Empleo: pleno, pero deficiente
Precariedad y bajos salarios ponen la cruz a las cifras r¨¦cord de puestos de trabajo
La cuesta abajo del ciclo econ¨®mico expansivo de los ¨²ltimos a?os ha cogido a Euskadi en una situaci¨®n de pleno empleo t¨¦cnico. El paro ha bajado en diez a?os del 25% al 3%, y la temporalidad, del 30% hasta casi el 20%. Sin embargo, esta realidad, optimista en lo cuantitativo, se asienta sobre desequilibrios que castigan especialmente a las mujeres, los j¨®venes y los inmigrantes, con salarios m¨¢s bajos, contratos m¨¢s precarios y condiciones m¨¢s duras.
Es cierto que en 1995, de los 936.000 trabajadores activos, 222.000 no encontraban trabajo, mientras en 2007 los parados s¨®lo son 32.000. Sin embargo, alrededor del 25% de los asalariados anhelen ser mileuristas. Uno de cada cuatro no gana m¨¢s de 830 euros netos mensuales, descontadas las cotizaciones y retenciones, mientras que otro 20% se queda en los mil euros.
"Estamos en m¨¢ximos hist¨®ricos de empleo, y mejora la estabilidad"
Esa es la photo finish de un ciclo expansivo de la econom¨ªa que el Inem empeora, ya que seg¨²n sus datos el paro en Euskadi no afecta al 4%, como dice el Eustat, sino a 75.000 personas (el 7,5%). Los sindicatos coinciden en que el baile comienza ahora. Y no precisamente con la mejor m¨²sica, sino cuando los sectores que en los ¨²ltimos siete a?os han tirado del crecimiento de la econom¨ªa y el empleo, los servicios y la construcci¨®n, presentan claros signos de agotamiento.
As¨ª las cosas, se puede hablar de dos grandes realidades laborales en Euskadi. Una mitad de los trabajadores empuja la estad¨ªstica del INE hasta convertir a los salarios de la comunidad aut¨®noma en los m¨¢s altos de Espa?a en el tercer trimestre de 2007 -1.971 euros brutos al mes de media-, mientras que la otra mitad se queda a medio camino y con un tipo de contrato que merma bastante sus ingresos y sus derechos.
Los colectivos m¨¢s perjudicados y afectados por la precarizaci¨®n y por el desempleo siguen siendo las mujeres, con 15.100 paradas. Los m¨¢s j¨®venes aportan 4.600 personas a ese colectivo. En 1997 eran 115.400 las mujeres desempleadas.
Para la patronal, los registros de empleo alcanzados marcan un hito. "Estamos en m¨¢ximos hist¨®ricos. La mayor¨ªa de los nuevos trabajos los ocupan mujeres. Y el sector servicios es el que est¨¢ creando el 80% de los nuevos empleos".
M. J. O. trabaja en el sector de la ayuda a domicilio. Es fija en un sector de temporales. "El 90% de los contratos son de un mes. Trabajas seis horas al d¨ªa para cumplir tu horario, pero entre los desplazamientos acabas haciendo siete u ocho. Cada mes te finiquitan, y por tanto no tienes vacaciones. Nunca llegas a los mil euros", se lamenta.
Pero la flexibilidad da para m¨¢s si se lleva al extremo opuesto para el que fue dise?ada, es decir, para conciliar vida laboral y familiar. El sector p¨²blico hace cientos de contratos de horas.La UE define la calidad en el empleo utilizando par¨¢metros como la cualificaci¨®n, formaci¨®n continua y desarrollo de la trayectoria profesional, igualdad entre hombres y mujeres, salud y seguridad en el trabajo, flexibilidad y seguridad, inclusi¨®n y acceso al mercado laboral, organizaci¨®n interna de la empresa y conciliaci¨®n entre la vida profesional y la vida privada, di¨¢logo social, y participaci¨®n de los trabajadores.
"Es f¨¢cil dar trabajo al doble de personas salt¨¢ndose todo eso y pagando una tercera parte", critican los sindicatos. En su opini¨®n, los sectores que carecen de la mayor¨ªa de esos valores son comercio, hosteler¨ªa y limpieza. Tres sectores que han empujado al empleo, pero gracias a la flexibilizaci¨®n m¨¢xima de sus contratos. "Y no precisamente para conciliar la vida laboral y familiar", ironiza Goyo Mart¨ªn, de CC OO.
Lo cierto es que estos sectores aglutinan el nuevo empleo, que por su propia naturaleza es m¨¢s precario que estable, tiene remuneraciones bajas y nulas expectativas de promoci¨®n, al ser puestos de trabajo con contenidos estrechamente delimitados y, en ocasiones, con riesgos. Se trata de un tipo de empleo muy vulnerable a las variaciones econ¨®micas y a las crisis, precisamente por su nulo nivel de formaci¨®n para poder adaptarse a las necesidades del mercado.
Pero los sindicatos tambi¨¦n denuncian que la precarizaci¨®n avanza, con otros mecanismos, en la industria. "Hay empresas en las que coinciden tres trabajadores que hacen lo mismo y en el mismo espacio", denuncian desde ELA. "Uno trabaja para la empresa principal, otro para una subcontrata y el tercero ha sido contratado a trav¨¦s de una ETT. Cada uno con diferente sueldo, cada uno con diferentes derechos". Antes, los tres formaban parte de la plantilla de la empresa principal.
Para la patronal Confebask, es el sector p¨²blico el que est¨¢ estropeando las estad¨ªsticas de precariedad, ya que frente a la reducci¨®n que se ha logrado en el sector privado, este par¨¢metro ha crecido seis puntos en los ¨²ltimos a?os en el p¨²blico, al pasar del 17% al 23%, con fuertes rotaciones en departamentos como Educaci¨®n o Sanidad.
Los inmigrantes constituyen el otro colectivo castigado por el empleo de mala calidad. Seg¨²n el informe sobre el mercado laboral del Consejo de Relaciones Laborales, el n¨²mero de trabajadores extranjeros inscritos en la Seguridad Social en Euskadi ascendi¨® el pasado a?o a 45.002 personas, con un crecimiento global del 15,8%, que super¨® por primera vez la media del conjunto del Estado (el 8,4%). Pero, en lo cualitativo, los inmigrantes copan los empleos en el servicio y el cuidado dom¨¦sticos, la hosteler¨ªa y la construcci¨®n. Y este sector comenz¨® en diciembre a perder empleo, afectado por la crisis inmobiliaria.
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