Actualizaci¨®n del islam
La noticia de que una comisi¨®n de expertos est¨¢ realizando en Turqu¨ªa una revisi¨®n de los hadices del Profeta ha recibido una favorable acogida. Efectivamente, unos hadices tienen un valor s¨®lo accidental, por usar la terminolog¨ªa del iran¨ª Abdolkarim Soroush, otros plantean serios problemas por su contenido violento o discriminatorio. Entre los primeros se encontrar¨ªan las recomendaciones sobre remedios curativos o las relativas a la higiene en la vida cotidiana. Los segundos, en muchos aspectos, entran en colisi¨®n con la Declaraci¨®n Universal de los Derechos del Hombre. Son obviamente ¨¦stos los que requieren un examen riguroso por parte de los te¨®logos musulmanes. Con la dificultad que en todo caso plantea el hecho de que forman parte de un mensaje sagrado, en principio inmutable de ser seguros (sahih) y que, entonces, en cuanto Sunna, Tradici¨®n, se configuran como segunda base normativa para la ley cor¨¢nica, la shar¨ªa. Dicho de otro modo, supuesto que han ca¨ªdo en desuso muchos hadices, en particular para los musulmanes moderados los relativos a la yihad, siempre en ellos esfuerzo b¨¦lico por la causa de Al¨¢, volver a airearlos puede tener consecuencias poco deseables.
La reforma iniciada en Turqu¨ªa puede no suponer una apertura hacia la libertad
Los hadices son sentencias, admoniciones o hechos ejemplares del Profeta, recogidos por quienes estuvieron a su lado y luego transmitidos de boca a oreja hasta ser fijados por el autor de su compilaci¨®n. Para que un hadiz sea juzgado seguro, tiene que serlo la cadena de transmisores (ismad), lo cual es importante, ya que por ejemplo falta el primer eslab¨®n en el recogido por Abu Da¨²d que fija para siempre el cubrimiento del cuerpo femenino salvo cara y manos: la norma m¨¢s visible del islam descansa as¨ª sobre un texto dudoso. Hay mucha paja entre el grano, y eso afecta al transmisor principal. Aun cuando tiene muchos hadices aceptados, cierto Abu Huraira fue el aut¨¦ntico fabricante, con unos 3.000, lo cual supondr¨ªa que el Profeta dedic¨® todo su tiempo a contarlos en el tiempo que le tuvo a su lado. Lo m¨¢s grave es que los hadices acent¨²an las aristas del Cor¨¢n en temas como la yihad, la mujer o el antijuda¨ªsmo.
Lo que se presenta como modernizaci¨®n puede no ser otra cosa que un intento de introducir en una sociedad moderna contenidos isl¨¢micos tradicionales. Hasta que el producto de la comisi¨®n turca de expertos vea la luz, ambas interpretaciones son plausibles. Puede tratarse, auguran los optimistas, de un intento de "modernizar" la normativa contenida en los hadices, por parte de un pensamiento musulm¨¢n convertido en versi¨®n isl¨¢mica de la democracia cristiana, o bien de intentar una "actualizaci¨®n" que permita vigorizar el contenido religioso de la ense?anza en los imam hatep, centros de formaci¨®n confesionales, eje de la reislamizaci¨®n soft desde abajo planteada por Erdogan. Los ejemplos aducidos habitualmente para justificar la Operaci¨®n Hadices aclaran poco. Las amputaciones a los ladrones no vienen de los hadices, sino del Cor¨¢n; la ablaci¨®n del cl¨ªtoris es desaconsejada expl¨ªcitamente por el Profeta. Lapidaci¨®n: nada que hacer.
La Comisi¨®n de Ankara responde a una pol¨ªtica de Estado. Por aquello del laicismo, la Direcci¨®n de Asuntos Religiosos (Dyanet) que la instituy¨® es un organismo paraestatal; de ella dependen aspectos esenciales, como la gesti¨®n de los citados imam hatep y el nombramiento de los imames en las mezquitas turcas del extranjero.
Puesta al d¨ªa puede significar incremento del control y no apertura hacia la libertad. Tenemos un ejemplo bien reciente en la Comisi¨®n Europea de Fatuas, nacida en 1997 para orientar mediante dict¨¢menes a los musulmanes europeos. La preside Yusuf al-Qaradawi, el m¨¢s influyente te¨®logo de la actualidad, con su emisi¨®n semanal La shar¨ªa y la vida, en Al Yazira. Publicada en 2002, la primera compilaci¨®n lleva prefacio y comentarios de Tariq Ramadan, quien ya advierte de que las fatuas no s¨®lo proponen a los musulmanes europeos "adaptarse". La defensa de la poligamia que detendr¨¢ la publicaci¨®n del segundo tomo es ejemplo de ello, lo mismo que la fatua donde se proh¨ªbe que la mujer libremente corte su pelo, elemento de goce del marido. M¨¢s significativos son a¨²n los dict¨¢menes sobre las conversiones, positivas si son al islam, pero calificadas en sentido inverso de "apostas¨ªa", merecedora si es p¨²blica de pena de muerte para "proteger a la religi¨®n y a la sociedad de su acci¨®n perniciosa". Benedicto XVI desconoc¨ªa sin duda la fatua. Duros hadices.
Algo tiene que ver esto con el enfrentamiento planteado en la misma Turqu¨ªa por la iniciativa del fiscal Yal?inkaya instando a la ilegalizaci¨®n del partido de Gobierno por atacar al secularismo de la Constituci¨®n. La pretensi¨®n es desaforada al pretender anular, como indic¨® el propio Erdogan en su dura r¨¦plica, el resultado de la voluntad popular. Antes Erdogan cit¨® el n¨²cleo de un vers¨ªculo del Cor¨¢n, el 7:179: "Tienen corazones pero no entienden, ojos pero no ven, o¨ªdos pero no oyen". En el Cor¨¢n son los destinados por Al¨¢ al infierno, que sin Su gu¨ªa andan como ganado extraviado. La proyecci¨®n de tal condena sobre la pol¨ªtica turca apunta a los defensores a ultranza del Estado laico, sus adversarios. Islamismo puro. En estos temas, hay que leer antes de valorar.
Antonio Elorza es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica.
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