Revisionistas frente a Bin Laden
La pol¨¦mica entre Ayman al Zawahiri y el que fuera su principal mentor en el escalaf¨®n yihadista, el Doctor Fadl, se atiene escrupulosamente al destino de una organizaci¨®n que se adorna con los ropajes de la religi¨®n, pero que ha adaptado su actuaci¨®n a las estrategias de un movimiento revolucionario.
No es una simple coincidencia que el Doctor Fadl haya encabezado el t¨ªtulo del texto origen de la pol¨¦mica con el t¨¦rmino de Revisiones, ni tampoco que Ayman al Zawahiri haya respondido seg¨²n el patr¨®n cl¨¢sico del discurso pol¨ªtico revolucionario. No descalifica al Doctor Fadl como hereje, seg¨²n convendr¨ªa al lenguaje religioso. La acusaci¨®n que lanza contra ¨¦l es la de revisionista, a la que de inmediato a?ade una sospecha de connivencia con el cruzado y el jud¨ªo. Es decir, retoma el esquema de aquellos grup¨²sculos revolucionarios de principios del siglo XX que convert¨ªan toda disidencia en una prueba incontestable de entendimiento con el enemigo.
El Doctor Fadl emprende la cr¨ªtica del yihadismo desde dos perspectivas diferentes y, m¨¢s a¨²n, irreconciliables. Por una parte asegura que los atentados suicidas son contrarios al Cor¨¢n y a la doctrina y la pr¨¢ctica musulmanas. Por otra, sostiene que son contraproducentes para la causa que defiende el yihadismo. Si en el primer caso se trata de argumentos estrictamente teol¨®gicos, en el segundo son razonamientos pol¨ªticos, incluso pragm¨¢ticos. Son estos razonamientos los que al Zawahiri ha querido contradecir de manera preferente en su respuesta al Doctor Fadl. Mientras que su autoridad como n¨²mero dos de Al Qaeda para interpretar correctamente el texto sagrado entra en inevitable competencia con los centenares, miles de ulemas que existen en el islam, los t¨ªtulos pol¨ªticos de los que puede vanagloriarse son ¨²nicos y exclusivos: seg¨²n su visi¨®n, los muyahidin han hecho fracasar la estrategia de Estados Unidos y ¨¦se es el m¨¦rito y el argumento decisivo en favor de la yihad. Para Al Zawahiri, pues, la eficacia de la acci¨®n importa m¨¢s que la interpretaci¨®n del Cor¨¢n.
La pol¨¦mica entre el Doctor Fadl y al Zawahiri acerca de la yihad demuestra hasta qu¨¦ punto han confundido el objetivo muchos de los an¨¢lisis que han circulado durante los ¨²ltimos a?os en Europa y en Estados Unidos. Ante la brutalidad de tantos atentados cometidos antes y despu¨¦s del 11 de septiembre, la pregunta principal no consist¨ªa en identificar el supuesto precepto religioso que habr¨ªa inspirado a los terroristas, sino en desentra?ar la estrategia pol¨ªtica que persegu¨ªan.
De estar llamados a perdurar, algo que nadie puede pronosticar en estos momentos, los argumentos cruzados por estos dos secuaces del terror pasar¨¢n a formar parte, en todo caso, de los breviarios pol¨ªticos para instrucci¨®n de yihadistas, no de los manuales de teolog¨ªa musulmana. La barbarie extremista de Al Qaeda y sus acciones suicidas han provocado una profunda fractura en el mundo musulm¨¢n; hoy es Al Qaeda la que padece a su vez esa fractura. Una crisis dentro de la crisis, una fitna dentro de la fitna.
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