Escandaliza que algo queda
El gran medio de comunicaci¨®n brit¨¢nico que es la BBC -TV en su caso- programa estos d¨ªas una miniserie sobre la pasi¨®n, mitad culebr¨®n religioso, mitad biopic de Cristo, pero con la ambici¨®n de buscarle nuevos ¨¢ngulos a la historia m¨¢s veces jam¨¢s contada. Jesucristo aparece clavado en la cruz no por las manos, sino por los brazos, y con las piernas en flexi¨®n, en posici¨®n que s¨®lo cabe calificar de fetal.
Dicen los responsables que han investigado el asunto a fondo, y que aunque nadie puede garantizar que Jes¨²s muriera as¨ª, esta especulaci¨®n es tan v¨¢lida como la mejor, y a?aden, de manera un tanto enigm¨¢tica, que el m¨¦todo "era uno de los m¨¢s extendidos y eficaces" que se conoc¨ªan. ?Extendidos? Puede. ?Pero eficaces? ?A qu¨¦ se refiere? ?Al grado de sufrimientos del condenado? ?A que procuraba m¨¢s y mejor espect¨¢culo al auditorio? ?O a todo lo contrario?
Aun as¨ª, ser¨ªa balad¨ª en estos tiempos en los que lo m¨¢s sagrado que nos queda es la observancia de las tradiciones laicas -Reyes, Pap¨¢ Noel, las vacaciones de Semana Santa-, si no fuera porque medios cat¨®licos, y tambi¨¦n anglicanos, pero con menos vigor como corresponde a ese protestantismo menor, han puesto el grito en ning¨²n otro lugar m¨¢s apropiado que el cielo para sublevarse contra cualquier alteraci¨®n en la forma medi¨¢tica del mensaje redentor. Y, para m¨¢s inri, tambi¨¦n el texto de esa pasi¨®n vanguardista parece un tanto reescrito con un Judas Iscariote que es casi un Hamlet de Getseman¨ª y Pilatos, todo un caballero del imperio, sin duda, brit¨¢nico.
Quien no tenga mejor cosa que hacer que se escandalice, pero dejemos a la BBC que invente lo que le plazca en materia de espect¨¢culos para tiempo lit¨²rgico, mientras no haya groser¨ªa, o agresi¨®n al dogma cristiano o de cualquier otra religi¨®n debidamente homologada por la historia, que pudiera ofender a un sector del p¨²blico. Y no parece que haya habido nada de tal.
Hace medio siglo hubo quien se escandaliz¨® sin mayor motivo por el Cristo de nuevo crucificado del griego Kazantzakis, pero de entonces ac¨¢, ni la propia crucifixi¨®n es ya lo que era.
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