Armas para intervenir

La intensidad de la crisis financiera ha llevado al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, a proponer una reforma a fondo del marco regulador de los mercados que, seg¨²n se han apresurado a interpretar algunos analistas econ¨®micos, roza el intervencionismo y contradice el respeto reverencial al mercado que adorna a la econom¨ªa estadounidense. Aunque el mercado sea muy respetable, hay que felicitarse de que los responsables monetarios de Washington hayan ca¨ªdo en la cuenta de que sus sistemas de supervisi¨®n y control carecen de la eficacia suficiente para enfrentarse a las operaciones bancarias que amenazan la estabilidad financiera. Pero est¨¢ por demostrar que las propuestas concretas de Paulson sean la respuesta que necesita el caos financiero actual.

Conferir m¨¢s poder a la Reserva Federal (Fed) para que pueda investigar las cuentas de los bancos de inversi¨®n es una medida inteligente; pero tanto en este caso como en el de la nueva comisi¨®n federal para vigilar la operativa de concesi¨®n de hipotecas -una de las claves de este desorden-, los buenos resultados futuros depender¨¢n de la capacidad de inspeccionar, y no simplemente de conocer, que se les atribuya. Hoy no est¨¢ claro el alcance de tales atribuciones. Si, como precis¨® Paulson, esta reforma se aplaza hasta que se arreglen "las dificultades actuales", existe el riesgo de que una vez conjurada la crisis se pierda la motivaci¨®n para endurecer la supervisi¨®n. Los bancos pueden y deben ser rescatados desde el sector p¨²blico, pero la contrapartida es que el Gobierno pueda intervenir para evitar las operaciones basura.

Tres trimestres despu¨¦s de que aparecieran los primeros s¨ªntomas, a esta crisis se le aplica s¨®lo el tratamiento adecuado para un problema de liquidez; pero en realidad es de solvencia y confianza bancarias. Seguimos sin conocer su alcance, ni por qu¨¦ el mercado todav¨ªa no es capaz de discriminar entre activos buenos y malos. Pasa el tiempo y las dificultades financieras comprometen cada d¨ªa que pasa a m¨¢s pa¨ªses. No est¨¢ mal que Bush, Paulson y Bernanke hayan visto por fin con claridad cegadora que su regulaci¨®n financiera es incapaz de poner orden en el sistema financiero moderno. Pero siguen sin explicar con qu¨¦ herramientas y recursos atacar¨¢n el fondo de esta crisis.