Kubica est¨¢ en el cielo
El polaco, segundo, firma su mejor resultado y da la raz¨®n a quienes apostaron por ¨¦l
Desde la temporada pasada, todos los pilotos de F-1 est¨¢n obligados a emplear obligatoriamente dos compuestos de neum¨¢ticos (duro y blando) a lo largo de una carrera. Ocurre que, en la mayor¨ªa de los circuitos y para casi todos los equipos, el rendimiento de los compuestos duros no tiene nada que ver con el que ofrece los blandos. Para entenderse con los pilotos, los ingenieros se refieren a la mejor opci¨®n como prime (principal), mientras que la menos buena es la option (opci¨®n).
Nada de eso vali¨® ayer para BMW, porque su F1.08 se comportaba de forma casi id¨¦ntica cuando equipaba neum¨¢ticos duros o cuando calzaba los blandos. Es por eso que Robert Kubica y Nick Heidfeld, los dos pilotos titulares del equipo alem¨¢n, optaron por caminos opuestos. Mientras Kubica opt¨® por arrancar con neum¨¢ticos duros, Heidfeld lo hizo con blandos. La segunda posici¨®n que consigui¨® Kubica -su mejor resultado en la F-1-, confirm¨® que su opci¨®n fue la m¨¢s acertada. Heidfeld acab¨® sexto. "Estupendo trabajo, ?Robert!", le felicit¨® Toni Cuquerella. Se trata de su ingeniero de pista, la voz de confianza del piloto y su enlace con el taller. El t¨¦cnico de Gandia se encarga de interpretar las sensaciones del corredor y transmitirlas a los mec¨¢nicos para que modifiquen los par¨¢metros del coche. En el garaje de BMW, ayer todo fue rodado. "Sab¨ªamos que ten¨ªamos un buen ritmo de carrera. Ya lo vimos en Australia, pero la carrera sali¨® rara, y la suerte acab¨® por decidir", reconoce el espa?ol, que, tras un a?o pele¨¢ndose en el equipo Super Aguri, acept¨® el reto de BMW, una de las escuder¨ªas que m¨¢s ha progresado en los ¨²ltimos a?os. Sobretodo desde que la temporada pasada Kubica asumi¨® uno de sus dos volantes oficiales, una circunstancia que signific¨® el cielo para el corredor.
De no ser por un detallito, la trayectoria de Kubica hacia la F-1 no ser¨ªa muy distinta a la de la mayor¨ªa de pilotos de su generaci¨®n, los chicos que vinieron del karting, se les podr¨ªa llamar. Mucha ilusi¨®n de un cr¨ªo, mucho esfuerzo de una familia y muchos kil¨®metros de todos en busca de circuitos, carreras y campeonatos en los que tratar de llamar la atenci¨®n de alg¨²n ojeador que hubiera salido de caza. Sin embargo, el caso del piloto de BMW adquiere importancia cuando uno abre su pasaporte. Kubica naci¨® en Cracovia (1984) y creci¨® mientras Polonia peleaba por sobrevivir a la desaparici¨®n de la URSS (1989). El pa¨ªs estaba demasiado congelado como para que alguien pensara en organizar carreras de coches. Cuando hubo ganado seis veces el campeonato de karting de su pa¨ªs, Kubica se fue a correr a Italia cuando cumpli¨® los 14 a?os. Y de no ser por el fabricante de chasis CRG, al que pudo arrancar un contrato, su aventura s¨®lo hubiera durado tres carreras por falta de fondos. Al final se llev¨® el t¨ªtulo y se convirti¨® en el primer extranjero en lograrlo, una circunstancia que repiti¨® al a?o siguiente, en Alemania y como piloto de F¨®rmula 3.
Los a?os siguientes los pas¨® enfrascado en los campeonatos de F¨®rmula Renault y en el europeo de F¨®rmula 3, hasta que Joan Villadelprat, su mentor, se lo llev¨® al equipo Epsilon-Euskadi. Bajo la batuta del ingeniero catal¨¢n se proclam¨® campe¨®n de las World Series by Renault en 2005, lo que signific¨® el empuj¨®n definitivo hacia la F-1. BMW se fij¨® en ¨¦l y lo incorpor¨® en 2006 como piloto probador. Pero Jacques Villeneuve sufri¨® una salida de pista en Alemania, y el canadiense no se recuper¨® para la siguiente cita, en Hungr¨ªa, y Kubica tuvo que suplir al piloto titular. Termin¨® s¨¦ptimo, aunque los comisarios le descalificaron por un error de los mec¨¢nicos -el peso del coche era inferior a 600 kilos-. Y dos carreras m¨¢s tarde confirm¨® los augurios de Villadelprat y Mario Theissen, el director de BMW. En el trampol¨ªn de Monza, Kubica complet¨® el podio al lado de Michael Schumacher y Kimi Raikkonen. "Es como si estuviera en el cielo", dijo.
Su estratosf¨¦rica irrupci¨®n le asegur¨® uno de los volantes titulares de BMW de cara a la temporada pasada. Cuando todo segu¨ªa su progresi¨®n natural lleg¨® el Gran Premio de Canad¨¢, una carrera que podr¨ªa haber cambiado su vida. Corr¨ªa la vuelta 26 cuando su BMW se estrell¨® contra el muro a unos 230 kil¨®metros por hora. La tragedia parec¨ªa inevitable, pero la extrema seguridad de los monoplazas y su robustez f¨ªsica -mide 1,84 m y es pura fibra-, le permitieron recuperarse muy pronto (s¨®lo se perdi¨® una carrera). Aquel aterrador episodio queda ya muy lejos.
"Los Ferrari iban demasiado r¨¢pido", dijo Kubica. "Pero pude aumentar la ventaja sobre los que me segu¨ªan y eso es bueno", afirm¨® el primer polaco de la F-1. Mientras sus mec¨¢nicos brindaban con cerveza, ¨¦l estaba ensimismado, como en el cielo.
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