Una dimisi¨®n imperdonable
El Barcelona no cierra el partido pese a sus dos goles de ventaja y el Betis le remonta en un cuarto de hora
Desde la necesidad, el Betis alcanz¨® una victoria memorable en un cuarto de hora para escarnio del Barcelona, que ofici¨® en un partido la liturgia que le ha llevado pr¨¢cticamente a la sepultura. Los azulgrana se abandonaron antes de tiempo despu¨¦s de 60 minutos de f¨²tbol estupendo, justo cuando Bojan fue sustituido, un gesto revelador si se tiene en cuenta que la mayor¨ªa de los fant¨¢sticos est¨¢n dimitidos. Los verdiblancos porfiaron por jugar en su estadio oficialmente clausurado y, una vez alcanzada la gracia de manera cautelar, impusieron el factor campo como es ya su costumbre frente a los grandes rivales. El Bar?a tambi¨¦n cay¨® en Heli¨®polis con un estruendo parecido al del Madrid. Se escapa el Betis del descenso de la misma manera que los azulgrana se descuelgan de la cabeza de la Liga.
BETIS 3 - BARCELONA 2
Betis: Casto; Ilic, Melli, Juanito, Dami¨¤: Edu, Capi (Odonkor, m. 52), Juande, Rivera, Mark Gonz¨¢lez (Sobis, m. 52); y Pavone (Xisco, m. 87). No utilizados: Ricardo; Caffa, Fernando, y Lima.
Barcelona: Vald¨¦s; Zambrotta, Thuram, Puyol, Abidal; Xavi, Tour¨¦ (Gudjohnsen, m. 80), Iniesta; Bojan (Giovani, m. 62), Eto'o y Henry. No utilizados: Pinto; Edmilson, Sylvinho, Ezquerro y V¨ªctor S¨¢nchez.
Goles: 0-1. M. 11. Eto'o remata al larguero y Bojan remacha. 0-2. M. 14. Eto'o cabecea un centro de Iniesta. 1-2. M. 62. Edu, a pase de Sobis. 2-2. M. 76. Juanito, desde fuera del ¨¢rea. 3-2. M. 79. Edu bate a Vald¨¦s.
?rbitro: Turienzo ?lvarez. Mostr¨® la cartulina amarilla a Mark Gonz¨¢lez y Dami¨¤.
50.000 espectadores en el Ruiz de Lopera.
A los de Rijkaard les da v¨¦rtigo cada vez que el campeonato les exige una respuesta
Al Barcelona le dio un ataque de v¨¦rtigo en terreno ajeno, como ya es costumbre, por otra parte, cada vez que el campeonato le exige una respuesta ganadora, un gesto para que se le tenga en cuenta, un acto de rebeld¨ªa, un punto de ¨¦pica hoy imposible. Ya fue col¨ªder en el Calder¨®n y acab¨® por ceder una derrota ante el Atl¨¦tico tan sangrante como la del Ruiz de Lopera. No hay remedio, por m¨¢s que la directiva haga mutis por el foro. Los azulgrana dimiten a la que toman un gol por m¨¢s ventaja adquirida. El equipo se afloja y le tiran desde todos los costados hasta que firma la derrota sin remisi¨®n. No escarmienta.
El Betis fue de salida un rival desconocido por manso, sobre todo porque regal¨® una hora de partido desde la alineaci¨®n, para arreglarse despu¨¦s con los cambios, especialmente con Sobis, que conect¨® con Ed¨² y entre ambos descuartizaron la zaga azulgrana. Hasta entonces, mientras Chaparro no movi¨® el banquillo, el encuentro se jug¨® como le gusta al Bar?a. A saber: en silencio, de forma aseada, sin apenas faltas, con el bal¨®n como bandera, terreno abonado para Xavi e Iniesta, que han encontrado delanteros con los que asociarse con la vuelta de Bojan y la voracidad de Eto'o, que se pone en forma a base de marcar goles.
Muy bravo en la grada, el Betis se afloj¨® en la cancha a la que acab¨® la ruidosa funci¨®n de la hinchada y el ¨¢rbitro dio por iniciado el partido despu¨¦s de pedir calma a la gente. A la carga ambiental verdiblanca contra la federaci¨®n por pretender cerrar el campo respondi¨® el Barcelona con dos goles en un cuarto de hora: dos llegadas, dos remates, dos tantos. As¨ª de f¨¢cil y sencillo. Iniesta y Xavi tomaron la pelota y Bojan no par¨® en el ¨¢rea hasta que descuadr¨® a la zaga andaluza y moviliz¨® a Eto'o. Bojan se ofrece y remata, siempre concreta la jugada, una suerte decisiva en un equipo cuyas figuras se han petrificado.
Eficaz en el ataque, el Barcelona pudo defender con un punto de comodidad, m¨¢s que nada porque el Betis se par¨® en su cancha, entregado al rival, falto de tensi¨®n, especulador en exceso. El equipo ha perdido gracia y arte y, adem¨¢s, anoche le faltaba nervio. A cambio, sin embargo, ha ganado arrebato, por mal que pueda sonar en el campo verdiblanco. Aguardaron los verdiblancos su momento, un gol en una acci¨®n de estrategia, su suerte favorita y, por el contrario, el punto d¨¦bil de los azulgrana. Una sola jugada puede cambiar el signo del partido cuando juega el Bar?a. Y as¨ª ocurri¨®: los azulgrana se desenchufaron a la que tomaron el inevitable gol de cabeza de Edu, el martillo del Betis, la cartilla de supervivencia del equipo.
Falto de jerarqu¨ªa y oficio en el juego y de liderazgo en el equipo, el Bar?a perdi¨® el control, la intensidad y la ambici¨®n, como ya es norma de la casa, y se entreg¨® a un martirio defensivo. Nunca supo jugar en su ¨¢rea y se desconect¨® de la contraria porque nadie apretaba mientras el Betis se dejaba llevar por la corriente. La inercia del partido anim¨® a la hinchada a aguardar el remonte y cuadrar la victoria que tan bien hab¨ªa dise?ado la junta desde los despachos. Los goles fueron cayendo uno detr¨¢s de otro tal como estaba cantado en el gui¨®n y de forma vertigionosa, en muy poco tiempo, incluso con un penalti de por medio parado por Vald¨¦s a Edu, y el Betis firm¨® un triunfo tan excelente como cruel result¨® la derrota del Bar?a, m¨¢s a merced ahora del Villarreal, que le ha sobrepasado, que pendiente del Madrid. No reaccionaron los azulgrana en un partido en el que lo tuvieron todo a favor y se le volvi¨® todo en contra por su culpa. La historia de todos los d¨ªas desde hace dos a?os.
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