Una argentina hija de desaparecidos denuncia a sus padres adoptivos
La fiscal¨ªa pide 25 a?os para la pareja como coautores del 'robo' del beb¨¦
"Que la sociedad deje de aceptar que se roben hijos de otras personas". Asediada por los periodistas pero con el ¨¢nimo firme, Mar¨ªa Eugenia Sampallo acababa de escuchar en la sede de los tribunales de Buenos Aires c¨®mo la fiscal¨ªa ped¨ªa 25 a?os para los tres autores del robo de un beb¨¦. Sampallo es a la vez la denunciante y el objeto del robo porque esta argentina de 30 a?os ha sentado en el banquillo por primera vez en la historia de su pa¨ªs al hombre que, pr¨¢cticamente reci¨¦n nacida, la arranc¨® de su madre y a la pareja que la recibi¨® y la cri¨®. As¨ª, el pr¨®ximo 4 de abril un juez federal dictar¨¢ sentencia sobre la primera denuncia del hijo de una desaparecida contra quienes ejercieron como padres adoptivos y contra el militar que la secuestr¨®.
Hasta llegar a este punto Sampallo ha tenido que luchar, literalmente desde ni?a, para conocer la verdad. Una determinaci¨®n que surgi¨® un d¨ªa de 1986 cuando el matrimonio formado por Osvaldo Rivas y Cristina G¨®mez Pinto envi¨® a su hija de ocho a?os a una psic¨®loga para darle una noticia: en realidad era una ni?a adoptada y sus verdaderos padres hab¨ªan muerto en un accidente. La chiquilla comenz¨® a preguntar insistentemente por detalles sobre sus padres biol¨®gicos y un a?o despu¨¦s Rivas y G¨®mez Pinto accedieron a revelar que su madre hab¨ªa sido una empleada dom¨¦stica.
La curiosidad infantil no se detuvo y la versi¨®n cambi¨® ligeramente para convertir a la ni?a en hija de una azafata europea. Finalmente y varios a?os despu¨¦s explicaron, ya no a una ni?a sino a una adolescente, que hab¨ªa sido abandonada en la puerta del hospital Militar de Buenos Aires y recogida por un amigo de la familia, el capit¨¢n Enrique Berthier, quien se la hab¨ªa entregado.
Pero, como dice un proverbio jud¨ªo, "con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanzas de volver". El matrimonio no soport¨® la tensi¨®n y se separ¨® apenas dos a?os despu¨¦s de tratar de enga?ar a la ni?a. Y un d¨ªa, cuando ¨¦sta volvi¨® a casa, la madre, Cristina G¨®mez, con quien se hab¨ªa quedado, le anunci¨® que "unas viejas" la quer¨ªan separar de ella. Se trataba de las Abuelas de Plaza de Mayo, quienes buscaban a los ni?os nacidos en los centros de tortura de la dictadura militar cuyas madres hab¨ªan sido asesinadas. Pero una prueba de sangre realizada para averiguar si ella era uno de estos casos dio resultado negativo.
Sin embargo, ya no hab¨ªa vuelta atr¨¢s y estaba claro que un grave enga?o flotaba en el aire. El ambiente se volvi¨® irrespirable y Cristina G¨®mez le hac¨ªa constantes reproches a la chica. "Me dec¨ªa que yo no era agradecida con ellos por lo que hab¨ªan hecho por m¨ª y que si no fuera por ellos yo estar¨ªa tirada en una zanja", declar¨® Sampallo ante el tribunal. Cuando cumpli¨® 19 a?os se march¨® de casa sin llevarse ning¨²n recuerdo de la vida que hab¨ªa tenido con los que se proclamaron sus padres adoptivos.
Sampallo, que todav¨ªa desconoc¨ªa que se llamaba as¨ª, volvi¨® a someterse a an¨¢lisis en 2000. La Comisi¨®n Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) realiza campa?as todav¨ªa hoy, anima a cualquiera que tenga dudas a realizarse las pruebas y a todos aquellos que tengan un familiar desaparecido a donar muestras de ADN para facilitar las identificaciones.
La prueba fue un ¨¦xito y por primera vez desde que era ni?a Mar¨ªa Eugenia supo una verdad sobre su origen. En realidad es la hija de Leonardo Sampallo y Mirta Barrag¨¢n. Ambos fueron secuestrados, ella embarazada de seis meses. El resto de la historia lo conoc¨ªa demasiado bien.
Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, ha revelado un detalle que la impresion¨®. Fue la primera vez que Mar¨ªa Eugenia se encontr¨® con su verdadera abuela. Aquella mujer ya adulta se sent¨® en las rodillas de la anciana, un gesto que le hab¨ªa sido negado a la ni?a que venci¨® las mentiras.
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