Decenas de rumanos pernoctan en los jardines de Las Vistillas

Una docena de tiendas de campa?a brota cada noche en la columnata semicircular que hace de mirador de los jardines de Las Vistillas, en pleno centro de la capital, junto al Viaducto. Es el campamento, desde hace apenas unos meses, de un grupo de unos 25 gitanos rumanos, que cada d¨ªa repiten el mismo ritual: en cuanto llega la noche montan su campamento de quita y pon, en el que s¨®lo estar¨¢n el tiempo imprescindible para dormir y, en cuanto amanezca, habr¨¢n desaparecido del lugar. Sin dejar apenas rastro.

Los vecinos est¨¢n m¨¢s que acostumbrados. Desde hace unos cuatro a?os se han habituado a las viviendas de pl¨¢stico que tambi¨¦n cada noche levantan unos 40 inmigrantes rumanos, en el cercano parque de la Cornisa, detr¨¢s de la bas¨ªlica de San Francisco. Los nuevos vecinos no hacen m¨¢s que extenderse por la misma zona, en el barrio de Palacio.

La mayor¨ªa de los hombres del campamento vive de recoger chatarra y venderla despu¨¦s por unos pocos euros. Las mujeres, en cambio, se apostan a las puertas de las iglesias cercanas para pedir. Muchas veces tienen que pasar el d¨ªa con la tienda de campa?a plegada, pero a cuestas. Quien puede improvisa un armario en las alcantarillas cercanas, cuyas tapas levantan con un gancho. All¨ª guardan mantas, sacos de dormir, ollas... enseres cuidadosamente guardados en bolsas de pl¨¢stico. Y la higiene y la limpieza se solventan en las fuentes cercanas, delante de todos. Aunque el agua en esta ¨¦poca del a?o salga sucia.

Algunos vuelven al lugar para comer a mediod¨ªa. Tambi¨¦n al aire libre cocinan lo poco que han conseguido durante el d¨ªa. Y hacen gala de un torpe espa?ol, aprendido por cap¨ªtulos de telenovelas latinoamericanas pasadas en la televisi¨®n rumana.

"Ellos no nos estorban, no se meten con nadie", comenta una vecina del barrio. Otra cosa es soportar las deposiciones. "Ahora que es invierno, todav¨ªa; pero con el calor hay m¨¢s olor", contin¨²a la misma mujer.

M¨¢s cr¨ªtico es David Jim¨¦nez, portavoz de la Asociaci¨®n Amigos de las Vistillas-Parque de la Cornisa. Asegura que todo el entorno, la ¨²nica zona verde del barrio, se ha dejado degradar a prop¨®sito. "Para construir", recalca.