Imitaciones
La idea de enviar a un festival falso, como el de Eurovisi¨®n, a un cantante de mentira, como Chikilicuatre, nos pareci¨® sobresaliente. Pero se queda peque?a frente a la iniciativa de prohibir por contrato a David Fern¨¢ndez, el actor que da vida al cantante, realizar entrevistas como David Fern¨¢ndez. En un mundo en el que la copia ha alcanzado una difusi¨®n (y quiz¨¢ un prestigio) que el original no pudo ni so?ar, Chikilicuatre ha devenido en la met¨¢fora legal de la industria pirata, que abarca desde los Levi's a los Rolex, pasando por el top manta, la pol¨ªtica facs¨ªmil, la novela de ficci¨®n (no es una redundancia) o el suced¨¢neo de caviar. Hay en Chikilicuatre un concentrado tal de plagio que a poco que exagerara, su papel podr¨ªa devenir, como Manuel Pizarro, en un producto genuino.
Con todo, insistimos, ning¨²n acierto como el de prohibirle ser p¨²blicamente David Fern¨¢ndez. Para eso tiene la intimidad del hogar (si se lo permite su madre, que quiz¨¢ le obligue a comportarse tambi¨¦n en casa como Chikilicuatre, ya que como David Fern¨¢ndez no le ha dado a¨²n ninguna satisfacci¨®n). Algunos dir¨¢n que es como si Javier Bardem s¨®lo pudiera conceder entrevistas en su calidad de Chigurh, el personaje de No es pa¨ªs para viejos. O como si James Gandolfini s¨®lo pudiera hablar por boca de Tony Soprano. Pero de eso se trata, de la posibilidad de ser otro por contrato. Y cobrando. ?Cabe imaginar mayor chollo? Si uno fuera el psicoanalista de David Fern¨¢ndez, le exigir¨ªa que llegara a la consulta disfrazado de Rodolfo Chikilicuatre y que no hablara de los problemas del primero, que son, por reales, innecesarios, sino de los conflictos del segundo, que poseen la belleza del producto hecho a mano. Y si le parece mal, que renuncie. Pero sin olvidar que Rodolfo triunfa estrepitosamente all¨¢ donde David fracas¨® de forma minuciosa.
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