Tambi¨¦n era mi hija

Con la muerte de Isabel, siento que he perdido a un miembro de mi familia porque para m¨ª tambi¨¦n era mi hija. El dolor por su desaparici¨®n golpea en los mismos sentimientos da?ados hace s¨®lo ocho meses con el fallecimiento de su padre -mi amigo, mi socio, mi l¨ªder-, tambi¨¦n tras una larga enfermedad. Isabel, y Jes¨²s, formaban parte de mi entorno de seres queridos y admirados. Ambos un¨ªan a la inteligencia un gran sentido de la responsabilidad y una enorme dedicaci¨®n al trabajo para alcanzar las mayores cotas de calidad. Isabel, como antes Jes¨²s, sobrellev¨® la quiebra de su salud con una enorme entereza, con una discreta dignidad, y hasta el ¨²ltimo momento en que le result¨® factible, incluso reclam¨® informes que hab¨ªa recabado para madurar y adoptar decisiones. Sab¨ªa que su final no estaba lejos y, sin embargo -o tal vez m¨¢s bien por eso- no dej¨® de participar en actos emblem¨¢ticos: el pasado enero, fue ella quien recogi¨® el Premio Antonio de Sancha 2007 concedido por los editores de Madrid a Jes¨²s de Polanco, y hace tan solo unas semanas recibi¨®, junto a Ignacio Polanco, la Medalla de Oro al M¨¦rito en el Trabajo concedida a t¨ªtulo p¨®stumo a su padre, el empresario que cre¨® el mayor grupo de comunicaci¨®n en espa?ol.

Isabel se inici¨® en el oficio de editor por v¨ªas laboriosas y dir¨ªa que modestas, y fue asumiendo responsabilidades hasta llegar a consejera delegada de Santillana porque sus cualidades excepcionales como ejecutiva la hicieron merecedora de un puesto que requiere claridad de ideas, determinaci¨®n y coraje. De su tarea en ese puesto habla por s¨ª solo el salto dado por Santillana, implantada en todos los pa¨ªses de Iberoam¨¦rica, menos Belice y Cuba. Y de su buen sentido como directiva da prueba que los responsables de nuestro grupo editoral en esos Estados consideran un honor formar parte de una empresa en la que les hacen sentirse integrantes de un equipo.

Dec¨ªa, con profunda iron¨ªa, mi admirado Rafael Azcona que la muerte no tiene que preocuparle a uno, porque es una p¨¦rdida que deben sobrellevar los que siguen vivos. Para m¨ª, ¨¦sa es hoy una verdad amarga.

Francisco P¨¦rez Gonz¨¢lez es vicepresidente de Tim¨®n S. A.