El poblado de La Quinta queda reducido a escombros y basura
El Ayuntamiento concluye el derribo de las infraviviendas
La imagen resulta desoladora. Miles de kilos de escombros se agolpan junto a las v¨ªas del tren de cercan¨ªas. La basura, los restos de fogatas y algunas paredes a medio derribar es la ¨²ltima fotograf¨ªa del poblado chabolista de La Quinta, en Fuencarral-El Pardo. Este n¨²cleo de trapicheo de droga de la zona norte ha quedado reducido a una mezcla infecta de basura y chatarra, tras dos a?os de realojos a sus habitantes.
El silencio que ahora reina en La Quinta nada tiene que ver con el continuo trasiego de toxic¨®manos a por sus dosis diarias. Tomaban el camino m¨¢s r¨¢pido a trav¨¦s de las v¨ªas, sin percatarse del tren, lo que provoc¨® muchos atropellos, algunos mortales.
El poblado de La Quinta fue construido en el verano de 1992 por el entonces Consorcio para el Realojamiento de la Poblaci¨®n Marginal para albergar a 83 familias de los poblados chabolistas de la Cruz del Cura y Ricote (Fuencarral-El Pardo) y de la avenida de Aster (Chamart¨ªn). Las obras fueron costeadas por los propietarios de los terrenos donde se levantaban las chabolas, ya que quer¨ªan edificar en ellos. Lo que ahora son escombros, ratas y gatos abandonados fueron peque?os adosados. A los pocos meses, surgieron los problemas en patios, paredes y mobiliario. Los propietarios ten¨ªan que desembolsar 11.000 pesetas al mes (66 euros), precio que subi¨® poco a poco. Y el impago es lo que ha motivado el desalojo de las infraviviendas.
Entretanto, el poblado crec¨ªa. Los hijos y otros familiares de los moradores construyeron chabolas con maderas, uralitas y pl¨¢sticos. All¨ª era donde los toxic¨®manos se inyectaban la droga.
El derribo del poblado marginal comenz¨® en febrero de 2006. Desde entonces, el goteo de desalojos y lanzamientos ha sido constante. Ahora el Ayuntamiento guarda silencio. Mientras prepara un acto para el lucimiento del alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, no facilita datos de realojados ni el lugar al que fueron.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.