"Espa?a no puede vender armas y criticar luego que haya ni?as soldado"
Diana Castillo (Bogot¨¢, Colombia, 1961) trabaja por hacer visible lo invisible. M¨¢s de 120.000 ni?as menores de edad combaten en las guerras de todo el mundo, bien con las guerrillas bien con los ej¨¦rcitos. Una realidad que sin embargo pasa "invisible" en las normativas internacionales que elaboran programas de reinserci¨®n y desmilitarizaci¨®n orientados s¨®lo a ni?os varones. ?ste es alguno de los resultados que recoge Castillo en el primer informe realizado sobre este asunto y que recientemente present¨® en Bilbao de la mano de Alboan, ONG integrante de la comisi¨®n espa?ola para acabar con la utilizaci¨®n de ni?os y ni?as soldados.
"Esta realidad no es visible porque muchos pa¨ªses no reconocen haber utilizado a ni?os en el ej¨¦rcito para no ser multados por los organismos internacionales. Con ello impiden, sobre todo, que la ayuda llegue a esta gente", asegura. Castilla aprovech¨® la visita para denunciar la doble moral de pa¨ªses que, como Espa?a, "suscriben tratados contra el uso de los ni?os soldados y despu¨¦s venden armas ligeras a cualquier parte del mundo sin importarles su fin".
"Los ej¨¦rcitos y guerrillas de pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo incorporan chicas a sus filas por su elevada lealtad"
Hasta ahora nadie hab¨ªa reparado en las ni?as soldado. Siete meses de entrevistas en la selva colombiana, en Sud¨¢n, Angola y Filipinas han bastado para constatar su presencia en todos los conflictos de los ¨²ltimos cinco a?os, con la salvedad de Afganist¨¢n. "Si ning¨²n organismo reconoce el uso de ni?as como soldado, cuando llegan las ayudas para la desmilitarizaci¨®n de guerrillas, nadie las tiene en cuenta y deben afrontar en soledad su reinserci¨®n", subraya. Incluso apunta que, en varios de los conflictos, han sido los propios organismos internacionales los que han impedido que la ayuda llegue a las ni?as. Porque "los intermediarios en los procesos de desarme", apunta, "suelen ser antiguos miembros del ej¨¦rcito, que no conciben a una ni?a como soldado".
La base de su estudio han sido los testimonios de cerca de un millar de ni?as de los conflictos abiertos en los cuatro pa¨ªses citados. Dina Castillo sabe que tardar¨¢ a?os en olvidar las miradas de esas ni?as, sus historias, sus experiencias. El momento m¨¢s duro de estos siete meses de trabajo lo encontr¨® en Sud¨¢n, donde muchas de las ni?as fueron capturadas por el ej¨¦rcito a la fuerza. Una de ellas relat¨® c¨®mo todas las noches de guardia era violada y c¨®mo, si se resist¨ªa a sus superiores, era golpeada y violada por toda la compa?¨ªa. Ahora esta joven tiene 23 a?os y cuatro hijos fruto de esas agresiones. "Se siente embrujada. Cree que los esp¨ªritus de las personas que ella ha matado le persigue. Claramente, necesita ayuda".
Y es que en Angola un tercio de los 7.000 menores utilizados en la guerra fueron ni?as. Tras la firma de la paz en 2002, sus familias rehusaron acogerlas. "La herida m¨¢s grave es que han sido obligadas a romper desde peque?a su identidad. Visten, hablan, viven como hombres, como combatientes", se?ala Castillo, decidida a conseguir que las Naciones Unidas y la comunidad internacional dise?en pol¨ªticas espec¨ªficas para estos casos.
No obstante, reconoce sentir en su lucha la misma soledad que las 120.000 ni?as que calcula que combaten en todo el mundo. "No puede ser que el mismo pa¨ªs que impulsa la Coalici¨®n contra el uso de los ni?os soldado, venda armas ligeras en cualquier pa¨ªs", denuncia refiri¨¦ndose al caso de pa¨ªses como Espa?a, "reticente a difundir con transparencia en qu¨¦ pa¨ªses venden armas sus empresas". "Si los pa¨ªses pobres con zonas en conflicto no dispusieran de este armamento, de nada les servir¨ªa reclutar a ni?os".
Seg¨²n los testimonios recogidos, los ej¨¦rcitos reclutan a las ni?as por su elevada lealtad. Un gran n¨²mero de comandantes de las guerrillas africanas las utilizan como guardia privada.
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