El mal humor no es sostenible
Algunos profesionales est¨¢n tan insatisfechos que no se dan cuenta de que su presencia envenena el ambiente laboral
Lo peor que le puede pasar a una empresa es contar con personas insatisfechas. Lo cierto es que "no hay nada menos eficaz, productivo, creativo e innovador que un profesional infeliz, amargado y resentido", afirman los expertos en psicolog¨ªa organizacional. Sin embargo, se estima que el 42% de la poblaci¨®n activa espa?ola (unos 8,5 millones de trabajadores) se siente insatisfecho con su empleo, seg¨²n un informe realizado en 2007 por la firma europea de b¨²squeda de profesionales C¨¢tenon. Y no s¨®lo eso: el 15% (unos tres millones de espa?oles) declara "estar quemado".
Seg¨²n una encuesta realizada en 2006 por la Universidad Alcal¨¢ de Henares sobre 4.500 asalariados en la Comunidad de Madrid, las tres principales fuentes de tensi¨®n y preocupaci¨®n en la empresa son la insuficiencia salarial (65,3%), la inestabilidad laboral (57,8%) y el mal ambiente que se respira entre compa?eros de trabajo, del que se quejaron el 55,7% de los encuestados.
"Hay personas que buscan excusas para pagarla con las personas que les rodean, canalizando as¨ª su malestar interno", dice ?lvarez de Mon
M¨¢s all¨¢ de la necesidad de crear culturas empresariales alineadas con el bienestar de sus plantillas, "la realidad es la que es, con lo que a los profesionales no les queda m¨¢s opci¨®n que adaptarse a sus circunstancias o cambiar de trabajo", explica Ignacio ?lvarez de Mon, profesor de comportamiento organizacional del Instituto de Empresa. "Los que no escogen ninguna de estas dos alternativas", a?ade, "son precisamente los que m¨¢s insatisfechos se sienten, convirtiendo su vida laboral en un profundo sufrimiento".
Los rasgos m¨¢s distintivos de estos profesionales son "el egocentrismo y la negatividad, una suma que da como resultado el victimismo", sostiene. "Estas personas, que suelen traerse el mal humor de casa cada ma?ana, creen que el mundo est¨¢ en su contra y que los dem¨¢s son los ¨²nicos culpables de todo lo malo que les ocurre".
Adem¨¢s "parecen buscar excusas externas para pagarla con los compa?eros que les rodean, canalizando as¨ª su malestar interno". Y a?ade: "Normalmente suelen reaccionar desproporcionadamente cuando algo o alguien no se ajusta a sus necesidades y expectativas, emitiendo todo tipo de juicios y cr¨ªticas destructivas".
Pero "esta impulsividad tan llena de ira s¨®lo pone de manifiesto su escaso desarrollo personal", lamenta la coach Carmen Yates, directora del centro La Rueda, especializado en coaching empresarial. En su opini¨®n, estos profesionales "se niegan rotundamente a reconocer su oscuridad, creyendo tener motivos m¨¢s que suficientes para justificar su conducta". De ah¨ª que sus compa?eros "suelan alejarse para no ser contaminados por su toxicidad". Pero, dado que "cualquier empresa es un ente integrado, donde todo est¨¢ conectado, esta actitud nociva termina por envenenar el ambiente laboral, lo que merma la productividad de las organizaciones".
Asumir la propia ignorancia
Yates asegura que la soluci¨®n pasa porque las empresas implementen "encuestas de satisfacci¨®n", de manera que puedan evaluarse a s¨ª mismas e introducir cambios en su gesti¨®n. Mientras, anima a que "cada profesional se pregunte a s¨ª mismo si es una persona positiva y constructiva o negativa y destructiva". Aunque "reconocer y asumir la propia ignorancia es un trago amargo, que requiere cierta madurez emocional, es imprescindible para aprender a conquistar una actitud m¨¢s consciente y discernidora, que permita afrontar las adversidades del d¨ªa a d¨ªa con mayor objetividad y serenidad", concluye.
Sea como fuere, "el mal humor no es sostenible", pues se "somatiza de diversas formas", advierte Valent¨ª Valls, m¨¦dico adjunto y cardi¨®logo del Hospital Cl¨ªnico de Barcelona. Entre otros efectos, "sube la presi¨®n arterial, da taquicardia y hace que la sangre se coagule, generando m¨¢s posibilidades de padecer una angina de pecho e incluso un infarto". En su opini¨®n, "la inconsciencia y el autoenga?o son los mayores enemigos de estas enfermedades cardiovasculares". As¨ª, "para que el afectado tome conciencia de su insatisfacci¨®n suele ser necesaria la complicidad de familiares, amigos y compa?eros de trabajo". Ya lo dice un antiguo proverbio chino: "Ay¨²dame cuando menos lo merezca porque es cuando m¨¢s lo necesito".
Libros recomendados:Ira, de Robert Thurman (Paid¨®s); Encuentro con la sombra, de Connie Zweig y Jeremiah Abrams (Kair¨®s); Transformar la ira en calma interior, de Mike George (Oniro).
"Las personas perfeccionistas temen ser consideradas mediocres"
Aunque la mayor¨ªa de profesionales suele tener un "mal d¨ªa" de tanto en tanto, "existe un tipo de personalidad que tiene tendencia a enfadarse con mucha m¨¢s facilidad, lo que le lleva a vivir en un permanente estado de frustraci¨®n y mal humor", se?ala Marta Romo, gerente de la consultora Eurotalent, especializada en desarrollo directivo.
Estas personas "suelen exigir perfecci¨®n de s¨ª mismas, de su trabajo e incluso de sus compa?eros, con lo que les cuesta much¨ªsimo relajarse". Adem¨¢s, "les enervan las cosas mal hechas, la mediocridad y la falta de voluntad para querer mejorar". De ah¨ª que a la hora de relacionarse con los dem¨¢s "suelan educar, instruir y corregir duramente, dando lecciones morales sin que nadie se las pida", explica.
No en vano "creen tener siempre la raz¨®n y juzgan y critican aquello que consideran imperfecto, defendiendo sus posturas de forma racional, r¨ªgida, intolerante y dogm¨¢tica". Y al basar su autoestima en contar con las respuestas correctas "suelen negarse la oportunidad de aprender de los dem¨¢s", apunta.
Pero detr¨¢s de esta fachada reformadora y perfeccionista se esconde una persona con "miedo a ser considerada mediocre". Por eso "se esfuerza tanto en todo lo que hace y es tan susceptible a las cr¨ªticas negativas relacionados con su comportamiento, en particular, o su trabajo, en general", se?ala Romo. Y concluye: "Su obsesi¨®n por alcanzar la perfecci¨®n les llena de impaciencia, tensi¨®n y frustraci¨®n, lo que les impide disfrutar de la vida".
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