?Hay vida despu¨¦s de la juani?
Si no pareciera el arranque de un libro de Danielle Steel, la primera frase de este reportaje ser¨ªa Ver¨®nica Echegui es de una belleza salvaje. Vale. Ha sido la primera frase. Pero es que es dif¨ªcil resistirse a describir el c¨®ctel molotov que forman los ojos negros, las cejas despeinadas, la voz rota y unos labios de esc¨¢ndalo que desaparecen cuando sonr¨ªe y asoman sus dientes separados. Ver¨®nica, Vero para los amigos, llega a la sesi¨®n de fotos, se quita el aparato dental y lo deja en una cajita. Son las 9.30. Tiene sue?o. Bosteza y se estira con tantas ganas que te contagia. Habla como t¨² y como yo. Dice mola, maromo, discazo, t¨ªa, movida, morros, tal y cual, palitroque. Echegui es en nuestra cabeza La Juani, esa hero¨ªna de extrarradio sexy y deslenguada que se pasea luciendo tanga y m¨®vil. Un total de 450.000 personas vieron la pel¨ªcula de Bigas Luna. Ella recorri¨® plat¨®s y sali¨® en todas las revistas. Removi¨® su vida de arriba abajo. Profesionalmente, est¨¢ claro. Pero tambi¨¦n en lo personal. Arrastra las secuelas del papel: ahora suelta m¨¢s tacos y ha aprendido a disfrutar, a quedarme menos en la cabeza, a expresarme y apreciarme m¨¢s. La cuesti¨®n es, ?hay vida m¨¢s all¨¢ de La Juani? Pues est¨¢ en ello. Aunque pronto empezar¨¢ el rodaje de la segunda parte del filme, Juani Hollywood, en estos dos a?os (madre, c¨®mo pasa el tiempo) la actriz ha actuado en otras cinco pel¨ªculas. Tocar el cielo se estren¨® en septiembre, y no es que vivas en Babia: s¨®lo la vieron 61.292 espectadores. El 8 de abril estrena 8 citas, junto a Fernando Tejero y Bel¨¦n Rueda. Y hoy llega a los cines El menor de los males, de Antonio Hern¨¢ndez (En la ciudad sin l¨ªmites, Los Borgia) , la pel¨ªcula que rod¨® justo despu¨¦s de La Juani, un thriller irregular y poco acertado en el que la actriz da vida a la amante adolescente de un pol¨ªtico importante. Echegui, que recibi¨® el premio del festival de cine de M¨¢laga a la mejor actriz de reparto por su papel, la defiende: La historia te mantiene en vilo. No deja indiferente, te provoca. Yo como espectadora es lo que valoro, no irme de rositas a mi casa. Antonio Hern¨¢ndez babea por la actriz (como todos los entrevistados, por cierto): Tiene energ¨ªa, ganas y talento. Al principio me negaba a darle el papel, pero el actor Sergio Peris-Mencheta insisti¨® en que era la persona a la que estaba buscando. Cuando me vi obligado, porque no encontraba a la actriz, la llam¨¦. Hizo una prueba espectacular. Y en la pel¨ªcula est¨¢ tierna, salvaje, ofensiva, hip¨®crita, suave. Con un poquito de suerte se va a convertir en una de las estrellas m¨¢s importantes del cine mundial. Ha sido un descubrimiento. La voy a seguir llamando cada vez que pueda.
Si Vero quiere ser¨¢ la pr¨®xima Pen¨¦lope Cruz. Se lo dije el mismo d¨ªa que la conoc¨ª (Dani Mart¨ªn)
Estoy mejorando mi acento ingl¨¦s brit¨¢nico y americano. Perd¨ª una oportunidad por eso y no quiero que vuelva a pasar (Ver¨®nica Echegui)
EN Venga, m¨¢s babeo. Dani Mart¨ªn, su compa?ero en La Juani: Si Ver¨®nica quiere ser¨¢ la pr¨®xima Pen¨¦lope Cruz. Se lo dije el mismo d¨ªa que la conoc¨ª. Bigas Luna: Sus ojos tienen vida y luz, y no lo digo en sentido abstracto. La mirada de los actores es muy importante; al fin y al cabo, contar historias es un juego de miradas. Si quiere, llegar¨¢ a ser una estrella. Y ahora Laya Mart¨ª, la actriz que interpret¨® a La Vane, la mejor amiga de La Juani, y con la que la actriz sigue hablando una vez por semana: Ver¨®nica tiene energ¨ªa, es extravertida, luchadora y divertida, aunque cuando tiene que ponerse seria o concentrarse, lo sabe hacer. Echegui tiene 24 a?os y vive en La Latina, el barrio cool de Madrid. Se mueve en moto. Da clases de interpretaci¨®n con el argentino Fernando Piernas que lleg¨® a Espa?a de la mano de Leonardo Sbaraglia. Para cuidar su cuerpo, va a correr al Retiro con Cycle, Muse o Arcade Fire sonando en su MP3. Y los camareros de Viva la Vida, un fast food ecol¨®gico y vegetariano de la plaza de la Paja, la saludan con familiaridad. ?Te cuidas mucho? No pretendo estar luchando contra los kilos toda mi vida, pero mi cuerpo es mi cuerpo. No me gusta saber que me estoy comiendo un filete superhormonado o una manzana que no sabe a nada. M¨¢s que por adelgazar, lo hago porque no me gusta meterme mierda. La ¨²ltima vez que fui al McDonalds me puse enferma. Echegui es la mayor de tres hermanos. Fue una ni?a t¨ªmida, que en clase desconectaba si el tema no le interesaba. No me gustaba el cole Vamos, que me lo pasaba mejor en el parque con los ni?os del barrio. El barrio. Si te est¨¢s imaginando algo parecido al mundo de La Juani, lleno de piercings, macarras y problemas sociales, ve quit¨¢ndotelo de la cabeza. Echegui es hija de un abogado y de una funcionaria. Creci¨® en Nuevos Ministerios, un barrio de clase media de Madrid, y fue a un colegio privado de monjas. Que no le gust¨® nada. La falta de libertad era total. No soportaba ese control de si llevas la falda a tal o cual altura. La disciplina era militar y con los ni?os no se puede ser tan intransigente porque les creas traumas. Como muchas ni?as, Ver¨®nica se debat¨ªa entre ser princesa o actriz hasta que se dio cuenta de que para ser princesa hay que casarse con un maromo que no te gusta. Me imaginaba que la vida como actriz ser¨ªa superemocionante, y con nueve a?os lo dije en casa, pero me callaron. Pero insisti¨®. Con 17 a?os hizo un curso de improvisaci¨®n. Le gust¨®. Al a?o siguiente le dijo a sus padres que s¨ª, que iba a matricularse en turismo, pero a sus espaldas se present¨® a las pruebas de acceso a la Real Escuela Superior de Arte Dram¨¢tico (RESAD). Cant¨® el tema de Gilda en el que Rita Hayworth se quita el guante, narr¨® un extracto de El amor en los tiempos del c¨®lera y declam¨® un verso de El alcalde de Zalamea. Entr¨®. A la mierda el turismo. Y se plant¨® ante la representante de actores Juani Labrador, que la recuerda como una chica echada para delante, seductora, sin miedo. Le hicimos fotos y ya en la primera sesi¨®n apuntaba maneras. Tiene una mirada fant¨¢stica. Y es muy divertida. Se lo pasa bien en lo que hace. Creo que triunfar¨ªa en cualquier cosa que se propusiera. Pronto llegaron los papelillos. En la serie Una nueva vida, que s¨®lo aguant¨® cinco cap¨ªtulos. En Paco y Veva, donde interpretaba a una chica alocada y con los pelos de colores. Tambi¨¦n actu¨® en la obra Infierno, del Centro Dram¨¢tico Nacional, que tuvo mucho ¨¦xito. Tripiti¨® curso y dej¨® la RESAD. Y La Juani se cruz¨® en su camino. Bigas Luna recorri¨® Espa?a a la b¨²squeda de su protagonista. Vio a 3.000 aspirantes y aprovech¨® para crear expectaci¨®n y promocionar su pel¨ªcula. Muchos siguen pensando que Echegui era realmente una chica sin experiencia, un diamante en bruto surgido de la nada. Pero no. La aspirante n¨²mero 651 se present¨® a la prueba vistiendo un ch¨¢ndal amarillo chill¨®n de Bershka, una gorra y pendientes de aro de pl¨¢stico tambi¨¦n amarillos, pasando de Moli¨¨re y de los prejuicios de cualquier actor en sus cabales. Tambi¨¦n llevaba en el bolso un v¨ªdeo en el que cantaba un rap, pero no se atrevi¨® a d¨¢rselo al director. Echegui se fue a un centro comercial y abord¨® y grab¨® a las chicas que se parec¨ªan a La Juani que ten¨ªa en mente. Y maquill¨® su pasado, lo que se convirti¨® en un problema el d¨ªa en que Bigas le pidi¨® que le ense?ara el barrio donde hab¨ªa crecido (y ella, con m¨¢s cara que espalda, lo llev¨® a otro distinto). Cuando Laya Mart¨ª conoci¨® a la que ser¨ªa su compa?era de reparto, a la famosa Juani que Bigas hab¨ªa buscado hasta debajo de las piedras, se qued¨® impresionada: Yo estaba m¨¢s verde y nerviosa. Vero es muy fuerte, y eso me daba calma y seguridad. Me dijo que para interpretar bien nuestros papeles ten¨ªamos que establecer v¨ªnculos y me propuso hacer de nuestros personajes en la vida real. As¨ª que un d¨ªa cogimos a mi perra, le cambiamos el nombre de Simba a Trueno, nos metimos en la piel de La Juani y de La Vane, y nos fuimos al Heron City de Barcelona, nos metimos en el Bershka y empezamos a liarla con la ropa.Todo esto fue hace dos a?os. Hoy estamos en Madrid y seguimos en la sesi¨®n de fotos. Echegui, con extensiones y ya maquillada, se pone una t¨²nica con la que parece una predicadora. Se pasea por la casa gritando ?Viva Jesucristo! ?Viva!. Es payasa. Tararea todo el rato, le dan ataques de risa en el metro. Cuando habla mueve las manos y tintinea la juerga de pulseras que lleva en el brazo. La dorada era de su abuela. La blanca se la regal¨® una amiga. Las azules las compr¨® en un Topshop cuando estuvo en Liverpool A Echegui no se le dan muy all¨¢ las entrevistas. Ni tiene muy claro qu¨¦ le apetece desvelar y qu¨¦ no, ni tiene grandes descubrimientos que contar. Pero es seductora y busca la complicidad. Te pellizca y te hace re¨ªr; algo as¨ª como: deja de preguntar y vamos a echarnos unas risas. En el futuro la veremos en La casa de mi padre, para la que tuvo que aprender a hablar con acento argentino, y en El patio de mi c¨¢rcel, en la que da vida a una presa de la c¨¢rcel de Yeser¨ªas. En estos momentos est¨¢ en un descanso entre rodaje y rodaje. Tengo tiempo libre, no me lo creo, y estoy aprovechando para hacer lo que me gusta. Haciendo yoga, aprendiendo a tocar la guitarra, dando clases de voz y mejorando mi ingl¨¦s, el brit¨¢nico y el americano. ?Y eso? Para pillar bien los acentos. Tuve la oportunidad de rodar fuera y la perd¨ª por eso. No quiero que vuelva a pasar, porque si puedo irme para all¨¢, me ir¨¦. Pero todav¨ªa estoy aprendiendo. S¨¦ que tengo mis limitaciones y que me queda mucho camino. Una barbaridad, dice, y lanza el trig¨¦simo bostezo de la ma?ana. Cuando acabe la sesi¨®n se subir¨¢ a un tren a Valencia, para ver a The Cure, que act¨²an esa misma noche. La actriz sale de la sesi¨®n rumbo a la estaci¨®n con unos zapatos de Mascar¨® rojos de plataforma en el bolso. Se los ha pedido al estilista con un gui?o. Y a ver qui¨¦n es el listo que se le resiste.
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