Suiza sufre la primera huelga de empleados del sector p¨²blico desde 1918

Desde el pasado jueves 6 de marzo m¨¢s de 430 empleados de los ferrocarriles suizos (CFF Cargo) se encuentran en huelga en la ciudad de Bellinzona, capital del Cant¨®n Tesino, de habla italiana. El inhabitual conflicto afecta igualmente a empleados de la regi¨®n de Friburgo y otras zonas donde se protesta contra el cierre de talleres y una restructuraci¨®n de este sector de servicios. Los ferrocarriles suizos pertenecen a la Confederaci¨®n Helv¨¦tica y dependen de Moritz Leuenberger, ministro de Transportes.

En el pulso que enfrenta a sindicatos y gobierno, de momento los trabajadores parecen llevar ventaja tras la decisi¨®n el mi¨¦rcoles pasado de detener los planes de restructuraci¨®n a cambio de que los obreros renuncien a la huelga y se sienten a negociar. "Lo sorprendente es que esta es la primera huelga de empleados del sector p¨²blico que vive este pa¨ªs desde 1918", explic¨® a este diario Bruno Pellandini, redactor jefe del Corriere del Ticino, "y eso la convierte en un fen¨®meno ¨²nico", tal y como reconocen los sindicatos. De no encontrarse una soluci¨®n al conflicto, las consecuencias de esta huelga pueden ser serias dado que esta regi¨®n es el nudo central de comunicaciones que une al sur y norte de Europa gracias a los t¨²neles del San Gotardo que comunican Italia, Suiza, Alemania y Holanda. Una zona de enorme importancia estrat¨¦gica. "De hecho, desde la Edad Media nuestra regi¨®n es conocida como la llave de los Alpes", coment¨® Pellandini. A pesar de la amenaza de los huelguistas de bloquear el Gotardo, los analistas consideran esa posibilidad inviable ya que "afectar¨ªa directamente a la poblaci¨®n, que dejar¨ªa de ver con buenos ojos la lucha de los trabajadores".

La poblaci¨®n y partidos pol¨ªticos, tanto de derecha como de izquierda, se han volcado en el apoyo a los huelguistas y hasta el obispo de Lugano se ha instalado a vivir con los trabajadores y sus familias en los talleres. Monse?or Grampa afirm¨® su intenci¨®n de quedarse con ellos, "el tiempo que sea necesario" y oficiar la misa del Domingo de Pascua desde este espacio ocupado.