Viaje al centro del peyote
Real de Catorce, un poblado de la Sierra Madre mexicana con leyendas de plata
M¨¢s all¨¢ de Sierra de Catorce, en el desierto -o baj¨ªo, como a los lugare?os les gusta llamarlo-, crece el peyote, ese cactus con propiedades alucin¨®genas por el que este destino del Estado de San Luis Potos¨ª se ha hecho conocido y que va indisolublemente ligado a M¨¦xico.
El peyote forma parte, desde no se sabe cu¨¢ndo, de los rituales del pueblo ind¨ªgena de los huicholes, en su mayor¨ªa residente en los Estados de Jalisco y Nayarit, y muchos de cuyos miembros hacen una peregrinaci¨®n anual en el mes de mayo hasta Real de Catorce, provocando la huida de los habitantes que se lo pueden permitir y que no quieren ver turbada su paz por la repentina masificaci¨®n del lugar.
Los huicholes, vinculados a esta tierra, y cuya artesan¨ªa est¨¢ presente en Real de Catorce, se dirigen a Wikita (desierto) para recoger el peyote y, bajo la supervisi¨®n de un cham¨¢n, lo ingieren mientras dejan sus ofrendas en el Cerro Quemado. Tambi¨¦n centenares de turistas de diversas procedencias se dejan caer por el pueblo para probar el peyote y tener la experiencia que d¨¦cadas atr¨¢s los libros de Carlos Castaneda se encargaron de difundir sobre dicha planta.
Real tiene vecinos de procedencia europea (suizos, italianos y alemanes) que han abierto peque?os y discretos restaurantes y hostales que satisfacen las comodidades del viajero. Lo que nunca se encontrar¨¢ es un cajero autom¨¢tico.
Cuando el viajero mira el mapa, Real de Catorce es apenas un punto diminuto en las estribaciones de la Sierra Madre central. Un peque?o punto en medio de un mar blanco que adivinamos es el desierto, y que ha sido esquivado por cualquier trazado de carreteras.
En la remota y solitaria ubicaci¨®n de Real de Catorce es en lo primero que piensa el viajero cuando, mapa en mano, busca ese legendario pueblo, aunque tambi¨¦n se da cuenta de que para llegar a ese destino ser¨¢ necesario desviarse, y mucho, de toda ruta. S¨®lo una ferviente curiosidad impulsar¨¢ a quienes quieren alcanzar ese alejado punto. Por eso, un consejo: no vacilen y dir¨ªjanse a ¨¦l.
Real de Catorce es un viaje dentro de un viaje. Y ¨¦ste empieza en el mismo momento en que, tras ascender con veh¨ªculo desde Matehuala por las empinadas carreteras de Sierra de Catorce y llegar hasta los 3.000 metros de altitud, uno se deja engullir por la oscura y silenciosa boca de un t¨²nel donde un cartel anuncia: "Bienvenidos a Real de Catorce". Es el m¨ªtico t¨²nel de Ogarrio, ¨²nico acceso directo a este antiguo pueblo minero que queda encerrado en el lomo de un valle y que en d¨ªas tapados se eleva por encima de las nubes.
Calles empedradas, casas destartaladas, paredes con pintura desconchada, puertas selladas y contraventanas que cuelgan. S¨®lo de algunas puertas abiertas emana una luz que indica que late vida en el interior. ?sa es la calle principal, motor del escaso movimiento comercial cotidiano. En ella se alinean las antiguas casas de familias ricas que vivieron el esplendor econ¨®mico de Real, beneficioso especialmente para unos pocos, cuando las minas daban plata y por las ahora tranquilas calles transitaban las 15.000 almas que por entonces ah¨ª viv¨ªan. Pero eso fue hace mucho tiempo.
Fuente inagotable de plata
Eso sucedi¨® cuando los espa?oles cre¨ªan que Real de Catorce, junto a ciudades como Guanajuato o Zacatecas, ten¨ªa una fuente inagotable de plata en las entra?as de sus monta?as. Fue a mediados del siglo XVIII, cuando al pueblo se le bautiz¨® oficialmente como Villa Real de Minas de Nuestra Se?ora de la Limpia Concepci¨®n de Guadalupe de los ?lamos, y cuando, tras un siglo de prosperidad ininterrumpida y superar el cambio de manos en el poder que vino con la guerra de independencia, la nueva ¨¦lite levant¨® la Casa de la Moneda al lado de la calle principal, por la que ahora vagan los habitantes fieles a Real.
Pero toda esta prosperidad se diluy¨® en el tiempo y empez¨® a desdibujarse coincidiendo con el cambio de siglo. Con la entrada de 1900, el precio de la plata cay¨® en picado, y la revoluci¨®n levant¨® el polvo de la violencia y la inestabilidad por todos los caminos de M¨¦xico, incluidos los que llevaban a Real.
Ha pasado un siglo desde aquellos acontecimientos y, contra todo pron¨®stico, Real de Catorce sobrevive. Amenazado por el abandono e incluso sentenciado como pueblo fantasma, el lugar resiste y todo indica que as¨ª va a seguir. Mil quinientas personas habitan la comarca, y aunque la cifra es abrumadora para tan desolado paisaje, esto facilita que al segundo d¨ªa de estancia all¨ª sea posible saludar a los oriundos, incluso llam¨¢ndolos por su nombre.
Real de Catorce tiene un extra?o encanto, y no s¨®lo por la apariencia decadente que grita c¨®mo ha sido su historia, sino porque es una maravilla la austeridad de los paisajes de su sierra y porque el pueblo mantiene una dignidad que asombra. Surcos que se hunden en la tierra y estr¨ªan las monta?as m¨¢s cercanas a Real dan fe de los minerales que reposaban en su interior, y los colores variados con tonalidades que van de ocres terrosos a blancos sucios transmiten una imagen de sobria belleza. Los parajes de tierra rojiza, la vegetaci¨®n de palmas y nopales y las cumbres de los cerros con vistas a la sierra cortan la respiraci¨®n.
Y, claro, est¨¢ la magia.
Adem¨¢s de la boca del t¨²nel de Ogarrio, un camino de piedras desciende a trav¨¦s de un desfiladero con alturas incre¨ªbles que comunican Real de Catorce con el pueblo Estaci¨®n de Catorce y el desierto. S¨®lo un jeep Willis 4¡Á4 hace a diario este recorrido para llevar a los ni?os a la escuela.
La topograf¨ªa del camino permite imaginar la enorme dificultad que deb¨ªa de suponer alcanzar la meta de Real de Catorce hace a?os, antes de la existencia del t¨²nel de Ogarrio. No es de extra?ar, pues, que la inclusi¨®n de Catorce al original nombre de Villa Real de Minas de Nuestra Se?ora de la Limpia Concepci¨®n de Guadalupe de los ?lamos tenga como plausible teor¨ªa a los 14 bandidos que hicieron del altiplano su guarida.
GU?A PR?CTICA
Datos b¨¢sicos- Prefijo telef¨®nico: 0052 para M¨¦xico, 488 para Real de Catorce (444 para la ciudad de San Luis Potos¨ª).- Poblaci¨®n: Real de Catorce tiene unos 1.500 habitantes.- Moneda: peso mexicano (un euro equivale a 16 pesos mexicanos).En Real de Catorce no hay bancos, ni cajeros, ni casas de cambio.C¨®mo ir- Real de Catorce se sit¨²a en el Estado de San Luis Potos¨ª, a 254 kil¨®metros de la capital hom¨®nima de este Estado mexicano, a 2.750 metros de altitud. Desde Matehuala salen rutas a Real de Catorce. El viaje en autob¨²s desde San Luis Potos¨ª hasta Matehuala dura unas dos horas y cuesta alrededor de ocho euros.Dormir- Hotel Ruinas del Real (887 50 66). Calle Libertad esquina a Lerdo. Real de Catorce. La habitaci¨®n doble, unos 35 euros.- El Corral del Conde (887 50 48). Esquina de las calles Constituci¨®n y Morelos. Real de Catorce. La doble, desde unos 44 euros.Informaci¨®n- Turismo de M¨¦xico en Espa?a (www.visitmexico.com; 00 800 11 11 22 66, n¨²mero gratuito).- Turismo de San Luis Potos¨ª (www.slp.gob.mx).- La web www.realdecatorce.net ofrece un listado de los restaurantes y hoteles de la localidad.- La oficina de turismo municipal de Real de Catorce est¨¢ en la calle Constituci¨®n.
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