Recordando a Imaz
El Aberri Eguna, que se celebrar¨¢ hoy domingo, es el primer acto en el que intervendr¨¢n p¨²blica y conjuntamente el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, y el nuevo presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), I?igo Urkullu, tras las elecciones generales. Lo que despierta m¨¢s inter¨¦s es comprobar si se producen algunas contradicciones entre los dos mensajes o si ambos pol¨ªticos prefieren ocultar en esta ocasi¨®n sus evidentes diferencias.
En el Pa¨ªs Vasco son m¨¢s, por el momento, quienes se muestran muy esc¨¦pticos ante la posibilidad de que el PNV vaya a corregir o censurar realmente al lehendakari y a su famosa y complicada "hoja de ruta". Una cosa es que Urkullu, con el protagonismo reci¨¦n estrenado, ofrezca al Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero acuerdos para votar su investidura y para formar las mesas del Congreso y del Senado, o que haga alusiones p¨²blicas a una necesaria moderaci¨®n y un sentido pr¨¢ctico, y otra, muy distinta, que todo el mundo olvide de la noche a la ma?ana las razones por las que Josu Jon Imaz se vio obligado a abandonar la direcci¨®n del partido: precisamente, por la imposibilidad de enmendar las decisiones del lehendakari, sin arriesgarse al mismo tiempo a provocar una profunda grieta o, incluso, una escisi¨®n en el partido.
Una cosa es que Urkullu ofrezca acuerdos al PSOE, y otra, olvidar la raz¨®n por la que Imaz dej¨® la presidencia del PNV
No toda la direcci¨®n del PNV comparte el mismo an¨¢lisis sobre la p¨¦rdida de 100.000 votos en las elecciones del d¨ªa 9
La ¨²nica raz¨®n por la que Urkullu estar¨ªa en mejor posici¨®n que Imaz es que los resultados de las elecciones del pasado d¨ªa 9 han sido malos, sin paliativos, para el PNV, con una p¨¦rdida de m¨¢s de cien mil votos. No est¨¢ tan claro, sin embargo, que toda la direcci¨®n del PNV haga la misma lectura de esos datos, ni que una buena parte de sus dirigentes no crea todav¨ªa que es posible recuperar su "voto familiar" en unas elecciones auton¨®micas en las que el voto ¨²til contra el PP no tendr¨ªa, evidentemente, la misma importancia.
En cualquier caso, lo que s¨ª est¨¢ claro es que quien acudir¨¢ a la puerta del palacio de La Moncloa el pr¨®ximo mes de abril para tratar de la "hoja de ruta" y de los acuerdos del Parlamento vasco no ser¨¢ I?igo Urkullu, sino Juan Jos¨¦ Ibarretxe, alguien absoluta y totalmente comprometido con su propia visi¨®n, casi su fe, en un futuro confederal o soberanista para el Pa¨ªs Vasco. Si se leen los ¨²ltimos discursos del lehendakari ante el Parlamento de Vitoria, parece muy dif¨ªcil que Ibarretxe acepte la reforma estatutaria que le pueda ofrecer el presidente del Gobierno, precisamente porque todo su mensaje est¨¢ construido sobre la idea de que ya no le sirve la v¨ªa auton¨®mica, sea cual sea su profundidad. El lehendakari no comparte la idea, defendida por algunos socialistas, de que la modificaci¨®n de los estatutos se basa en la necesidad de corregir los aspectos que se hayan demostrado ineficaces. Para Ibarretxe, y para el sector soberanista que le apoya, no se trata de resolver problemas concretos de funcionamiento en el autogobierno de la autonom¨ªa ni de mejorar su sistema de financiaci¨®n, como se asegur¨® en la reforma del Estatuto catal¨¢n, sino de replantear de arriba abajo, doctrinalmente, la relaci¨®n entre el Estado espa?ol y las instituciones del Pa¨ªs Vasco.
La ¨²nica forma en la que ser¨ªa posible que el lehendakari olvidara su "hoja de ruta" y su solemne compromiso ante el Parlamento vasco, ser¨ªa que el PNV le dijera tajantemente que no est¨¢ dispuesto a apoyarle en ese camino, pero para eso ser¨ªa necesario primero que la direcci¨®n del partido, dividida entre los dos extremos del famoso "p¨¦ndulo", se pusiera de acuerdo, algo que no parece muy probable en estos momentos. Imaz crey¨® que no pod¨ªa "parar" a Ibarretxe sin dividir al partido y prefiri¨® abandonar la direcci¨®n del PNV. No parece que nadie est¨¦ en condiciones, hoy por hoy, de cambiar ese an¨¢lisis.
Todo esto no quiere decir que el PSOE no pueda alcanzar un acuerdo con el PNV con vistas a la investidura del presidente del Gobierno. Los nacionalistas vascos han sido siempre socios fiables en el Parlamento espa?ol, y en los ¨²ltimos cuatro a?os fueron b¨¢sicos para la aprobaci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado y de algunas de las leyes m¨¢s importantes del Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero. Desde el punto de vista del PSOE, los acuerdos est¨¢n justificados no s¨®lo porque permiten sumar seis votos, sino tambi¨¦n porque ayudan a alentar a los sectores m¨¢s moderados y negociadores del nacionalismo. No tiene sentido, afirman en el PSOE, exigirles una desautorizaci¨®n previa del lehendakari, porque a los socialistas les interesa tambi¨¦n que el PNV participe en la vida parlamentaria espa?ola. La duda no reside ah¨ª, afirman algunos dirigentes socialistas, sino en la posibilidad de exigirles que apoyen la pol¨ªtica antiterrorista que desarrolla el Gobierno desde la ruptura de la tregua y que se comprometan a ayudar a la expulsi¨®n de ANV de los ayuntamientos vascos. Eso no depender¨ªa de Ibarretxe, afirman, sino de Urkullu, y podr¨ªa ser una se?al de la verdadera voluntad de entendimiento del PNV con el PSOE. -
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