"La democracia a¨²n est¨¢ lejos en Cuba"
Rafael Rojas (Santa Clara, 1965) no supura optimismo al hablar del proceso cubano. Exiliado desde 1991 en M¨¦xico, donde se doctor¨® en Historia, Rojas cree que en su pa¨ªs se ha consolidado una "visi¨®n bi¨®logica del poder" que se traduce en el proyecto de sucesi¨®n encabezado por Ra¨²l Castro: aprovechar a Fidel hasta el ¨²ltimo minuto, emprender una reforma econ¨®mica limitada para legitimar la revoluci¨®n y evitar el cambio pol¨ªtico y generacional en los pr¨®ximos a?os. As¨ª lo ha expresado a su paso por Madrid, invitado por la Casa de Am¨¦rica.
"Han hecho un c¨¢lculo biol¨®gico", dice Rojas, ganador en 2006 del Premio Anagrama de Ensayo con Tumbas sin sosiego, sobre el legado intelectual del exilio, y que acaba de publicar Motivos de Anteo (Colibr¨ª), un an¨¢lisis del nacionalismo en el pensamiento pol¨ªtico cubano. "Mantendr¨¢n la sucesi¨®n hasta desaparecer f¨ªsicamente y dejar¨¢n los problemas pol¨ªticos a las nuevas generaciones. La sucesi¨®n tiene sus estaciones, y nada amenaza con alterarlas".
"La sucesi¨®n tiene sus estaciones, y nada amenaza con alterarlas"
Pregunta. ?Cree que ver¨¢ una Cuba democr¨¢tica?
Respuesta. Me gustar¨ªa, pero tengo la impresi¨®n de que la ver¨¦, si la veo, dentro de mucho tiempo. La democracia a¨²n est¨¢ lejos en Cuba.
P. Ra¨²l Castro anuncia reformas "para atender las necesidades b¨¢sicas de la poblaci¨®n". ?No es un reconocimiento del fracaso de la revoluci¨®n?
R. As¨ª es. No lo traducen como fracaso, pero en la pr¨¢ctica reconocen que la forma de gobernar de Fidel durante los ¨²ltimos 20 a?os no fue eficiente ni racional. La rectificaci¨®n de 1986, que es la interrupci¨®n de la planificaci¨®n de la econom¨ªa de acuerdo con el modelo sovi¨¦tico, lleva a una direcci¨®n muy personal de Fidel, que maneja el presupuesto a su manera, en funci¨®n de la ideolog¨ªa y de la propaganda. Ra¨²l encabeza una corriente que entiende que esa direcci¨®n de la econom¨ªa es irracional.
P. Modelo chino, modelo vietnamita... ?No hay un modelo genuinamente cubano?
R. El modelo chino y el vietnamita tienen un elemento clave, que es la peque?a y mediana empresa con capital nacional. Eso en Cuba no est¨¢ previsto. Lo que est¨¢n pensando hacer es eliminar las trabas para el negocio personal, es decir, reactivar de nuevo el trabajo por cuenta propia que se arm¨® a principios de los noventa y que luego comenz¨® a ser acosado fiscal y judicialmente.
P. En los ¨²ltimos a?os, la nomenklatura est¨¢ sacando capitales y abriendo negocios en otros pa¨ªses, como Espa?a. ?Hay peligro de que la c¨²pula se apropie de las empresas estatales, como ha ocurrido en Rusia?
R. Est¨¢ sucediendo ya. Desde hace algunos a?os ha habido un desplazamiento de la ¨¦lite militar y del Ministerio del Interior hacia sectores productivos, y una incorporaci¨®n de sectores productivos a ambas instituciones, que son las que m¨¢s control ejercen sobre la nueva clase empresarial de la isla. Lo que est¨¢ sucediendo Cuba se parece mucho a Rusia.
P. ?El gran logro de la revoluci¨®n es haberle quitado el nervio al pa¨ªs a base de control social?
R. Entiendo el matiz ir¨®nico. Y s¨ª. La revoluci¨®n ha creado una sociedad muy diferente de la de los a?os cincuenta, que era una plural y din¨¢mica, en una econom¨ªa floreciente y con una politizaci¨®n incre¨ªble de la juventud, lo que explica la revoluci¨®n. Hoy tenemos otra cosa, una nueva sociedad, no necesariamente despolitizada, que se concibe para ser abastecida por un Estado.
P. Pero el cubano vive en una situaci¨®n precaria, que contrasta con el discurso oficial.
R. Es la distancia entre el pa¨ªs real y el pa¨ªs del Granma. La poblaci¨®n comienza a reaccionar contra el mito del socialismo cubano y rechaza que el Gobierno no asuma responsabilidades y le eche la culpa de todo al 'bloqueo' y a la 'mafia de Miami'. En Granma uno lee las estad¨ªsticas de un pa¨ªs imaginario. Esa egolatr¨ªa propia del modelo fidelista ya est¨¢ agotada.
P. ?Qu¨¦ pueden hacer el exilio y la oposici¨®n?
R. Es importante que consideren el redise?o de la estrategia. Lo que no le conviene al exilio es seguir en esa pr¨¢ctica un poco autista, de seguir reproduciendo sus propias expectativas. Creo que no ha habido una iniciativa pol¨ªtica tan eficaz como el Proyecto Varela. Ah¨ª est¨¢ cifrado el principio de esa nueva estrategia: seguir trabajando dentro de los estrech¨ªsimos m¨¢rgenes que ofrece la Constituci¨®n, en esa presi¨®n constante para lograr espacios dentro de la isla.
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