Zestoa sacrifica en el nombre de Al¨¢
El matadero de la localidad trata a las reses con arreglo a la ley isl¨¢mica - Los animales son degollados sin aturdimiento previo y orientados a La Meca
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Abdelmalek despieza un ternero en la rec¨¢mara de su carnicer¨ªa en Zumarraga. Varias reses vacunas que ha seleccionado personalmente en el matadero de Zestoa cuelgan de unos ganchos de acero. Estos animales tienen la particularidad de que han sido sacrificados de acuerdo con la sharia (ley isl¨¢mica), esto es, degollados mirando a La Meca y desangrados hasta la ¨²ltima gota. Es carne halal (l¨ªcito en ¨¢rabe), apta para ser consumida por los musulmanes. Los mataderos de Zestoa y Bilbao son los ¨²nicos del Pa¨ªs Vasco donde se cumple este rito isl¨¢mico milenario. En Espa?a hay unos 25 preparados para esta pr¨¢ctica.
"Bismillah wa Allahhu Akbar" significa "En el nombre de Al¨¢; ?l es el m¨¢s grande". Realizar esta ofrenda es obligatorio antes de matar a la res. El animal est¨¢ sujeto en una especie de gran caj¨®n met¨¢lico, colocado boca arriba y mirando a La Meca. Dicha la oraci¨®n en silencio, el matarife le rebana el cuello. Un tajo limpio y certero deja agonizando al animal mientras va perdiendo toda la sangre. El box de apuntillado para el rito isl¨¢mico est¨¢ instalado en una zona apartada del matadero guipuzcoano. Su gerente, Patxi Aldasoro, explica que fue colocado hace unos dos a?os a solicitud de El Mamoun Srassi, im¨¢n de Eibar, para satisfacer la creciente demanda de esta carne halal. En Euskadi residen m¨¢s de 11.000 inmigrantes del Magreb, el doble que hace cinco a?os.
"La carne 'halal' es m¨¢s blanca, se conserva mejor y su sabor es m¨¢s rico"
Abdelmalek, marroqu¨ª, lleg¨® hace 14 a?os y desde hace cinco regenta en Zumarraga la carnicer¨ªa Al Manara. A su negocio acuden marroqu¨ªes, argelinos, paquistan¨ªes... y "algunos vascos", asegura. En el momento de la entrevista, atiende a un compatriota que vive en Ir¨²n, a 74 kil¨®metros. "Si viene desde tan lejos es porque la carne es de primera calidad", explica Abdelmalek. ?l se encarga de ir a Zestoa, comprobar si el matarife es practicante -tiene que rezar cinco veces al d¨ªa- y seleccionar las piezas. En este matadero, calcula Aldasoro, se sacrifican media docena de reses vacunas a la semana, adem¨¢s de corderos, conejos y pollos, seg¨²n los mandamientos cor¨¢nicos.
Abdelmalek ha solido matar en Zestoa y reconoce que la muerte del animal "es un poco espantosa". "La ventaja de este tipo de matanza es que la carne es m¨¢s blanca, se conserva mejor y tiene un sabor distinto, m¨¢s rico", a?ade. Este carnicero vende la carne "m¨¢s barata" que en el resto de las carnicer¨ªas, porque su clientela "no tiene mucho dinero".
Cuando los mataderos no estaban preparados para sacrificar a los animales en el nombre de Al¨¢, Abdelmalek confiesa que sol¨ªa presentarse en los caser¨ªos, compraba los corderos y, acto seguido, los mataba de acuerdo con su religi¨®n. "No podemos vivir sin comer carne. Somos m¨¢s carn¨ªvoros que los cristianos", sostiene Srassi: "No somos raros. Somos fieles a nuestras creencias".
En la carnicer¨ªa de Abdelmalek suenan oraciones del Cor¨¢n por los altavoces. Dice mientras afila los cuchillos que Al¨¢ le pide dos cosas: "Limpieza y amabilidad", porque "la carne no es lo importante; lo importante son las personas".
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