Guerra de 'iPods' en Shanghai
Shanghai, las once de la noche del primer s¨¢bado de marzo. Hace ya una hora que el ¨²ltimo local dise?ado por Philippe Starck en China, el club VOLAR Shanghai, se ha llenado y el ambiente se empieza a caldear. El escenario, dispuesto en forma de ring, se ilumina y suben los primeros luchadores. Sus armas, los mp3. Un ¨¢rbitro con meg¨¢fono presenta a los contendientes y empieza la iPod Battle, una fiesta sin platos donde gana quien mejor pinche con su reproductor de bolsillo. Ocho equipos de parejas, la mayor¨ªa aficionados, se enfrentan sobre el cuadril¨¢tero con una sola aspiraci¨®n: conquistar al p¨²blico con su selecci¨®n musical. ?Qui¨¦n no ha fantaseado alguna vez con la idea de ser dj? Los pretendientes al t¨ªtulo esta noche son promotores de eventos musicales, abogados, dise?adores, periodistas o publicitarios de nacionalidades diversas: chinos, ABC (american born chinese) , franceses, suecos, americanos, alemanes...Seg¨²n explica su organizador, Monsieur Arthur, miembro de Studio Zero, "lo que nos interesa en estas fiestas es saber lo que l¨ªderes de opini¨®n del mundo del dise?o, de la m¨²sica y de la agitaci¨®n cultural esconden en sus reproductores mp3". Y a?ade: "Los iPod se han convertido en una extensi¨®n de uno mismo, y por ello nos pareci¨® divertido organizar una competici¨®n de este estilo en una ciudad tan agitada como Shanghai, descubrir qu¨¦ sonidos inspiran a esta gente y compartirlos".Los asaltos se van sucediendo y los t¨¢ndem menos aplaudidos son eliminados. La batalla definitiva se decide entre dos equipos, situados a ambos lados del ring, que exprimen sus iPod a la b¨²squeda del tema perfecto. Su victoria est¨¢ en manos del p¨²blico, que debe demostrar qui¨¦n es su ganador gritando, saltando, haciendo el m¨¢ximo de ruido que sus pies y pulmones puedan producir. Un aparato medidor de sonido hace las veces de juez imparcial e indica que los vencedores de esta edici¨®n son los Louder.cn, d¨²o fundador de la p¨¢gina web hom¨®nima, versi¨®n cantonesa de SmartShanghai.com, que asesora al p¨²blico chino sobre novedades musicales, noche y tendencias.El premio material es una copa barata, pero el real es haberse ganado el respeto de una audiencia experta en fiestas, ya que en esta ciudad hay por lo menos una convocatoria importante al d¨ªa con dj's de impacto planetario. Un mi¨¦rcoles cualquiera puedes haber elegido entre una sesi¨®n del franc¨¦s Laurent Garnier o una de Steve Aoki, uno de los pinchadiscos norteamericanos de origen japon¨¦s m¨¢s trendy del mundo, y contemplar lo mucho que disfrutan cuando acuden a este lado del globo y c¨®mo su energ¨ªa se multiplica contagiando al p¨²blico. Cuando acaba el combate de MP3, a las dos de
"Los mp3 se han convertido en una extensi¨®n de uno mismo. Lo que nos interesa en las ipod Battles es saber lo que los l¨ªderes de opini¨®n esconden en ellos" (Monsieur Arthur)
algunos de los participantes subidos a la cabina, todos los presentes parecen estar de acuerdo en que ¨¦sta ha sido una de las noches m¨¢s inspiradoras y frescas de este comienzo del a?o chino de la rata. Las iPod Battles nacieron a finales de 2006 en el emblem¨¢tico ParisParis de la capital francesa, y el a?o pasado los chicos de Studio Zero decidieron importarlas a China. Sus miembros, j¨®venes dise?adores gr¨¢ficos, dj's y fot¨®grafos franceses montaron una primera fiesta en Shanghai el a?o pasado con la ¨²nica pretensi¨®n de pas¨¢rselo bien en una urbe que est¨¢ viviendo un momento creativo espectacular a todos los niveles. Sus edades van de los 25 a los 29 a?os, y lo que empez¨® como un hobby se est¨¢ convirtiendo en una agencia rentable. Irrumpieron en Shanghai con toda la energ¨ªa y ganas acumuladas tras a?os viviendo en Europa, un continente en el que, seg¨²n ellos, "se siente cada d¨ªa m¨¢s esa especie de depresi¨®n debida en gran parte a la impotencia de la gente joven y no tan joven a la hora de encontrar una vivienda, un trabajo con un sueldo proporcional a su formaci¨®n, e incluso al intentar sacar adelante un proyecto fuera de las normas establecidas".El inmovilismo creativo europeo hace de la megal¨®polis china el sitio so?ado para todo aquel que tenga una pasi¨®n y una idea de c¨®mo realizarla que en otras partes del mundo ser¨ªa materialmente inviable. Shanghai da la oportunidad de afirmarse como individuo creativo, tal vez porque todav¨ªa falta mucho por hacer y porque la sociedad china est¨¢ ¨¢vida de novedades; aun siendo ¨¦sta una ciudad de tradici¨®n cosmopolita debido a las diversas invasiones sufridas desde el siglo XIX, empezando por los brit¨¢nicos, a los que siguieron los franceses, y terminando por los japoneses durante los a?os treinta.Una de las pr¨¢cticas m¨¢s comunes entre estos j¨®venes, que vienen muchas veces en solitario, es unirse para crear un estudio colectivo en el que las ideas fluyen y los proyectos se multiplican. Es el caso de Leticia Cano, espa?ola de 28 a?os que, tras haber vivido ocho meses en esta ciudad, volvi¨® a Madrid y lo vio claro: ten¨ªa que regresar a Shanghai y atreverse a montar un negocio por cuenta propia. Su especialidad es el coolhunting, el asesoramiento comercial y el desarrollo de negocios y eventos relacionados con la moda. Seg¨²n ella misma explica, "lo ideal es abrir un estudio con otras personas relacionadas con tu mundo para compartir ideas y trabajo, con dise?adores gr¨¢ficos, agentes art¨ªsticos, fot¨®grafos... Sobre todo al principio, cuando todav¨ªa le est¨¢s dando forma a tu empresa. Esto es lo realmente interesante, estar en un lugar en el que gente de nacionalidades distintas intercambian ideas y generan una energ¨ªa brutal, totalmente adictiva". Como ella, cada vez m¨¢s occidentales se deciden a dejar sus pa¨ªses en busca de un lugar en el que todav¨ªa los l¨ªmites no se han impuesto, un lugar en el que todav¨ªa casi todo es posible.En efecto, Shanghai se ha convertido en el Nueva York de hace varias d¨¦cadas, en la nueva Alejandr¨ªa. Gente de todas partes del mundo viaja y vive en esta ciudad, hay un tr¨¢nsito cada vez mayor de profesionales que ven en China una oportunidad de desarrollar sus negocios. Y ya no s¨®lo eso, sino que est¨¢ habiendo una gran fuga de intelectuales, artistas de toda ¨ªndole que abren aqu¨ª sus estudios y galer¨ªas. Debido a esa mezcla de culturas de todo el mundo, se puede considerar que Shanghai no es la China real, por decirlo de alguna manera, sino un hervidero de negocios, de proyectos, de creatividad. Numerosas multinacionales han puesto sus ojos en China y no sorprende a nadie, ya que constituye el mercado m¨¢s grande del mundo. Y aunque la clase media todav¨ªa no ha llegado a su madurez, estas marcas saben que es el momento de invertir, de sembrar para poder recoger. No es de extra?ar, pues, que la noche shanghaiana se haya convertido en uno de los mejores escaparates de propuestas para diferentes marcas de alcohol, de moda o de autom¨®viles. O que todo cantante y grupo de m¨²sica que se precie haya buscado una especial visibilidad en sus visitas recientes. Como Bj?rk, que la lio hace dos semanas clamando por la libertad de Tibet en un concierto multitudinario. O Kylie Minogue, que reapareci¨® el pasado verano ejerciendo de estrella invitada, por una suma exorbitante, y cantando dos temas en la inauguraci¨®n de la primera tienda H & M de China, con una repercusi¨®n para la firma a nivel mundial. Incluso la marca de whisky Cutty Sark ha basado su reciente campa?a en el puente Londres-Shanghai, ratificando lo en boga que est¨¢ la ciudad.

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