El PSC quiere tener m¨¢s peso en la Administraci¨®n
"Mejor tener poder transversal en el Gobierno a un par de ministerios", afirman los socialistas catalanes
El tsunami pol¨ªtico generado por los socialistas catalanes -que obtuvieron 25 de los 47 diputados en liza en la comunidad- ha doblado en esca?os a CiU, triplicado al PP y obtenido ocho veces m¨¢s representaci¨®n que Esquerra Republicana. Nunca como ahora el Partit dels Socialistes (PSC) hab¨ªa tenido tanto peso en el grupo parlamentario del PSOE. Ni en 1982, cuando, al igual que el pasado domingo, obtuvo 25 diputados. Entonces, los socialistas gozaban de una s¨®lida mayor¨ªa de 202 esca?os, cifra que el pasado domingo qued¨® acortada para el PSOE hasta los 169.
La formaci¨®n de Montilla logr¨® 25 de los 47 esca?os en juego en Catalu?a
Todo ese capital pol¨ªtico ser¨¢ administrado por Jos¨¦ Montilla, en su doble condici¨®n de presidente de la Generalitat y primer secretario del partido, en una legislatura crucial en la que debe desarrollarse el Estatuto. Los socialistas catalanes atribuyen su victoria a una favorable conjunci¨®n: lo dividen a partes iguales entre Zapatero y su capacidad como partido federado al PSOE. Respetan y alaban el liderazgo del secretario general del partido hermano. En privado, no obstante, piden m¨¢s sensibilidad con las llamadas nacionalidades hist¨®ricas, entre las que se encuentra Catalu?a, y entre las que los socialistas catalanes incluyen a Andaluc¨ªa.
La c¨²pula del PSC apunt¨® desde el d¨ªa siguiente a las elecciones cu¨¢l iban a ser su carta pol¨ªtica a los reyes: mejor tener poder transversal en el Gobierno a un par de ministerios.
"La estructura del Estado ha cambiado mucho. La sanidad, por ejemplo, depende de las comunidades; por ello es mejor estar presente en el poder transversal", asegura un alto dirigente del PSC. ?Cu¨¢l es ese poder transversal? Pues el que se halla en los entornos de Presidencia o Administraciones P¨²blicas, apuntan los socialistas catalanes. Se trata de estar en el ojo de hurac¨¢n, all¨ª donde se va a abordar el futuro auton¨®mico y donde debe aflorar una nueva cultura de la Espa?a plural, aseguran.
Y es que el socialismo catal¨¢n afronta ahora, desde un poder que le ha sido vedado durante 23 a?os, el desarrollo de un Estatuto cuestionado y recurrido ante el Tribunal Constitucional por el PP. El PSC cuenta con un "Gobierno amigo" en Madrid, lo que le obliga a conjugar dos lealtades: a Catalu?a y al PSOE.
Algunos dirigentes del PSC opinan que ha llegado la hora de poner ruedas al federalismo que, aseguran, debe huir de la confrontaci¨®n permanente con el poder central. Pero el PSC busca poder presentar como activo un buen desarrollo estatutario. La tarea no se prev¨¦ f¨¢cil.
El desarrollo del Estatuto -por similar que sea al de otras comunidades que lo han copiado literalmente- genera tensiones en el resto de Espa?a. Y es el PP quien las hace aflorar o directamente las provoca, aseguran desde las c¨²pulas del PSOE y PSC. La campa?a contra el Estatuto catal¨¢n desarrollada durante la pasada legislatura ha sido muy nociva a la hora de emprender ese desarrollo, que el PSOE quiere cauteloso, y el PSC, algo m¨¢s atrevido.
Por ello el PSC pretende que su fuerza en el grupo parlamentario le permita tambi¨¦n engrasar ese segundo nivel de la Administraci¨®n en el que muchas veces se encallan las negociaciones estatutarias. Que haya presencia de socialistas catalanes u otros con sensibilidad auton¨®mica, aseguran, en la maquinaria de la Administraci¨®n.
No se trata de una mera reedici¨®n de lo que sucedi¨® durante los Gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez. Ahora el horizonte estatutario debe ser el objetivo porque en ¨¦l est¨¢ el futuro pol¨ªtico del PSC en Catalu?a. La referencia al riesgo de desapego de la sociedad catalana respecto al resto de Espa?a, hecha por el presidente de la Generalitat el pasado noviembre en Madrid, fue un aviso en ese sentido. No pueden continuar los incumplimientos del Gobierno en asuntos como el traspaso de Cercan¨ªas Renfe o la gesti¨®n del aeropuerto del Prat.
Los resultados tangibles deben suplir, seg¨²n la hoja de ruta del PSC, la falta de visibilidad del socialismo catal¨¢n en el Congreso. No habr¨¢ grupo propio en la C¨¢mara baja. Los socialistas catalanes no lo quieren -al contrario de lo que sucedi¨® hasta 1982 con Socialistes de Catalunya- y creen que es mejor influir desde dentro. Pero fundirse en el magma socialista espa?ol permitir¨ªa que CiU pudiera acaparar la atenci¨®n de los focos, y en el supuesto de que llegue a acuerdos con el PSOE, convertirse en el grupo que capitalice el desarrollo estatutario.
Esa ser¨ªa una fuente de fricciones. La otra es en clave interna catalana. Se trata de la crisis cainita por el liderazgo en que se halla sumida Esquerra.
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