En el hospital de los m¨¦dicos mendigos
La sanidad es un caos. 2.000 facultativos han sido asesinados
El Centro de Cirug¨ªa Cardiol¨®gica Ibn al Bitar constituye un ejemplo de la capacidad de resistencia de los iraqu¨ªes. S¨®lo hay que mirar las fotos que el director, Husein al Hili, guarda en su ordenador. Los saqueos de abril de 2003 destruyeron aquella cl¨ªnica, hasta entonces inevitablemente llamada Sadam Husein y que contaba con 250 camas y ocho quir¨®fanos. Un mes despu¨¦s, el personal se reun¨ªa en asamblea y decid¨ªa sacarla adelante. Hoy funciona con 140 camas y cuatro quir¨®fanos pese al abandono del Ministerio de Sanidad.
"Es el ¨²nico centro de esta especialidad en todo Irak, atendemos a 80.000 pacientes de todo el pa¨ªs", declara orgulloso Al Hili, un especialista en gesti¨®n hospitalaria que procede del campo de la radiolog¨ªa. Pero el camino no ha sido f¨¢cil. "El saqueo fue peor que la guerra. A pesar de que hab¨ªa un carro aqu¨ª fuera, los soldados no hicieron nada para impedirlo", recuerda dolido. "Incluso compr¨¦ armas para que los trabajadores defendieran las instalaciones, pero los asaltantes les redujeron y se las quitaron".
"No podemos desperdiciar ni un trozo de algod¨®n", conf¨ªa Al Hili
A ra¨ªz de aquello, una delegaci¨®n de m¨¦dicos fue a ver a las autoridades religiosas, chi¨ªes y sun¨ªes, para que frenaran el descontrol y les ayudaran a recuperar los materiales robados. Pero las cosas no mejoraron mucho cuando regres¨® el orden. "En ning¨²n momento hemos tenido un ministro capacitado para el cargo; todos los que han pasado por Sanidad desconoc¨ªan su trabajo. Se lo he dicho a los estadounidenses, hemos sufrido una doble destrucci¨®n, la producida por la guerra y la causada por el ministerio", explica Al Hili.
No hace falta que ¨¦l lo diga porque es vox p¨®puli que el control del ministerio ha sido un completo desastre. Aunque no se les ha condenado porque los testigos se retractaron, a principios de este mes se juzg¨® a dos altos cargos del mismo por utilizar la cobertura del ministerio para organizar y financiar el asesinato de sun¨ªes que buscaban atenci¨®n m¨¦dica en los hospitales p¨²blicos.
Ese clima de inseguridad y caos ha afectado sobre todo a las clases medias profesionales. Dos mil m¨¦dicos han sido asesinados en los cinco a?os transcurridos desde la invasi¨®n y se estima que la mitad de los 34.000 que hab¨ªa registrados entonces han abandonado Irak. El 90% de los 180 hospitales del pa¨ªs carecen de los suministros b¨¢sicos, lo que ha elevado las tasas de mortalidad infantil y materna. "Hasta ahora no hemos recibido absolutamente nada del ministerio. Se limitan a pagarnos nuestros salarios", asegura el director del Ibn al Bitar. ?C¨®mo consiguen el material quir¨²rgico, las v¨¢lvulas o las medicinas? "Mendigamos".
Al principio no fue as¨ª. Contaron con la ayuda del espa?ol Movimiento para la Paz, la Democracia y la Libertad (MPDL) y de la ONG francesa Premi¨¨re Urgence (financiados por la Oficina Humanitaria de la Comisi¨®n Europea, ECHO). A¨²n pueden verse sus pegatinas a la entrada de la cl¨ªnica. "Incluso llegamos a firmar un acuerdo para el intercambio de doctores, de forma que nuestros especialistas pudieran formarse en Espa?a y Francia, y m¨¦dicos de esos pa¨ªses venir a ayudarnos aqu¨ª".
Pero el agravamiento de la violencia a partir de 2004, ahuyent¨® de Irak a la mayor¨ªa de las organizaciones humanitarias. El Ibn al Bitar volvi¨® a quedarse solo. "Tenemos muchas necesidades. A¨²n sobrevivimos con material procedente del programa de Petr¨®leo por Alimentos. Hay gasas, compresas, agujas y otros b¨¢sicos que est¨¢n caducados, pero los esterilizamos y los utilizamos. No podemos desperdiciar ni un trozo de algod¨®n", conf¨ªa Al Hili.
A la vez, este hombre inasequible al desaliento tiene que luchar contra la corrupci¨®n que gangrena el pa¨ªs. Las medicinas m¨¢s escasas y el instrumental nuevo se guardan bajo llave en su despacho. En tanto que centro estatal, el Ibn al Bitar no cobra a sus pacientes, pero uno de los entrevistados por esta periodista asegur¨® que una enfermera le hab¨ªa pedido dinero por una inyecci¨®n que oficialmente no estaba disponible.
"Los estadounidenses, y esto tambi¨¦n se lo digo a ellos, han destruido este pa¨ªs, no han hecho nada por nosotros y encima nos han tra¨ªdo a los terroristas", lamenta Al Hili, "por eso la gente, est¨¢ convencida de que todo esto estaba planeado. No le encontramos otra explicaci¨®n".
"No es que estemos peor que hace cinco a?os, es que estamos peor que hace un siglo, hemos vuelto a los tiempos de Abu Baker, hace 1.300 a?os", concluye dispuesto, a pesar de todo, a no tirar la toalla.
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