Nuevo escenario
Pasada la vor¨¢gine de la campa?a, en la que me impliqu¨¦ m¨¢s que en las que me afectaban directamente como presidente del Gobierno, ha llegado el momento de evaluar la situaci¨®n, sin las pasiones propias de este periodo, para encarar los pr¨®ximos meses y a?os de legislatura.
Siguiendo la pauta de disponibilidad y no interferencia en las decisiones que han de tomar otros, s¨®lo quiero detenerme en las que considero prioridades de car¨¢cter general, tanto las que afectan directamente a los ciudadanos como las que marcar¨¢n el devenir de Espa?a en el concierto internacional.
El empeoramiento de la situaci¨®n econ¨®mica internacional y nacional parece cantado y tendr¨¢ impacto en los pr¨®ximos meses en t¨¦rminos de empleo e inversi¨®n. Habr¨¢ operaciones empresariales de envergadura, forzadas por la desaceleraci¨®n o inducidas por el nuevo escenario para tomar posiciones y redimensionar o absorber algunas empresas.
Ser¨ªa bueno activar con rapidez las inversiones p¨²blicas en vivienda e infraestructuras
El 9-M ha reforzado la autonom¨ªa para actuar del Gobierno socialista
En nuestro caso soportamos los efectos de la crisis financiera internacional, de la subida de los precios de la energ¨ªa y de otras materias primas como las alimentarias. Espec¨ªficamente nos afecta el problema de la construcci¨®n y, como trasfondo, un desaf¨ªo de cambio de modelo productivo que nos permita ganar competitividad.
Tenemos algunas ventajas que deber¨ªan permitirnos un margen de maniobra superior a otros pa¨ªses de nuestro entorno europeo. Entre las m¨¢s destacables se?alar¨ªa el super¨¢vit de 2,5% del PIB y la salud del sistema financiero en su conjunto.
Merece la pena actuar r¨¢pidamente en este frente, activando los proyectos de inversi¨®n en infraestructuras y vivienda que puedan recuperar ritmo de actividad y compensar la ca¨ªda inevitable de empleo.
A¨²n no sabemos la profundidad de la crisis financiera internacional, que hace convivir esa extra?a situaci¨®n de falta de liquidez en el sistema y excedente de ahorro en las zonas productoras de petr¨®leo y algunas potencias emergentes. Lo ¨²nico cierto es el desplazamiento de la acumulaci¨®n de capital de los pa¨ªses consumidores de energ¨ªa a los productores. Es l¨®gico que ¨¦stos intenten tomar posiciones en los pa¨ªses afectados por la crisis financiera y de la construcci¨®n. Entre las opiniones que se vierten no comparto la de una ca¨ªda sustancial de los precios del petr¨®leo, aunque haya una flexi¨®n a la baja si la desaceleraci¨®n en Estados Unidos se transforma en recesi¨®n. Por debajo de la situaci¨®n actual sigue existiendo una crisis de oferta en materia energ¨¦tica que no tiene visos de superarse en el horizonte de los pr¨®ximos a?os, ni en refino ni en producci¨®n.
Por eso, en nuestro pa¨ªs, Go-bierno, patronal y sindicatos deben coordinar acciones y acuerdos a corto, pero tambi¨¦n a largo plazo, sobre unas medidas que les presente el Gobierno, abiertas a las iniciativas de los interlocutores. Adem¨¢s, habr¨ªa que ser prudentes con la fiscalidad porque el descenso de la recaudaci¨®n puede ser sensible y agotar el margen de maniobra.
Esta coordinaci¨®n de acciones deber¨ªa comprender a los responsables de las comunidades aut¨®nomas para evaluar los impactos relativos de la nueva situaci¨®n en distintas partes del territorio nacional. Teniendo en cuenta el grado de descentralizaci¨®n competencial, los proyectos han de contar con los poderes auton¨®micos.
Como los resultados del 9 de marzo refuerzan la posici¨®n del Partido Socialista, es l¨®gico que el Gobierno defienda la autonom¨ªa del proyecto ganador de las elecciones, en el doble sentido de libertad para decidir en representaci¨®n de los intereses generales y de margen de maniobra para conseguir mayor¨ªas parlamentarias estables. Los socialistas deben reforzar esa autonom¨ªa del Ejecutivo y en ning¨²n caso limitarla.
M¨¢s all¨¢ de las consideraciones socioecon¨®micas, el mapa electoral y el grado de crispaci¨®n que se ha vivido en estos a?os muestran un aumento de las fracturas sociales y territoriales que no beneficia a nadie, si se toma en serio el objetivo de la convivencia en la pluralidad de las ideas y en la diversidad de los sentimientos de pertenencia, que deben ser esenciales para los gobernantes actuales o para los que aspiren a serlo.
Al Gobierno le corresponde la iniciativa para ir corrigiendo esta deriva, pero no toda la responsabilidad, porque si la oposici¨®n no asume que la confrontaci¨®n en materias como terrorismo, instituciones judiciales o distribuci¨®n territorial del poder no puede mantenerse en los t¨¦rminos que hemos vivido, la fractura ir¨¢ aumentando y perjudicando la gobernanza.
Los pactos de Estado son imprescindibles para el fortalecimiento del pa¨ªs y conviene no enga?arse con un abuso de bipartidismo en la materia, m¨¢s all¨¢ de los resultados globales. Lo mismo hay que decir de la moderaci¨®n inexcusable de los que tienen poder territorial en una comunidad y pueden pretender condicionar abusivamente a los dem¨¢s.
Compartimos un espacio p¨²blico como ciudadanos, en el que est¨¢n incluidos la diversidad de sentimientos de pertenencia y la pluralidad de las ideas, que debemos gobernar como riqueza en la complejidad y no como un lastre ni como un factor que altere la igualdad b¨¢sica de nuestra condici¨®n de ciudadanos.
Es posible y deseable un proceso r¨¢pido de despolitizaci¨®n de la justicia y desjudializaci¨®n de la pol¨ªtica. Renovar las instituciones judiciales, dejar tranquilos a los tribunales, acatar seriamente las consecuencias de sus resoluciones, son elementos esenciales y evidentes que parecen estar ocultos por la incomprensible ceguera de la crispaci¨®n.
Si el escenario postelectoral hubiera sido inverso, estar¨ªa viendo las cosas de la misma forma. Es decir, que la preocupaci¨®n ser¨ªa de la misma naturaleza, agravada por el hecho de que la confrontaci¨®n territorial podr¨ªa ser m¨¢s aguda y peligrosa para mantener democr¨¢ticamente la cohesi¨®n.
En materia de lucha contra el terrorismo hay fuerzas pol¨ªticas como CiU con una trayectoria impecable, o como el PNV con Imaz o con el deca¨ªdo Pacto de Ajuriaenea, o como IU, que deben ser incluidas en una pol¨ªtica de Estado seria. El camino desandado en este tema es dram¨¢tico a pesar de que el terrorismo de ETA est¨¦ m¨¢s d¨¦bil que nunca y sepa que no tiene ninguna posibilidad de extorsionar a la democracia espa?ola, aunque nos causen sufrimiento. Se fortalecen con nuestras desavenencias y ¨¦sa deber¨ªa ser raz¨®n suficiente para acabar con ellas.
Record¨¦ durante la campa?a que, cuando ten¨ªa una mayor¨ªa absoluta, hab¨ªa llevado a la mesa de negociaciones, con todas las fuerzas pol¨ªticas, la necesaria unidad frente al terror. Era el llamado Pacto de Madrid, de la misma naturaleza que el de Ajuriaenea. Despu¨¦s se fue abandonando irresponsablemente, pero marc¨® el principio del fin de los violentos.
Asimismo llev¨¦ al Parlamento los diez puntos b¨¢sicos de nuestra pol¨ªtica exterior que fueron debatidos y aprobados por m¨¢s del 90% de los representantes. Nadie pod¨ªa decir que no tuviera mayor¨ªa para decidir sobre estos temas b¨¢sicos, pero ten¨ªa la convicci¨®n de que estos consensos nos fortalec¨ªan como pa¨ªs, hacia dentro y hacia fuera.
Pol¨ªtica territorial, incluida financiaci¨®n; pol¨ªtica antiterrorista, en sus diversos frentes; pol¨ªtica exterior y de seguridad, comprendido el lugar que nos corresponde en la Uni¨®n Europea, deber¨ªan constituir un paquete de consenso b¨¢sico sobre el que merece la pena hacer el m¨¢ximo esfuerzo siendo Gobierno u oposici¨®n con vocaci¨®n de llegar a serlo.
Felipe Gonz¨¢lez es ex presidente del Gobierno espa?ol.
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