobierno a la primera, despu¨¦s de haber sido nombrado a dedo por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar como su sucesor. Y sobre todo para cautivar a algunos votantes socialistas desencantados, descontentos con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero sobre todo por el proceso del nuevo Estatuto catal¨¢n.
Cada d¨ªa, en cada acto por toda Espa?a, un hombre siempre trajeado, con aspecto juvenil y una barba perfectamente recortada, se colocaba a unos metros del l¨ªder. Es Antonio Sola, un catal¨¢n experto en campa?as, que asesor¨® a Felipe Calder¨®n en M¨¦xico y a la extrema derecha guatemalteca. Rajoy, seg¨²n dicen en su entorno, le hace caso en casi todo. Le ha cambiado los trajes, ahora m¨¢s modernos, le ha forzado a recortarse m¨¢s la barba, y sobre todo le ha aconsejado proximidad. Junto a ¨¦l, Jos¨¦ Mar¨ªa Michavila, el ex ministro de Justicia, y Carmen Mart¨ªnez Castro, responsable de prensa, que segu¨ªa con entusiasmo el discurso del l¨ªder e incluso coreaba los c¨¢nticos del p¨²blico.
El l¨ªder del PP, de natural t¨ªmido, con grandes dificultades para enardecer a las masas mitineras -al contrario que Aznar- ha ido sinti¨¦ndose cada vez m¨¢s c¨®modo. Sus m¨ªtines se han convertido en una especie de Club de la Comedia. Sin contenido pol¨ªtico claro, sin discurso de fondo, los actos contaban con un titular del d¨ªa para la prensa y despu¨¦s una serie de chanzas para divertir al auditorio. La ¨²nica que no ha fallado ni un solo d¨ªa es la parodia de "lo de Gabilondo", esto es la confidencia del presidente con el periodista.
El paulatino abandono del discurso pol¨ªtico -en los ¨²ltimos d¨ªas ya dec¨ªa que estas elecciones no son una cuesti¨®n "de izquierdas o derechas"- lleg¨® al extremo el jueves en Valencia, que se convirti¨® en el ¨²ltimo mitin porque ETA as¨ª lo quiso. Rajoy, que ya por entonces hab¨ªa convertido el discurso de su "ni?a", la que sac¨® en el primer debate, en el eje central del final de campa?a, se subi¨® al escenario con un micr¨®fono en la mano y rodeado de sus ni?as -en realidad eran adolescentes-. Cuando termin¨® el mitin, dominado por las intervenciones de esas j¨®venes militantes a las que el l¨ªder pasaba el micr¨®fono, los periodistas apenas hab¨ªan tomado notas. Rajoy hab¨ªa realizado un show televisivo con mucha fuerza para las c¨¢maras y casi ning¨²n mensaje de calado.
Salvo el asunto de la inmigraci¨®n, que marc¨® el debate por unos d¨ªas, Rajoy se ha concentrado en esta campa?a mucho m¨¢s en tratar de mejorar su imagen que en lanzar mensajes pol¨ªticos. Aunque esta campa?a de "hacer amigos" se trunc¨® bruscamente el domingo pasado en Le¨®n, cuando apareci¨® en escena Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. El presidente de honor del PP, que habl¨® de la izquierda sectaria, de las tumbas de la Guerra Civil y lleg¨® a pedir el voto para el PP a toda la gente que "a lo mejor no se entusiasma con Mariano Rajoy". Los populares admiten que este acto tuvo el riesgo de movilizar el voto anti-PP, el que m¨¢s temen, pero tambi¨¦n est¨¢n convencidos de que esa demostraci¨®n de fuerza, de que no se arrepiente de su pasado, era importante para el partido y sobre todo para Rajoy.
Actos y kil¨®metros
- Los m¨ªtines. Rajoy ha recorrido 12.500 kil¨®metros y ha realizado 21 m¨ªtines.
- El momento. Hasta que ETA interrumpi¨® la campa?a, Rajoy tuvo al menos tres momentos estelares. Primero, la euforia desatada tras el primer debate. En Bilbao fue recibido como un h¨¦roe. Despu¨¦s, el abrazo con Aznar en su primer mitin conjunto desde 2004. El tercero, en Valencia, rodeado de adolescentes. "Soy la ni?a de Rajoy, me llamo Victoria. El domingo cumplo 18 a?os y mi voto es para ti", gritaba una. "Oa, oa, oa, Mariano a La Moncloa", dec¨ªa otra.
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