Boicoteo ¨¢rabe a las letras hebreas en el Sal¨®n del Libro de Par¨ªs
Marruecos, T¨²nez, Argelia y L¨ªbano dan la espalda a Israel como pa¨ªs invitado
Banderas tricolores y banderas con la estrella de David. Los Campos El¨ªseos celebran estos d¨ªas el encuentro pol¨ªtico entre Francia e Israel. Y, coincidiendo con ello, ma?ana se abre al p¨²blico la 28? edici¨®n del Sal¨®n del Libro de Par¨ªs. El pa¨ªs invitado este a?o es Israel, y la literatura, la escrita en hebreo. Eso, sobre el papel, ya molesta a algunos -la literatura escrita en ingl¨¦s, en ¨¢rabe, en ruso o en franc¨¦s, por limitarnos a esas lenguas, por ciudadanos israel¨ªes ?no merece la invitaci¨®n del Sal¨®n?, preguntan algunos-, pero irrita a m¨¢s cuando todo coincide con el 60 aniversario de la creaci¨®n del Estado de Israel.
Ilan Pappe dice sentirse en la "imposibilidad moral de participar"
Hoda Barak cree que "todo boicoteo de la literatura es in¨²til y est¨²pido"
Muchos de esos escritores hablan de otras cosas, de la vida, de paisajes
Las instalaciones del Sal¨®n aparecen tomadas por la polic¨ªa
Da igual que los 1.200 expositores invitados acudan a la cita y que m¨¢s de 3.000 escritores presenten, entre el 14 y el 19 de marzo, su trabajo ante un p¨²blico numeroso. El boicoteo proclamado por cuatro pa¨ªses -Argelia, Marruecos, T¨²nez y L¨ªbano-, as¨ª como por un n¨²mero importante de escritores o editoriales ¨¢rabes -y por escritores israel¨ªes- ha focalizado toda la atenci¨®n. El egipcio Tariq Ramadan, desde el prestigio que le confiere su condici¨®n de profesor en Oxford, ha precisado que "el boicoteo no significa negar la existencia de Israel, pero s¨ª oponerse a su pol¨ªtica de ocupaci¨®n y represi¨®n". Para ¨¦l "la celebraci¨®n de los 60 a?os de Israel es, excepto si se nos toma por imb¨¦ciles, eminentemente pol¨ªtica".
Lo cierto es que los 39 escritores israel¨ªes presentes en Par¨ªs no hablan ¨²nicamente de pol¨ªtica, de los dramas de su pa¨ªs o de la dificultad de ser jud¨ªo. Muchos de ellos analizan el pecado original que acompa?a la fundaci¨®n del Estado de Israel -?de cualquier Estado?-, la mayor¨ªa son favorables a la creaci¨®n de un Estado palestino viable, e incluso los hay, como Ilan Pappe, que han anunciado que viajar¨¢n a Par¨ªs porque dicen sentirse "en la imposibilidad moral de participar en un Sal¨®n cuyo tema principal es el 60 aniversario del Estado de Israel". Pero muchos de esos escritores hablan de otras cosas, de la vida cotidiana, de amor, de tristeza, de paisajes o de aventuras, como los novelistas de cualquier otro lugar.
Los palestinos, la literatura escrita en Palestina, tambi¨¦n est¨¢ presente en el Sal¨®n y los debates protagonizados por sus autores prometen ser animados. Ellos han optado por una "presencia cr¨ªtica". El escritor liban¨¦s Charif Majdalani va m¨¢s all¨¢ y cuestiona la eficacia del boicoteo: "A¨²n no se ha comprendido que Israel se alimenta en parte de nuestra inexistencia en el panorama cultural internacional". Una compatriota suya, tambi¨¦n escritora, Hoda Barakat, cree que "todo boicoteo de la literatura no s¨®lo es in¨²til sino tambi¨¦n est¨²pido. No pienso boicotear la literatura hebraica". Para desenredar el embrollo, nada mejor que la opini¨®n de Sayed Kashua, un escritor ¨¢rabe israel¨ª que se expresa en hebreo, y que asegura que "a¨²n deber¨ªa haber m¨¢s boicoteos contra la entidad sionista", al mismo tiempo se dice convencido de que "el di¨¢logo entre escritores es mejor que el di¨¢logo entre pol¨ªticos". Para Kashua es un misterio saber "donde se sit¨²a exactamente la frontera entre Palestina e Israel".
Durante seis d¨ªas, los 39 invitados debatir¨¢n entre ellos y con el p¨²blico o periodistas. Algunos nombres ya son figuras internacionalmente reconocidas, como Amos Oz, David Grossman, Abraham B. Yehoshua o Aharon Appelfeld mientras que otros son autores de una generaci¨®n intermedia, como Zeruya Shalev o m¨¢s j¨®venes, como Ron Leshem, pero todos ellos han sido fotografiados por Daniel Mordzinsky para una galer¨ªa de retratos en gran formato que se expone en el Sal¨®n y en la que viven ajenos a las bombas, al muro y a la guerra larvada. Todas esas fotos han sido editadas por Gallimard en un volumen titulado Tierra de palabras prologado por Simon Peres.
M¨¢s de 400 librer¨ªas francesas se han sumado a la operaci¨®n y sus escaparates est¨¢n estos d¨ªas ocupados por libros de escritores de Israel. El canal de televisi¨®n del propio Sal¨®n ofrece, en directo o en diferido, las entrevistas o mesas redondas con los autores y un semanario como Telerama ha editado 450.000 ejemplares del programa de las actividades literarias a desarrollarse durante esos seis d¨ªas. Las instalaciones feriales de la Porte de Versailles aparecen tomadas por la polic¨ªa: nunca un Sal¨®n hab¨ªa requerido tanta vigilancia.
Pero el Sal¨®n tiene otras preocupaciones. Por ejemplo, ?c¨®mo salvar los derechos de autor cuando se generalice la edici¨®n y el libro electr¨®nico y, con ¨¦l, la pirater¨ªa? Los editores temen correr el mismo destino que la industria del disco. Claro que esa amenaza se refiere a un p¨²blico lector existente y olvida el gran problema: uno de cada tres franceses no lee ning¨²n libro al a?o.
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