No ha sido un 'tsunami'
Lo que le ha ocurrido a IU el pasado 9-M no ha sido el resultado de un tsunami bipartidista, como lo ha calificado Gaspar Llamazares, sino que es el resultado de una evoluci¨®n en el sistema de partidos, que se inici¨® en las elecciones generales de 1989 y que ha conducido a una concentraci¨®n ininterrumpida y progresiva del voto de la derecha y del centro derecha en el PP. De manera progresiva desde 1989 los resultados del PP han tendido a girar en torno a la suma de votos que tuvieron UCD y AP en las elecciones de 1977 y 1979. Esta concentraci¨®n del voto de la derecha y del centro derecha espa?oles en el PP parece un dato irreversible de nuestro sistema de partidos. El resultado reciente del 9-M as¨ª parece indicarlo.
El sistema castiga la divisi¨®n del voto en el interior de la izquierda y la derecha
A esa concentraci¨®n contribuy¨® de manera no desde?able la direcci¨®n de IU entre 1989 y 1996. La quiebra de la hegemon¨ªa socialista de los ochenta y el ascenso del PP no pueden ser entendidos sin la contribuci¨®n de IU bajo la direcci¨®n de Julio Anguita en Espa?a y Luis Carlos Rej¨®n en Andaluc¨ªa. La pol¨ªtica de IU fue importante para que se levantaran las reservas que hab¨ªa en la sociedad espa?ola respecto del car¨¢cter escasamente democr¨¢tico del PP y facilit¨® que la uni¨®n del voto de la derecha y del centro derecha se hiciera no a partir de un partido de centro, sino de un partido de derecha con componentes de extrema derecha. El PP es un partido que est¨¢ entre la extrema derecha y la derecha que ha fagocitado al centro derecha. Es algo muy parecido a lo que ha ocurrido en el Partido Republicano de los Estados Unidos en los ¨²ltimos veinte a?os.
El resultado ha sido una cat¨¢strofe para IU. En un sistema electoral como el espa?ol, con un n¨²mero de esca?os relativamente reducido, 350, m¨¢s la provincia como circunscripci¨®n electoral con un n¨²mero de dos esca?os atribuidos a cada una de ellas como punto de partida y una f¨®rmula electoral de media mayor, la f¨®rmula D'Hont, si la derecha espa?ola concentra sus votos y se sit¨²a por encima del 40%, la izquierda es muy dif¨ªcil que pueda ganar si el voto de IU pasa del 5%. Si el 9-M IU hubiera tenido un 1,20% m¨¢s y el PSOE un 1,20% menos, es posible que el PP hubiera ganado en esca?os, aunque no en votos.
No s¨¦ si a estas alturas del gui¨®n IU puede hacer algo para salir de la situaci¨®n en la que se encuentra. El sistema electoral espa?ol castiga la divisi¨®n del voto en el interior de la izquierda exactamente igual que en el interior de la derecha. Carles Castro (Relato Electoral de Espa?a (1977-2007), ICPS Barcelona, 2007), ha puesto de manifiesto c¨®mo en las elecciones de 1989 la divisi¨®n del voto de la derecha y centro derecha entre PP y CDS, condujo a una mayor¨ªa casi absoluta del PSOE. El voto de PP y CDS concentrado habr¨ªa reducido el n¨²mero de esca?os del PSOE de 175 a 157 y habr¨ªa aumentado el n¨²mero de esca?os de PP y CDS de 121 (107+14) a 141. Algo parecido a la inversa habr¨ªa ocurrido el 9-M, si el PSOE hubiera obtenido el 38% o 39% o incluso el 40% o 41% e IU entre el 6% y el 9%.
Esto, la sociedad espa?ola lo ha interiorizado. Y cada vez m¨¢s. Desde 1989, pero sobre todo desde 1993, hemos podido comprobar hasta d¨®nde est¨¢ dispuesto a llegar el PP para conseguir el Gobierno y lo que est¨¢ dispuesto a hacer desde el Gobierno para mantenerse en ¨¦l. Si entre 1989 y 1996 pudo haber una cierta comprensi¨®n hacia la pol¨ªtica de IU respecto del PP y del PSOE, desde que se pudo comprobar lo que era el PP en el Gobierno, dicha comprensi¨®n desapareci¨® casi de manera inmediata. La direcci¨®n de IU entre 1989 y 1996 capt¨® electores de forma fraudulenta. Desde entonces y cada vez con mayor intensidad est¨¢ pagando el error Anguita.
Dado el estado en que se encuentra IU y en el que se encuentra el componente comunista de la coalici¨®n, resulta imposible hacer una previsi¨®n de c¨®mo pueden reaccionar frente a los resultados de las ¨²ltimas elecciones. Deber¨ªan reflexionar sobre la propuesta que les hizo Joaqu¨ªn Almunia en las elecciones de 2000. Hacer c¨¢lculos con los resultados que se podr¨ªan alcanzar con dicha propuesta e intentar de esa manera dar alg¨²n valor a su capital electoral. Las circunstancias son muy distintas, pero al PSOE tambi¨¦n le puede interesar volver sobre dicha propuesta. No para repetirla tal cual, porque eso es imposible, pero s¨ª para solidificar la opci¨®n electoral de izquierda.
Llamazares dijo hace unos d¨ªas que el presidente del Gobierno le hab¨ªa transmitido su pesar por los resultados de IU. Creo que ese pesar lo hemos compartido muchos ciudadanos de izquierda. Llamazares se ha ganado el respeto de la izquierda espa?ola en general, y en Andaluc¨ªa hemos podido valorar la contribuci¨®n decisiva de IU a la reforma del Estatuto. Pero las cosas son como son y los resultados del 9-M no son producto de un tsunami.
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