Ejercicio de doma
Estaban ayer los casi 500 miembros de la Junta Directiva Nacional del PP, incluidos los reci¨¦n elegidos diputados y senadores, en sus butacas esperando que Mariano Rajoy hiciera p¨²blicas sus propuestas de los portavoces in pectore -s¨®lo conocidas por los interesados- sobre las que los grupos parlamentarios del Congreso y del Senado habr¨ªan de pronunciarse esa misma tarde antes de la sesi¨®n constitutiva de las C¨¢maras fijada para hoy, martes. Hab¨ªa consumido su turno de balance de los comicios y de se?alamientos y detalles para el XVI Congreso Nacional del PP que se celebrar¨¢ en Valencia del 20 al 22 de junio con menci¨®n al presidente del Comit¨¦ Organizador, el victorioso Luis Valc¨¢rcel al frente del Gobierno de Murcia, y de los encargados de la ponencia de Estatutos, de Pol¨ªtica y de Econom¨ªa. Quedaba claro que Valencia era un cari?o al presidente Camps, que da?aba a Zaplana y descolgaba a Esperanza Aguirre.
Sucede siempre con las designaciones que por cada agradecido aparecen cien rencorosos
Los periodistas segu¨ªan impacientes la sesi¨®n para conectar con los informativos, hac¨ªan comentarios de relleno por si llegaba el momento, pero Rajoy impasible continuaba la lectura pausada de los 11 folios escritos de su intervenci¨®n sin soltar prenda ante una audiencia sedente y desesperada. S¨®lo al llegar a las ¨²ltimas l¨ªneas del folio n¨²mero 9, Rajoy daba los nombres que todos quer¨ªan conocer y propon¨ªa como portavoz del Grupo Parlamentario del Congreso a Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa y del Grupo Parlamentario del Senado a P¨ªo Garc¨ªa Escudero. Era todo un ejercicio de doma rayano en la exhibici¨®n circense que podr¨ªa pasarle factura si los descartados y los desencantados se concertaran para presentar batalla en el Congreso. Sucede siempre con las designaciones que por cada agradecido aparecen cien rencorosos que se sienten preteridos pese a sus mayores m¨¦ritos.
Puede asegurarse que el texto de Rajoy era de su pu?o y letra, sin intervenci¨®n de los escribidores de cabecera a los que los l¨ªderes acuden en estas ocasiones. El presidente del PP divagaba sobre los resultados de las elecciones, reconoc¨ªa que la pretensi¨®n de ganar hab¨ªa quedado incumplida pero subrayaba que se hab¨ªan logrado en t¨¦rminos absolutos y porcentuales m¨¢s votos y m¨¢s esca?os que en las generales de 2004 y que en votos era el segundo mejor resultado del PP de toda su historia, incluido el a?o 1996 en que pudo formar gobierno. Enseguida explicaba que la subida del apoyo popular presentaba disparidades con incrementos de hasta el 18,6% y retrocesos de hasta el 11,9%. Una situaci¨®n que tambi¨¦n afectaba al PSOE, del que dijo que ha perdido votos a favor del PP y s¨®lo los ha ganado a costa de los partidos que apoyaron a Zapatero en la investidura de 2004. Conclu¨ªa destacando la necesidad de reforzar al PP en algunos territorios. Una necesidad perentoria para una fuerza nacional porque imaginemos el desastre que representar¨ªa una futura victoria del PP en las pr¨®ximas generales con resultados tan exiguos como los que acaba de obtener en Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco.
Rajoy rend¨ªa gratitudes p¨®stumas al secretario general, ?ngel Acebes, al portavoz saliente del Grupo Parlamentario del Congreso, Eduardo Zaplana, y al coordinador de la campa?a, Juan Costa. Ped¨ªa la unidad del PP y "la inteligencia para impedir que el PSOE vuelva a ser el refugio de los recelos que todav¨ªa provoca hoy nuestro partido en algunos ciudadanos y en algunos territorios". Unos recelos insist¨ªa "que han tenido a lo largo de nuestra reciente historia democr¨¢tica una indudable influencia a la hora de decidir el voto". O sea, que Rajoy era consciente del peso decisivo atribuido a la advertencia de "?que viene el lobo del PP!" en el ¨²ltimo momento de empu?ar la papeleta de voto. Insist¨ªa en la necesidad de mantener los apoyos y sumar m¨¢s. Otra cuesti¨®n es que semejante prop¨®sito se averig¨¹e imposible como la cuadratura del c¨ªrculo porque para sumar m¨¢s habr¨ªa que arriesgar alg¨²n desprendimiento de los maximalistas que todo lo colorean de excesos.
Tambi¨¦n asomaba la patita el Rajoy m¨¢s razonable cuando reconoc¨ªa la necesidad perentoria de buscar acuerdos de Estado en pol¨ªtica antiterrorista, en pol¨ªtica auton¨®mica, en pol¨ªtica exterior y de defensa, en el papel de Espa?a en la UE, en el modelo de protecci¨®n social y en las pensiones, conforme marca el Pacto de Toledo. De manera m¨¢s urgente se refer¨ªa a las renovaciones del Consejo del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional, paralizadas con el grave destrozo que observamos, y en otras materias para mejorar la actual situaci¨®n de la Justicia. Enseguida terminaba la mano tendida para negarse a renuncia alguna de los puestos en la Mesa del Congreso y quedar a la espera por si disminuyera el n¨²mero de Comisiones Parlamentarias que preside el PP. Veremos c¨®mo se comporta la nueva nomenclatura que tanto disgusta a los postergados. Continuar¨¢.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.