Indiferencias israel¨ªes

Poco importa que el presidente palestino Abbas haya interrumpido las conversaciones de paz tras el ataque y la masacre israel¨ª en Gaza, o que las fuera a reanudar y que el asesinato por Ham¨¢s de ocho israel¨ªes en una yeshiva en Jerusal¨¦n o sus represalias las imposibiliten. Pues la indiferencia se ha apoderado de los israel¨ªes a este respecto. No creen ya en ning¨²n posible proceso de paz, y lo ocurrido en la franja y en Jerusal¨¦n les ratifica en esta actitud.

Olmert est¨¢ a la cabeza de un Gobierno israel¨ª d¨¦bil, que usa la fuerza contra Ham¨¢s en Gaza de manera tan desatinada como lo hizo contra Hezbol¨¢ en L¨ªbano (error que puede repetir), alimentando el nexo entre ambos grupos. Tambi¨¦n Abbas est¨¢ al frente de una Autoridad Palestina que Estados Unidos rearma pero que, salvo en el nombre, ha perdido su autoridad. Es cuestionado entre los suyos, Gaza est¨¢ en manos de Ham¨¢s (y sometida por ello a un indecente, adem¨¢s de ilegal, castigo colectivo) y el ataque contra la franja, que Israel parece querer proseguir hasta derribar la administraci¨®n de Ham¨¢s all¨ª, no s¨®lo no le favorece sino que puede haber generado otra cadena de violencia.

En Cisjordania, Ham¨¢s parece haber desaparecido, pero es una ilusi¨®n ¨®ptica. Sus militantes han guardado sus gorras negras a la espera de tiempos mejores, pero Ham¨¢s, que gan¨® limpiamente las elecciones parlamentarias en 2006, est¨¢ muy presente. La insensata estrategia americana (y europea) de apoyar a Israel en el aislamiento y asfixia de Ham¨¢s y de Gaza no ha dado resultados. Aunque no parezca correcto decirlo despu¨¦s del atentado de Jerusal¨¦n, alguien tendr¨¢ que acabar hablando con el movimiento violento que Israel impuls¨® en su d¨ªa contra Arafat. Sin Ham¨¢s, ninguna paz es ya posible. Pero la UE se ha colocado en una situaci¨®n imposible para cumplir este papel que, por su parte, la Administraci¨®n Bush rechaza de plano. Habr¨¢ que aguardar, si acaso, a un nuevo presidente en Washington, sin esperar nada del proceso de Annapolis, que naci¨® imposibilitado sin Ham¨¢s, sin Gaza y sin ganas. Hoy, adem¨¢s, se vuelve a hablar de la posibilidad de desmembraci¨®n de Palestina (Cisjordania para Jordania, y Gaza para Egipto).

En v¨ªsperas del 60? aniversario de la creaci¨®n del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948, cabe constatar que los israel¨ªes han ganado la guerra, la larga, aunque quiz¨¢s no se hayan percatado de ello. Sus asentamientos en territorios ocupados siguen avanzando. Israel ha sido reconocido de hecho por la Liga ?rabe y muchos de sus miembros. Irak no es ya una amenaza, aunque s¨ª un caos. El terrorismo no ha desaparecido de Israel, pero ha quedado disminuido. Pese a lo ocurrido en Jerusal¨¦n o los cohetes caseros Kassam disparados desde Gaza, pocas veces Israel hab¨ªa vivido tan seguro, lo que le pone en una posici¨®n novedosa de cara a una paz que no parece ya interesarle.

Otro elemento que ha cambiado en las profundidades de la sociedad israel¨ª es el rechazo a sacrificar m¨¢s vidas de los suyos en operaciones militares. De hecho, fue este cambio el que llev¨® a los israel¨ªes a retirarse de L¨ªbano en 2000, y que reapareci¨® en la guerra contra L¨ªbano de 2006 o ahora en la operaci¨®n contra Gaza.

Por otra parte, el reciente Cuarto Di¨¢logo de Medios UE-Israel celebrado en Tel Aviv ha puesto de manifiesto algo que no gusta a los israel¨ªes: que su conflicto con los palestinos haya perdido importancia relativa, al menos para los europeos, frente a otros como L¨ªbano, Afganist¨¢n e Irak en los que est¨¢n implicadas fuerzas de esos pa¨ªses. Los israel¨ªes consultados consideran que es muy importante que el suyo sea percibido como central para seguir asegur¨¢ndose el apoyo de EE UU.

Quiz¨¢s esta nueva seguridad encontrada influya a la hora de magnificar la amenaza existencial que ven algunos israel¨ªes en un posible Ir¨¢n con armas nucleares, y la conexi¨®n siria. Israel se ve como un Estado que, dado su tama?o, puede ser destruido con una sola bomba at¨®mica (one bomb state). Pero sobre todo, piensan algunos expertos, de tener armas nucleares, Ir¨¢n ser¨ªa capaz no ya de lanzarlas a Israel sino de entrar en una "guerra de desgaste" contra el Estado jud¨ªo. "Ir¨¢n debe detener su programa pues de otro modo no sabemos lo que podr¨ªamos hacer", se?alan. Ante este reto, "Israel se siente solo". Pues Bush ya no dispone de todas las opciones posibles despu¨¦s de la forma en que invadi¨® Irak. Olmert, se?alan estos expertos, no quiere pasar a la historia como "el dirigente bajo el cual se ha nuclearizado nuestro mayor enemigo". Una actitud que no les deja, ni puede dejarnos a los dem¨¢s, indiferentes.

www.elboomeran.com