"Nos tienen en la calle de nueve de la ma?ana a nueve de la noche"

Al igual que sus dem¨¢s compa?eros del ¨²nico centro de acogida alav¨¦s, Abdelssamad tiene que pasar todo el d¨ªa fuera. "Nos tienen en la calle de nueve de la ma?ana a nueve de la noche. No nos explican por qu¨¦, nos dicen que es as¨ª y ya est¨¢", relata. De lunes a viernes, se entretiene en uno de los talleres ocupacionales aprendiendo el oficio de carpintero. En vacaciones y fines de semana, tiene que buscarse la vida. "Si nos tienen as¨ª todo el tiempo, dando paseos, al final voy a terminar esnifando pegamento, disolvente o lo que sea", se queja.

Uno de sus compa?eros del centro, Hussein, que lleg¨® en un cayuco a Canarias hace apenas un mes, deambula por las calles de Vitoria durante doce horas al d¨ªa, hasta que le asignen alg¨²n taller ocupacional. No habla castellano y asegura que le obligan a comer fuera del centro todos los d¨ªas. "Voy a buscar la comida a un comedor social de por aqu¨ª. Ayer me dieron una lata de sardinas, media baguete, un litro de leche y algo de postre". Por esa extra?a regla que no termina de entender, cuando llueve se sienta debajo de un puente a comer lo que le den.

Ambos sue?an con ser enviados a un piso de acogida, donde sus condiciones mejoran y sienten que controlan algo m¨¢s sus vidas. Es impaciente, al igual que casi todos, pero lo que m¨¢s le molesta es la inc¨®gnita del futuro.