El dif¨ªcil regreso del Dalai Lama
Las negociaciones entre el Gobierno y el l¨ªder espiritual est¨¢n estancadas
Una noche, hace unos meses, un joven tibetano estaba bebiendo unas cervezas en un bar en Pek¨ªn con un amigo y dos chicas de la etnia han -identificada com¨²nmente con los chinos-, cuando, de repente, se volvi¨® hacia tres extranjeros que estaban sentados en una mesa cercana, y les susurr¨® mientras miraba de reojo a sus dos acompa?antes: "A m¨ª no me gustan las chinas". Luego levant¨® el pu?o, grit¨® un par de veces "T¨ªbet libre", y a?adi¨®: "El Dalai Lama es un gran hombre".
El universitario, que sali¨® de Lhasa hace alg¨²n tiempo para estudiar en Pek¨ªn financiado por el Gobierno, podr¨ªa haber tenido problemas con su gesto. Varios adolescentes hab¨ªan sido detenidos d¨ªas antes en la provincia occidental de Gansu, donde viven muchos tibetanos, despu¨¦s de que fueran encontradas pintadas en algunas paredes, pidiendo el regreso del Dalai Lama.
Runggye Adak, otro tibetano, ha sido acusado de subversi¨®n en la provincia de Sichuan tras exigir p¨²blicamente mayor libertad religiosa y la vuelta del l¨ªder budista.
En China, muchos monjes llevan bajo la t¨²nica granate un broche con la figura del dirigente tibetano, y, aunque su imagen est¨¢ prohibida, es posible encontrarla en algunos templos y tiendas de recuerdos religiosos, donde es vendida a escondidas.
El l¨ªder espiritual, venerado por los budistas lama¨ªstas, sue?a con regresar alg¨²n d¨ªa a su T¨ªbet natal, de donde huy¨® en 1959 tras fracasar el levantamiento popular contra el Gobierno chino. Pek¨ªn se niega porque dice que busca la independencia de la regi¨®n aut¨®noma.
Ambas partes tienen en marcha un proceso de negociaci¨®n. Pero se encuentra estancado. El Gobierno asegura que aunque ha mantenido muchos contactos y conversaciones con representantes del Dalai Lama, el premio Nobel de la Paz ha apoyado constantemente la independencia del T¨ªbet, por lo que, bajo esas circunstancias, "no puede haber un progreso significativo". Pek¨ªn mantiene que el T¨ªbet ha sido hist¨®ricamente parte de China, pero muchos tibetanos aseguran que la regi¨®n del Himalaya fue virtualmente independiente durante siglos.
"El Dalai Lama no es s¨®lo una figura religiosa, y lo cierto es que act¨²a con cierta ambig¨¹edad", asegura un diplom¨¢tico occidental. El l¨ªder espiritual defiende la llamada "v¨ªa de en medio", que preconiza una "autonom¨ªa real" para T¨ªbet dentro de China.
Pero Pek¨ªn cree que sigue defendiendo la secesi¨®n, y ha advertido que las actividades separatistas en el territorio est¨¢n aumentando. Al menos dos miembros del Partido Comunista Chino en el T¨ªbet han sido expulsados en los ¨²ltimos meses por deslealtad.
El Dalai Lama acus¨® el lunes pasado al Gobierno de "graves e inimaginables violaciones de los derechos humanos", entre ellas "la negaci¨®n de la libertad religiosa". "Durante casi seis d¨¦cadas, los tibetanos han tenido que vivir en un estado de continuo miedo, intimidaci¨®n y sospecha bajo la represi¨®n china", dijo. Pero, al mismo tiempo, ha negado que pretenda sabotear los Juegos Ol¨ªmpicos, como le ha acusado Pek¨ªn, y ha replicado que siempre ha apoyado el derecho de China a celebrarlos.
El dirigente tibetano tiene 72 a?os, y algunos observadores pol¨ªticos creen que China est¨¢ arrastrando los pies en las negociaciones, esperando que tras su muerte desaparezca el problema, pero despu¨¦s de su muerte podr¨ªa ser peor.
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