?Por qu¨¦ nos cuesta tanto hablar ingl¨¦s?
El 65% de los espa?oles tiene un nivel bajo - Las pel¨ªculas dobladas y el escaso impulso del sistema educativo frenan su difusi¨®n
?Qu¨¦ es un espa?ol? Alguien que se pasa su vida aprendiendo ingl¨¦s. Y, se podr¨ªa a?adir, que nunca lo aprende. B¨²lgaros, h¨²ngaros y turcos son los ¨²nicos que alegan hablar menos ingl¨¦s que los espa?oles. El 65% de los espa?oles reconoce que no es capaz de hablar, ni de leer ni de escribir en ese idioma. ?Por qu¨¦ lo hablamos tan mal?
Los telediarios deber¨ªan dejarnos o¨ªr la voz de Obama, dicen los expertos
Pombo: "Hablamos mejor ingl¨¦s de lo que los ingleses hablan espa?ol"
Su dominio se ha convertido en un factor diferenciador de clases sociales
Desde 1975, Calvo- Sotelo ha sido el ¨²nico presidente que dominaba el ingl¨¦s
La nueva Ley del Cine plantea una serie de apoyos a la versi¨®n original
105.000 espa?oles viajaron en 2007 para hacer un curso de idiomas
Es cierto que se trata de un problema arrastrado. La dictadura de Franco cerr¨® las fronteras al ingl¨¦s durante 40 a?os, se centr¨® en la defensa del espa?ol y Espa?a se convirti¨® as¨ª en un pa¨ªs acostumbrado a ver cine doblado. En la actualidad, el dominio del ingl¨¦s sigue siendo uno de los factores educativos que m¨¢s marca la diferencia entre unas clases sociales y otras, de ah¨ª el ¨¦nfasis en los ¨²ltimos a?os en que los colegios p¨²blicos sean biling¨¹es o, como ha propuesto CiU, la necesidad de que los colegios impartan algunas asignaturas en ingl¨¦s para dar una soluci¨®n a esta situaci¨®n que afecte a todos por igual.
"El verdadero problema es que, si miras las estad¨ªsticas, el porcentaje no se ha movido a trav¨¦s de los a?os", dice Ramon Aspa, director ejecutivo de la escuela de idiomas de Esade. Los datos son chocantes. El 70% de los espa?oles reconoce que el ingl¨¦s es importante o muy importante, pero s¨®lo el 4% lo estudia, seg¨²n la consultora Ipsos para la editorial Oc¨¦ano. El informe revela que el 17% lee correctamente este idioma, el 14% lo entiende cuando lo escucha y el 11% asegura hablarlo bien. Mientras Espa?a enmudec¨ªa, otros tomaban ventaja como Portugal y Grecia, que se adaptan ling¨¹¨ªsticamente a la ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea, y con ello a la importancia del ingl¨¦s como lengua franca. "Es el lat¨ªn del siglo XXI", observa Aspa, que no tira la toalla: ?Por qu¨¦ los telediarios no nos dejan o¨ªr la voz de Obama? ?En lugar de doblar no se puede subtitular?".
Tambi¨¦n es verdad que nos podemos refugiar en la excusa del "peor son ellos" para los idiomas. "Nosotros hablamos mejor ingl¨¦s de lo que los ingleses hablan espa?ol", apunta el acad¨¦mico ?lvaro Pombo. Y hay buenos ejemplos, como los roqueros espa?oles de Dover, que componen y cantan en el idioma de Shakespeare. Amparo Llanos, guitarrista y una de las voces de Dover, aprendi¨® estudiando un a?o en Estados Unidos. "Simplemente elegimos este idioma porque nos apetec¨ªa, nos sentimos m¨¢s c¨®modos", dice. Cada vez m¨¢s, los espa?oles necesitan el ingl¨¦s para trabajar. Javier viaj¨® hace 40 a?os a Inglaterra, donde pas¨® tres veranos recogiendo fresas y sirviendo caf¨¦s hasta que su nivel fue aceptable. Marta, hija de Javier, tambi¨¦n eligi¨® ese camino: "Aunque recib¨ª clases durante tres a?os, termin¨¦ el bachillerato sin ser capaz de mantener una conversaci¨®n b¨¢sica, redactar una carta o leer un peri¨®dico". En Escocia vivi¨® y trabaj¨®, y en un a?o sald¨® su deuda. "All¨ª conoc¨ª a decenas y decenas de espa?oles que hab¨ªan venido a buscar lo mismo que yo. Eso demuestra que la educaci¨®n espa?ola tiene un problema".
Un problema no: dos. Porque la inversi¨®n, sobre todo privada, de las familias, en este idioma, mueve millones. El pasado a?o 105.000 espa?oles viajaron al exterior para seguir alg¨²n curso de idiomas. El 94% estudi¨® ingl¨¦s y el 65% de ellos era menor de edad. Otros 45.000 se marcharon con una beca del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia. La mayor¨ªa se traslad¨® a Gran Breta?a e Irlanda, seg¨²n la Asociaci¨®n Espa?ola de Promotores de Cursos en el Extranjero (ASEPROCE), cuyo volumen de negocio asciende a los 300 millones de euros. Un paquete de cuatro semanas en el extranjero cuesta entre 2.500 y 3.000 euros. "Somos en Europa los que m¨¢s exportamos con af¨¢n acad¨¦mico", subraya su presidente Juan Manuel Elizalde. "Los informes europeos nos ponen a la cola en ingl¨¦s, pese a que somos uno de los pa¨ªses que m¨¢s invierte en el sector p¨²blico y privado".
Espa?a, siendo la octava econom¨ªa del planeta, suspende en ingl¨¦s, aunque m¨¢s justo ser¨ªa decir que suspende en un segundo idioma. Ni ingleses, ni norteamericanos son unos cracks en otro idioma. Hay una teor¨ªa: los pa¨ªses con lenguas que cuentan con un gran n¨²mero de hablantes, como Francia e Inglaterra no sienten la necesidad de aprender otros idiomas. Lo seguro cient¨ªficamente es que el espa?ol no tiene un cromosoma perdido que le impida hablar ingl¨¦s con correcci¨®n.
El secretario general del Ministerio de Educaci¨®n, Alejandro Tiana, confirma la tesis. Tener una primera lengua fuerte hace que sus hablantes soporten menos presi¨®n para aprender otros idiomas. "En Espa?a, el dominio del ingl¨¦s todav¨ªa es insuficiente. El sistema educativo no le ha dado tradicionalmente una gran importancia a las lenguas extranjeras. Aunque peores que nosotros son los ingleses", explica Tiana. Desde este a?o, los ni?os espa?oles estudian ingl¨¦s desde 1? de primaria, es decir, con seis a?os. Y a partir de 2009 la introducci¨®n de la lengua extranjera se extender¨¢ al final de la educaci¨®n infantil.
No hay una edad ideal para empezar a aprender un idioma, sino un an¨¢lisis de las caracter¨ªsticas de cada pa¨ªs y una decisi¨®n que implique a todos. "Existe la evidencia de que empezar a una edad temprana el aprendizaje de aspectos centrales, como la gram¨¢tica y la pronunciaci¨®n, es muy importante", afirma la investigadora Nuria Sebasti¨¢n.
Algunas escuelas espa?olas ya se han apuntado al ingl¨¦s en serio y ofrecen asignaturas en ese idioma. Los ni?os no estudian Naturaleza sino Science. Y no pasa nada. Bueno, nada, nada... Es necesario hacer hincapi¨¦ en la formaci¨®n de los profesores. Desde 1996, el British Council colabora con el ministerio y las comunidades para desarrollar un curr¨ªculo integrado de espa?ol-ingl¨¦s. Ya hay 26.000 j¨®venes que siguen este programa educativo en 110 centros p¨²blicos.
Para Isa, el ingl¨¦s que aprenden sus hijos en el colegio no es suficiente. Por eso ha decidido que estudien una hora de ingl¨¦s a la semana, cada uno con un profesor particular. En julio se van a un campamento, organizado por su propio colegio. Coste total de la operaci¨®n: 3.000 euros al a?o.
"El sistema educativo debe dar el salto cualitativo y dejar de ense?ar el ingl¨¦s como lengua extranjera e impartirlo como una habilidad b¨¢sica del sistema", subraya Miquel Berga, presidente de la Asociaci¨®n de Profesores y Profesoras de Catalu?a (APAC). El problema, seg¨²n Berga, es que en la primaria y la secundaria hay mecanismos que garantizan el contacto con el ingl¨¦s, pero en la universidad no. Hay distintas iniciativas que tratan de ponerle remedio. La Generalitat de Catalu?a quiere que a partir de 2012, cuando acaben sus carreras los estudiantes que las empiezan ahora, deban acreditar su dominio.
Julie McGuiness abre la puerta al optimismo. Ella es teacher training de docentes universitarios que dan las clases en ingl¨¦s y escritora de libros de texto de ingl¨¦s. Dice que cada vez se trabaja m¨¢s en la formaci¨®n de los profesores y la mejora del material did¨¢ctico, pero lamenta que el maestro tenga que usar su tiempo libre para reciclarse. "Hay problemas a los que se enfrenta un profesor como los distintos niveles en una misma clase y la cantidad de alumnos por aula". A¨²n as¨ª, McGuiness considera que los alumnos que salen del bachillerato entran en la universidad cada vez con mejor nivel: "La formaci¨®n del profesor de ingl¨¦s es la clave, que sea espa?ol o nativo no es lo importante".
Las promesas electorales tambi¨¦n ayudan a ser optimistas, aunque ni Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ni Mariano Rajoy se manejan en esta lengua. S¨®lo uno de los cinco presidentes que han gobernado Espa?a desde 1975 dominaba el ingl¨¦s: Leopoldo Calvo-Sotelo. Zapatero quiere que en 10 a?os los j¨®venes hablen un ingl¨¦s fluido. En cuatro a?os, esos mismos j¨®venes tendr¨¢n que desarrollar el 15% de sus actividades acad¨¦micas en este idioma. El PP promet¨ªa un curso de un mes en un pa¨ªs de habla inglesa del que se beneficiar¨ªan 1,3 millones de estudiantes cada verano.
La realidad es que m¨¢s de 100.000 personas se presentan cada a?o en Espa?a a los ex¨¢menes de ingl¨¦s de Cambridge ESOL, que certifican su nivel. Los ex¨¢menes m¨¢s conocidos de nivel alto de Cambridge son el First Certificate, el Advanced y el Proficiency. El 70% de los alumnos que se presentaron en 2006 al First aprobaron. "El nivel de ingl¨¦s en Espa?a ha mejorado considerablemente en los ¨²ltimos 10 a?os", asegura Chris Hickey, director del British Council en Espa?a.
La Uni¨®n Europea medir¨¢ a partir de 2009 los conocimientos de los j¨®venes comunitarios de entre 14 y 16 a?os en las dos primeras lenguas extranjeras que hayan aprendido. As¨ª se espera conocer el nivel de idiomas, pero tambi¨¦n qu¨¦ pa¨ªses ofrecen los mejores programas. No todo el mundo es partidario de apostar por el ingl¨¦s: "Debe de ser muy bueno para los negocios, pero no lo son todo en la vida; de hecho, est¨¢n en las ant¨ªpodas de la buena vida", asegura Jordi Llovet, catedr¨¢tico de literatura comparada.
Otro freno hist¨®rico al impulso el ingl¨¦s en Espa?a es que la televisi¨®n y el cine no se emitan en versi¨®n original. Finlandia y Holanda son un ejemplo a seguir. Ambos pa¨ªses, con un gran nivel de ingl¨¦s, ven el cine y la televisi¨®n en versi¨®n original, con excepci¨®n de las pel¨ªculas infantiles, que s¨ª las doblan. Un pa¨ªs con un idioma tan especial como el finland¨¦s no ten¨ªa capacidad para doblar todo y, al final, la necesidad se transform¨® en virtud. Francia usa un sistema mixto: en Par¨ªs, las pel¨ªculas extranjeras se estrenan en versi¨®n original subtitulada pero siempre hay unas pocas copias dobladas al franc¨¦s.
En Espa?a son pocas las opciones. A principios de los a?os cuarenta, Franco aprob¨® una ley prohibiendo las pel¨ªculas en versi¨®n original. El objetivo, defender el castellano. "A finales de los a?os 50, las distribuidoras norteamericanas intentaron exhibir dos pel¨ªculas, La ley de la horca y La Monta?a Siniestra, en ingl¨¦s y con subt¨ªtulos. Debi¨® ser un fracaso comercial y no se repiti¨® el tema", explica Fernando M¨¦ndez-Leite, director de la Escuela de Cinematograf¨ªa y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid. Hubo que esperar hasta 1963 para ver en ingl¨¦s West Side Story, musical de gran ¨¦xito. A mediados de los 60, la ley de salas de arte y ensayo permiti¨® proyectar algunas pel¨ªculas de autor en versi¨®n original. El doblaje se afinc¨® de tal forma en nuestra sociedad que ha llegado hasta nuestros d¨ªas, dej¨¢ndonos aislados. En Alemania o Italia siguen doblando filmes, pero vecinos como Portugal o pa¨ªses m¨¢s peque?os ven absolutamente todo en versi¨®n original. Esto facilita la exposici¨®n al idioma y la identificaci¨®n de sus sonidos desde edades muy tempranas.
"Es muy dif¨ªcil volver atr¨¢s porque existe una actitud negativa del p¨²blico. Adem¨¢s, las distribuidoras norteamericanas quieren doblar", asegura Mendez-Leite, un defensor de la versi¨®n original que considera un "crimen" ver una pel¨ªcula doblada. Otro factor es que en Espa?a el sector de doblaje es muy potente. La reci¨¦n aprobada Ley del Cine plantea una serie de incentivos y apoyos especiales a la versi¨®n original. "Sin embargo no existe ninguna previsi¨®n de prohibir el doblaje", aclara Fernando Lara, director del Instituto de la Cinematograf¨ªa y las Artes Audiovisuales. Para Joan Pera, la voz de Woody Allen en m¨¢s de 25 pel¨ªculas, si hace 500 a?os que se traducen los libros, puede ocurrir lo mismo con las pel¨ªculas.
Las buenas noticias llegan del denominado gur¨² del ingl¨¦s global y autor del libro English Next, David Graddol. "Hist¨®ricamente Espa?a ha sido uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres en nivel de ingl¨¦s; sin embargo, estamos observando un enorme cambio desde 2005, y en dos a?os vamos a ver m¨¢s por la transformaci¨®n de los profesores ingleses en las escuelas espa?olas. El proyecto de ense?ar asignaturas en este idioma tendr¨¢ un efecto m¨²ltiple". ?Por qu¨¦ Espa?a lo tiene f¨¢cil? Seg¨²n Graddol, saber claramente por qu¨¦ idioma apuesta el pa¨ªs es una ventaja, as¨ª como tener zonas biling¨¹es, como Catalu?a y Pa¨ªs Vasco.
Con estos precedentes haber nacido en un pa¨ªs anglosaj¨®n casi garantiza encontrar empleo en Espa?a. Mick O'Grady lleg¨® a Espa?a de turismo y aqu¨ª sigue. Lleva 35 a?os dando clases de ingl¨¦s, y el trabajo no se le acaba nunca. Siempre ha trabajado en el sector privado y siempre con alumnos adultos. O'Grady hace una diferencia b¨¢sica: una cosa es estudiar ingl¨¦s y la otra aprenderlo. No es lo mismo.
Los chavales de la comarca catalana de La Selva lo tienen m¨¢s f¨¢cil que el resto gracias al millonario y empresario textil Joan Riera. Millonario y frustrado por haber viajado a Estados Unidos sin conocer el idioma. Riera le puso remedio. Muri¨® en 1997 y leg¨® 42 millones de d¨®lares a la Generalitat para que los j¨®venes de su comarca aprendieran ingl¨¦s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.