"Me gustan las palabras prohibidas"
Pregunta. Empieza a dirigir, en la editorial Gredos, la Nueva Biblioteca Rom¨¢nica Hisp¨¢nica. ?Cu¨¢ntos trabajos tiene?
Respuesta. S¨®lo dos, Petrarca y el Quijote, y una afici¨®n: dar clases en la Universidad. No he trabajado en mi vida. Nunca he hecho algo que no me apeteciera.
P. De tanto investigar a los cl¨¢sicos, ?se ha hecho m¨¢s p¨ªcaro o m¨¢s villano?
R. La gran ventaja de la lectura es que te permite ser p¨ªcaro y villano. Yo soy a veces Eichmann y otras un jud¨ªo de Auschwitz.
P. Don Quijote, Don Juan, La Celestina: ?de qu¨¦ mito est¨¢ m¨¢s cerca?
R. Del Lazarillo de Tormes.
P. ?De Don Juan, nada de nada?
R. Yo he estudiado despacio el mito de Don Juan, que ha sido condenado por el establishment y absuelto y hasta elogiado por el pueblo soberano.
P. ?Y usted qu¨¦ tiene de ¨¦l?
R. Lo que todas las almas.
P. Si fuera el Lazarillo, ?se comer¨ªa las uvas?
R. S¨ª, pero adem¨¢s conseguir¨ªa enga?ar al ciego.
P. Buscavidas, mendigos, golfos... ?Hay muchos en la pol¨ªtica espa?ola?
R. Es que todos esos son personajes simp¨¢ticos. Y los pol¨ªticos no lo son.
P. ?El Quijote es como el patio de su casa?
R. Es m¨¢s bien como el desv¨¢n de la casa de mis abuelos, donde siempre se pod¨ªan encontrar cosas inesperadas.
P. Tiene el t¨ªtulo de Caballero Andante. ?Ve molinos o gigantes?
R. Gigantes ya no los hay. Molinos que den vueltas a las cosas, muchos.
P. Ha dicho de Cervantes que era un meapilas y que ten¨ªa faltas de ortograf¨ªa.
R. Cervantes no ten¨ªa ninguna ortograf¨ªa, porque entonces no estaba establecida. Y lo de meapilas, porque era muy devoto. Al final de su vida entr¨® en varias cofrad¨ªas, y fue enterrado con h¨¢bito religioso.
P. Tambi¨¦n, que "era como un ex combatiente de la Divisi¨®n Azul". ?No se pasa?
R. Era un ex combatiente de Lepanto que nunca perdi¨® su idea de la cruzada contra el moro, pero que tuvo siempre la sensatez de darse cuenta de que ¨¦se era un ideal anticuado. Era un ex combatiente de la Divisi¨®n Azul que acept¨® muy bien la transici¨®n.
P. Y a?ade que su edici¨®n del Quijote mejora la original. ?Usted, incluso, lo hubiera escrito mejor?
R. Desde luego que no. Pero a ¨¦l le importaba muy poco la ortograf¨ªa, y no pon¨ªa ni un punto ni una coma. Lo dej¨® en manos de su editor.
P. ?Usted es m¨¢s c¨®mico o m¨¢s tr¨¢gico?
R. Yo soy profunda, radical, absolutamente tr¨¢gico. Creo que la vida no tiene sentido, que Dios es malo.
P. ?Se ha cruzado alguna vez con la Santa Hermandad?
R. Muchos jueves.
P. ?Le molesta que la p de su sill¨®n de acad¨¦mico sea min¨²scula?
R. Es que no s¨¦ si es min¨²scula o may¨²scula. No existen sillones con letra en la Academia.
P. ?Le gusta el nuevo acad¨¦mico Borau?
R. Excelente tipo. Pero una Academia sin poetas es una Academia de medio pelo.
P. Tiene fama de tirano y d¨¦spota con los alumnos.
R. No es posible. No le digo que hace treinta a?os... Pero pregunte a Javier Cercas, o a Llu¨ªs Pasqual.
P. ?Qu¨¦ es, una hermana de la caridad?
R. Soy como un padre. Un padre que les cuenta cuentos para que duerman.
P. Veo que sigue encantado de ir de enfant terrible.
R. M¨¢s bien es que soy silvestre. No estoy domesticado.
P. ?C¨®mo ha hecho para sacarle jugo comercial a la filolog¨ªa?
R. M¨¢s bien he procurado que los buenos libros antiguos se lean.
P. Pero Rico se ha hecho rico.
R. Qu¨¦ va. Adem¨¢s, yo siempre he tenido un buen pasar econ¨®mico. No he tenido necesidades de ganar dinero.
P. ?Su mayor exotismo?
R. Que lo que m¨¢s me divierta a estas alturas sea hacer pompas de jab¨®n. Son preciosas.
P. Arroyo le pint¨® con laureles. ?Le faltaba la cuadriga?
R. Me faltaba el Capitolio, que es donde coronaban.
P. ?Cu¨¢nto se quiere, de cero a diez?
R. Menos tres.
P. No se gusta.
R. No me valoro.
P. Se preguntar¨¢, entonces, c¨®mo puede estar en la Academia un ser tan nimio como usted.
R. Preg¨²nteme en cu¨¢nto valoro a los dem¨¢s acad¨¦micos.
P. ?No hay letra que se le escape?
R. Pues s¨ª. Se me escapa a veces la ortograf¨ªa, de tanto trabajar con textos medievales, antiguos, latinos, franceses...
P. No siga: falla en ortograf¨ªa. Es usted mismamente Cervantes.
R. Si lo quiere decir... Pero no va por ah¨ª.
P. ?Qu¨¦ tal habla?
R. Extremadamente bien y extremadamente mal. Nadie es tan grosero. Me gustan las palabras prohibidas.
P. ?Qu¨¦ cl¨¢sico puede temblar ante su amenaza de meterle mano?
R. Pienso volver sobre el Lazarillo, y hacer una edici¨®n nueva. Y Petrarca. Siempre Petrarca.
Perfil
Con 63 a?os y tres hijos, sigue considerando su h¨¦roe al travieso personaje infantil Guillermo Brown. No va a museos, conciertos, viajes o partidos de f¨²tbol. Lleva siete a?os sin pisar un cine. Le divierte leer sobre el Holocausto -"cada d¨ªa leo menos literatura y m¨¢s historia" -, comer y hablar con los amigos. Est¨¢ colgado de la serie Los Soprano, fuma como una chimenea y tiene fobia a los huesos de aceituna.
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