Maestro de la obviedad

Un hombre parece mirar fijamente los senos desnudos y mojados de una mujer hermosa. Acaba de salir de la ducha. Ambos se encuentran en una habitaci¨®n. La vi?eta de al lado revela que lo que el hombre mira es, en efecto, a una mujer desnuda... pero en el apartamento de enfrente.

Seg¨²n Matt Vescovo, autor de la ilustraci¨®n descrita, se trata de un adem¨¢n muy humano, muy masculino. "Me fijo en el comportamiento social, en gestos rutinarios, como hacer la compra o coger el metro. Me gusta analizar las actividades que desempe?amos solos o en compa?¨ªa", explica desde su apartamento en Brooklyn (Nueva York).

Vescovo, de 38 a?os, ha dedicado los ¨²ltimos seis a hacer lo que m¨¢s le gusta: disecar su propia vida y la de los dem¨¢s. ?C¨®mo? Derrochando iron¨ªa en ilustraciones y cortos de animaci¨®n est¨¦tica muy similar a la de los manuales de instrucciones. Este neoyorquino -que divide su vida entre su profesi¨®n de director de arte aut¨®nomo y su vocaci¨®n de artista- ha publicado tres libros -Instructoart. Lesson 1 (Intructoarte. Lecci¨®n 1); Instructoart. Travel edition (Instructoarte. Edici¨®n de viaje) y The life and death of Bling Bling (La vida y muerte de Bling Bling)- y ha firmado ocho cortos para la cadena musical MTV. "Se interesaron por mi obra en una exposici¨®n. Y me encargaron animar mis ilustraciones para sus programas".

El contenido de su obra -c¨®mo cerrar la puerta del ascensor en las narices a un compa?ero de trabajo; c¨®mo dar una palmada en el trasero a un colega sin parecer homosexual o c¨®mo sacar la pasta de dientes de un tubo pr¨¢cticamente vac¨ªo- tiene mucho de sociolog¨ªa mordaz. "Realizamos actos rid¨ªculos todos los d¨ªas. Mi intenci¨®n es desenmascararlos y revelar su absurdidad". Verdades universales y sentimientos innobles.

Este taxidermista de lo cotidiano se hace llamar Master of the obvious (Maestro de lo obvio). El cargo es herencia de su pasado en una agencia de publicidad. "En el mundo de los anuncios, el lenguaje es rimbombante. Todos los productos son super o mega algo y todos los trabajadores ostentan t¨ªtulos risibles como el jefe supremo del incre¨ªble departamento de tal o de cual. Mi par¨®dico alias llama la atenci¨®n sobre los peligros de la credulidad". El ¨¢lter ego de este amante del cine de Wes Anderson (Los Tenenbaums, Academia Rushmore) y Michel Gondry (Olv¨ªdate de m¨ª) es tambi¨¦n protagonista de su obra. En casi todas sus vi?etas y sus planos el maestro de la obviedad cruza la calle, se lava los dientes o hace la colada.

El trazo simple, la est¨¦tica bidimensional, los colores planos recuerdan m¨¢s a los folletos de seguridad de los aviones que al pop art. "Abogo por el ahorro de l¨ªneas en el dibujo. Adoro a Andy Warhol y las instrucciones a¨¦reas por su concisi¨®n". Este antrop¨®logo de lo habitual conoce la raz¨®n de su obsesi¨®n por esa graf¨ªa comedida y limpia. "Cuando era ni?o me asqueaban los manuales de f¨ªsica, las tablas nutricionales, las etiquetas de los pantalones: la informaci¨®n se inclu¨ªa en esos espacios sin ton ni son. La informaci¨®n no es la panacea; no es nada sin est¨¦tica". Con su trabajo, exorciza sus neuras. "Le pasa a todo el mundo: ?qui¨¦n no se ha sentido frustrado alguna vez ante un clavo que se niega a clavarse? Yo suelo reaccionar enfad¨¢ndome con el clavo. Luego, una vez superada la crisis, me digo 'pobrecito, si ¨¦l no ha hecho nada". Su pr¨®xima serie de cortos, El hombre contra objetos inanimados, jugar¨¢ con esa idea. Y su pr¨®ximo libro, Instructoart. Lesson 2 se burlar¨¢ una vez m¨¢s de la naturaleza humana. "Bautic¨¦ mi obra con el t¨ªtulo de Instructoart para que pareciera m¨¢s trascendental y catalogable de lo que es en realidad. Es mi forma de prevenir a la gente sobre las grandes mentiras y de instruirles sobre la realidad".