Paisaje despu¨¦s de la batalla
Como he dicho muchas veces, creo que Zapatero, el reelegido presidente, es tan incapaz de concebir un proyecto s¨®lido como h¨¢bil a la hora de gestionar percepciones. En un mundo tan medi¨¢tico como el que vivimos las cosas le han ido bien, pero no estoy seguro de que le vayan a ir igual de bien en el futuro. Aunque s¨®lo sea por aquello tan conocido de que no hay viento favorable para el que no sabe ad¨®nde va.
Los que le conocen bien dicen que su ¨²nica obsesi¨®n ha sido y es el poder. Por eso, su ¨²nica estrategia desde que lleg¨® a la Moncloa ha sido aniquilar a la oposici¨®n para hacer imposible la alternancia y perpetuarse en el Gobierno. M¨¢s o menos, la pol¨ªtica que hizo el PRI mexicano y que le sirvi¨® para mantenerse en el poder durante casi medio siglo. Todo lo dem¨¢s son t¨¢cticas al servicio de esta estrategia.
Comprendi¨® cuando a¨²n era l¨ªder de la oposici¨®n que podr¨ªa utilizar el ansia identitaria de muchos catalanes para ir tejiendo un cord¨®n sanitario que permitiese aislar al PP. Por eso prometi¨® que endosar¨ªa cualquier Estatuto que aprobase el Parlament sin tocar una coma. Cuando lleg¨® al Gobierno comprendi¨® que era imposible honrar su compromiso sin dinamitar la Constituci¨®n. No se inmut¨®. Orden¨® a Guerra cepillar un poco el texto para hacerlo m¨¢s presentable. Se ali¨® con Mas cuando Carod le dio la espalda. Enga?¨® a Mas con Montilla y al final se ha alzado en Catalu?a con el santo y la limosna.
Lo que pasa es que la corrida no ha terminado. El Estatut est¨¢ recurrido y no son pocos -entre ellos, Montilla- los que amenazan con una revuelta c¨ªvica si el Tribunal Constitucional altera alguna de sus disposiciones. No se ha molestado en explicar c¨®mo piensa encajar las disposiciones financieras del Estatut con las incluidas en otros estatutos de autonom¨ªa, que como sabe utilizan par¨¢metros que son imposibles de conciliar. Por ahora s¨®lo sabemos que Solbes cree que de generalizarse el modelo catal¨¢n los Presupuestos Generales se convertir¨ªan en un sudoku irresoluble y que el conseller Castell considera intolerable que las comunidades del PP quieran hacer uso de su autonom¨ªa para abolir el impuesto sobre sociedades. En resumen, mientras ha sobrado el dinero ha podido callar las bocas de unos y de otras, pero no se sabe qu¨¦ pasar¨¢ cuando se acaben los d¨ªas de vino y rosas.
En Euskadi las cosas tambi¨¦n le han ido muy bien, aunque nadie sepa c¨®mo piensa cerrar las dos grandes cuestiones abiertas en la pasada legislatura. No se sabe en qu¨¦ ha quedado la alternativa L¨®pez, concebida como una tercera v¨ªa entre el Estatuto de Guernica y el Plan Ibarretxe. Lo que se sabe es que lo ¨²nico que queda por ceder es la Seguridad Social, cesi¨®n que sacar¨ªa de sus tumbas a Pablo Iglesias y a Indalecio Prieto. Tampoco sabemos qu¨¦ es lo que est¨¢ dispuesto a ofrecer a ETA si decide reabrir el di¨¢logo, porque no parece probable que los nuevos gudaris est¨¦n dispuestos a abandonar las armas si no se reconoce el derecho de autodeterminaci¨®n del pueblo vasco; derecho de autodeterminaci¨®n que es el n¨²cleo de la consulta que Ibarretxe quiere plantear a la vuelta del verano.
La obsesi¨®n por ampliar sus bases electorales le ha llevado tambi¨¦n a no hacer nada en el terreno econ¨®mico. Cualquier ciudadano avisado sab¨ªa que lo m¨¢s patri¨®tico -ahora que tanto se habla de patriotismo econ¨®mico- hubiese sido aprovechar la oportunidad que le ofrec¨ªa la herencia recibida y la bonanza internacional en la que ha vivido, para ir cambiando un modelo econ¨®mico basado en la construcci¨®n y en servicios intensivos en mano de obra y alimentado por una emigraci¨®n masiva y un cr¨¦dito barato por otro m¨¢s basado en la productividad. Pero eso exig¨ªa sacrificios, liberalizaci¨®n de los mercados de bienes y servicios, flexibilizaci¨®n del mercado laboral etc., que hubiesen disgustado a sus socios m¨¢s izquierdistas y hubiesen empa?ado el autoproclamado "rojer¨ªo" del presidente. Por eso no lo hizo y cuando ha llegado la lluvia nos ha pillado sin paraguas.
Zapatero ha ganado las elecciones porque le han votado la mayor¨ªa de los electores de IU y buena parte de los electores de ERC. A nosotros nos han votado muchos centristas que antes votaron a Zapatero y muchos socialistas que no han querido seguirle en sus aventuras. Pero todav¨ªa no los suficientes para ganar las elecciones; unos porque nos perciben demasiado escorados a la derecha, otros porque nos ven como los herederos del centralismo jacobino. El "si t¨² no vas, ellos vuelven", por mezquino que pueda parecer, ha funcionado una vez m¨¢s en los territorios en los que no gobernamos. Donde gobernamos las pel¨ªculas de terror ya no cuelan.
Si queremos ganar las siguientes elecciones tendremos que mover ficha en pol¨ªtica territorial y en pol¨ªtica econ¨®mica. El modelo valenciano demuestra que somos capaces de aggiornar un Estatuto para plasmar los cambios acaecidos desde su aprobaci¨®n (consolidaci¨®n del Estado de las Autonom¨ªas, integraci¨®n en la UE, etc.) y prepararnos para afrontar los retos del futuro (globalizaci¨®n, emigraci¨®n, envejecimiento) con respeto absoluto a los principios constitucionales b¨¢sicos de unidad de la naci¨®n; igualdad b¨¢sica de los espa?oles y solidaridad. En materia econ¨®mica lo que procede es apostar por el cambio de modelo econ¨®mico combinando competitividad, cohesi¨®n social y desarrollo sostenible. Un modelo econ¨®mico tan alejado del tancredismo socialista como del neoconservadurismo anglosaj¨®n. Una pol¨ªtica que nos permita establecer puentes con los nacionalistas moderados con los que coincidimos en el modelo de sociedad. En suma, una pol¨ªtica de extremo centro.
Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo es eurodiputado por el PP y vicepresidente de la Comisi¨®n de Asuntos Econ¨®micos del Parlamento Europeo.
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