?No duermes por ver Internet? Ve al m¨¦dico
El uso compulsivo de la Red ya se trata en algunas cl¨ªnicas y centros de desintoxicaci¨®n - Los expertos discrepan sobre si es una enfermedad en s¨ª misma o el reflejo de otras patolog¨ªas
Si lo primero que hace nada m¨¢s levantarse por la ma?ana es encender el ordenador y conectarse a Internet, revisa su correo electr¨®nico cada cinco minutos o pasa m¨¢s de 30 horas semanales -fuera del uso laboral- enganchado a la Red, tiene usted un problema. Algunos le definir¨ªan como un "adicto a Internet". Otros aseguran que este trastorno no existe, y hablan de un uso "excesivo" o "abusivo" de la Red. ?Adictos?, ?simples fan¨¢ticos de Internet? Mientras el debate entre psiquiatras y expertos en nuevas tecnolog¨ªas se acalora, algunos ayuntamientos han incluido la Red en sus planes de adicciones. Adem¨¢s, algunas cl¨ªnicas ya tratan a pacientes de esta "adicci¨®n no qu¨ªmica". Un problema que, dependencia o no, puede condicionar la vida.
Iv¨¢n pasaba unas diez horas al d¨ªa conectado a la Red. Era su vida
Alrededor de un 5% de los pacientes de Proyecto Hombre son 'ciberadictos'
Una mezcla de campamento y cl¨ªnica trata a j¨®venes en Corea
Las p¨¢ginas de sexo, juego o compras son "especialmente adictivas"
Algunas capitales han incluido Internet en sus planes de adicciones
En EE UU un centro da talleres para reflotar la pareja tras una 'ciberinfidelidad'
Pero ?existe la adicci¨®n a la Red?, ?es una enfermedad? La respuesta es complicada. Decenas de estudios lo desmienten. Otros tantos disertan sobre un fen¨®meno que, dicen, ha aumentado en los ¨²ltimos a?os. Alrededor del 5% de casos que trata Proyecto Hombre son por dependencia de Internet y nuevas tecnolog¨ªas, seg¨²n esta asociaci¨®n que atiende a unas 13.000 personas al a?o. A pesar de ello, esta adicci¨®n no figura en el DSM-IV, el manual m¨¢s utilizado en todo el mundo para el diagn¨®stico de des¨®rdenes mentales, editado por la Asociaci¨®n Americana de Psiquiatr¨ªa. "Tampoco la Asociaci¨®n Americana de Psicolog¨ªa la acepta", dice Helena Matute, catedr¨¢tica de Psicolog¨ªa de la Universidad de Deusto.
Una "dependencia" que Iv¨¢n P. dice que ha tenido. Este andaluz de 32 a?os pasaba unas 10 horas al d¨ªa en Internet. "Chateaba, me tiraba siglos en juegos en Red, descarg¨¢ndome m¨²sica, navegando... pero sobre todo comprando", cuenta. Lleg¨® a dejar de dormir por estar m¨¢s tiempo en l¨ªnea. Lo que empez¨® como un hobby termin¨® como un problema. Su pasi¨®n le llev¨® a aislarse del mundo y a buscar otro tras la pantalla del ordenador. Un universo paralelo habitado por bits. "Me encantaban los videojuegos y contactar con otros internautas como yo", cuenta. Si no pod¨ªa conectarse se pon¨ªa irascible e incluso se encontraba mal.
Iv¨¢n fue tratado hace a?o y medio por un problema de "adicci¨®n a Internet" en la cl¨ªnica Capistrano de Mallorca. Estuvo internado cuatro meses. Pas¨® por varios talleres de terapia ocupacional para aprender a dedicar su tiempo a otras cosas que no fuesen la Red. Tambi¨¦n por terapias, individuales y de grupo "para aprender a comunicarse cara a cara y no a trav¨¦s del ordenador", explica V¨¢zquez Roel.
Pero el caso de Iv¨¢n no es el ¨²nico. Capistrano ha atendido a decenas de casos como el suyo en los ¨²ltimos cinco a?os. "La adicci¨®n a Internet es una dependencia no qu¨ªmica que, muchas veces, est¨¢ asociada a otro tipo de h¨¢bitos. Adicci¨®n al alcohol, la coca¨ªna...", asegura el doctor Jos¨¦ Mar¨ªa V¨¢zquez-Roel, director del centro.
P¨¢ginas de sexo, chats o juegos en la Red. Aparte del medio en s¨ª mismo, hay contenidos "especialmente adictivos", seg¨²n el director de la cl¨ªnica Capistrano. "Muchos videojuegos online en los que la violencia est¨¢ continuamente presente, por ejemplo, son peligrosos. Sobre todo para los j¨®venes", asegura.
Pero, seg¨²n este profesional, toda la poblaci¨®n corre el riesgo de "engancharse". Hace un a?o y medio su cl¨ªnica hizo un estudio sobre el "riesgo de la ludopat¨ªa" y el "uso problem¨¢tico de Internet" en las islas Baleares. Entrevistaron a m¨¢s de 800 personas y llegaron a la conclusi¨®n de que el 8% de la poblaci¨®n de esta comunidad, sufr¨ªa dependencia o adicci¨®n a Internet. Una cifra que para el director del centro mallorqu¨ªn es "una radiograf¨ªa" de lo que ocurre en el resto de Espa?a.
Sin embargo, no todos est¨¢n de acuerdo. "Internet, como tal, no es adictivo. No tiene nada que ver con las drogas, que siempre hacen da?o. La Red, no. Cada vez m¨¢s gente usa Internet a diario y sin embargo, no se engancha. Las drogas s¨ª son adictivas", reivindica Helena Matute. "El uso excesivo de Internet puede ser un comportamiento compulsivo, pero no tiene que ver con el tiempo que se utiliza la Red", matiza.
?Pasar el d¨ªa en Internet es una adicci¨®n o una forma de vida? Lo primero que hace Ana R. al llegar a casa es conectarse a Internet. Con un ojo en la televisi¨®n o en las tareas y otro en el Messenger, pasa horas hablando con amigos a los que, la mayor¨ªa de las veces, ha visto hace unas horas. A sus 19 a?os declara que quedarse sin conexi¨®n a la Red es "de las peores cosas" que le puede pasar.
El caso de Ana es com¨²n a muchos j¨®venes. Sienten la necesidad de estar permanentemente comunicados y, para ellos, la manera m¨¢s f¨¢cil y barata es Internet. "Si no me conecto me da la impresi¨®n de que me estoy perdiendo algo", cuenta. En la Red tienen su universo particular, casi siempre calcado al terrenal.
Y como en la vida real, aunque parezca curioso, uno de los lugares donde m¨¢s se habla de adicci¨®n a Internet es en la propia Red. No sin motivo. En el ciberespacio circula la an¨¦cdota de que la primera vez que apareci¨® el t¨¦rmino "adicci¨®n a Internet" fue en un correo electr¨®nico que, en 1995, el doctor Ivan Goldberg envi¨® a varios de sus contactos de un foro de profesionales de salud mental. Un mensaje que, para muchos, fue una broma mal interpretada y que no tard¨® en dar la vuelta al mundo. "Goldberg afirmaba ir¨®nicamente haber descubierto un nuevo s¨ªndrome, el s¨ªndrome de adicci¨®n a Internet, y propon¨ªa crear el primer grupo de ciberadictos an¨®nimos, casi nada", dice Matute en La adicci¨®n a Internet no existe.
Un ingrediente m¨¢s para a?adir al controvertido concepto de dependencia de Internet. Su origen. "T¨¦cnicamente la adicci¨®n a la Red no existe. Lo que genera adicci¨®n no es Internet sino los distintos entornos que lo conforman, y esto con la web 2.0, caracterizada por la participaci¨®n del usuario, y los entornos sociales, se complica", asegura el psic¨®logo uruguayo experto en nuevas tecnolog¨ªas Roberto Balaguer. As¨ª, Internet no es m¨¢s que el medio por el que un lud¨®pata puede tener acceso a millones de juegos sin pasar por el casino. Lo mismo pasa con p¨¢ginas porno o compras. El rizo se enreda, por tanto, mucho m¨¢s: la adicci¨®n al medio no existe, seg¨²n Balaguer, pero s¨ª a lo que se obtiene con ¨¦l. Esa diferencia es similar a la de otros expertos, que aseguran que es vital distinguir a los adictos en la Red de los adictos a Internet.
Pol¨¦mico o no, ¨¦ste es un fen¨®meno muy estudiado. La psiquiatra Kimberly Young, de la Universidad St. Bonaventure (EE UU), lo analiza desde 1998. Young, que habla de "s¨ªndrome de adicci¨®n a Internet", es la creadora del Centro para las Adicciones a la Red. Seg¨²n ella, alrededor del 10% de los internautas estadounidenses padecen adicci¨®n a Internet. Algo que define en su web como: "un comportamiento compulsivo que domina completamente la vida del adicto". Va m¨¢s all¨¢: "El adicto a Internet hace de la Red una prioridad m¨¢s importante que la familia, amigos y trabajo".
En su centro, Young ofrece distintos tratamientos: para la navegaci¨®n compulsiva, la adicci¨®n a eBay, apuestas online, negocios por Internet, cibersexo, ciberpornograf¨ªa... Tambi¨¦n dispone de varios "grupos de apoyo" para familiares de "adictos" o incluso talleres para "reflotar" a la pareja tras una ciberinfidelidad.
"Cada vez son m¨¢s comunes los problemas de dependencia asociados al uso de Internet", dice Young en su web. Una opini¨®n que comparte Luis Bononato, director de Proyecto Hombre de C¨¢diz. S¨®lo en el centro que ¨¦l gestiona han atendido a unas ocho personas por este problema en los ¨²ltimos cuatro a?os. Varios de ellos menores. Bononato reconoce que no es del todo correcto emplear el t¨¦rmino "adicci¨®n a Internet". "Yo intento usar 'abuso' o 'uso inadecuado', porque la dependencia a¨²n no est¨¢ reconocida cient¨ªficamente. Pero incluso los propios pacientes cuando llegan se definen como 'enganchados", contin¨²a. "Esto se terminar¨¢ aceptando como adicci¨®n", afirma.
Pero cu¨¢l es el perfil del supuesto adicto. "Son personas que tienen una actitud compulsiva respecto a Internet. Se conectan varias veces al d¨ªa y si no pueden hacerlo padecen una especie de s¨ªndrome de abstinencia. Se pueden llegar a mostrar irascibles e incluso violentos", explica Bononato. Tambi¨¦n hay otros s¨ªntomas: "Dejan de relacionarse con los amigos de siempre y buscan otros en Internet", sigue.
Un problema m¨¢s agudo si cabe en j¨®venes y ni?os, asegura Bononato, ya que sus padres no siempre identifican el problema. "Sienten la necesidad de estar todo el d¨ªa conectados y se encierran en casa, con el ordenador. Los padres piensan que su hijo est¨¢ en casa y que no est¨¢ haciendo otras cosas por ah¨ª fuera... Despu¨¦s vienen los problemas, la Red se convierte en lo m¨¢s importante en su vida, baja su nivel de comunicaci¨®n cara a cara y llega el fracaso escolar", asegura Bononato.
?ste y otros profesionales identifican al adicto a Internet con el consumidor de otras sustancias: "Suelen tener los mismos problemas. Dificultades para aceptar el propio cuerpo -la Red les posibilita relacionarse con otras personas, pero no desde la imagen que tienen de s¨ª mismos, sino desde la que les gustar¨ªa tener-, baja autoestima, falta de habilidades sociales, falta de afectividad...", resume Bononato.
Pero tanto para el director de Proyecto Hombre C¨¢diz como para V¨¢zquez-Roel cada vez hay m¨¢s afectados por problemas de uso excesivo de Internet. "Crecen igual que crece el n¨²mero de internautas", asegura V¨¢zquez-Roel. Bononato aporta otro ingrediente: "Se incrementar¨¢n m¨¢s cuanto m¨¢s barato sea el acceso a la Red". Hoy 15 millones de personas utilizan frecuentemente Internet en Espa?a -es decir un m¨ªnimo de una vez a la semana-, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Muchos, la mayor¨ªa, se conecta m¨¢s que ese habitualmente y pasa gran parte de su tiempo en el ciberespacio. Seg¨²n el INE, el 81% de los usuarios emplea la Red para enviar correos electr¨®nicos, el 80% para buscar informaci¨®n, el 64% para comprar billetes de avi¨®n o buscar informaci¨®n. Tambi¨¦n para chatear (52%) y descargar pel¨ªculas, m¨²sica o jugar en la Red (48%).
Corea del Sur es un ejemplo de esa teor¨ªa de generalizaci¨®n y abaratamiento. En este pa¨ªs, donde el 90% de la poblaci¨®n tiene acceso a la banda ancha, se han detectado muchos casos de problemas por el uso de Internet. Tanto que la imagen del adolescente muerto frente a la pantalla de su ordenador por agotamiento tras pasarse horas, o incluso d¨ªas, absorto en juegos en l¨ªnea es real. All¨ª el 30% de los menores de 18 a?os corre el riesgo de padecer adicci¨®n a Internet, seg¨²n los expertos. Y es en ese pa¨ªs donde existe una de las cl¨ªnicas m¨¢s duras para tratar esta patolog¨ªa. El Jump Up Rescue School. Una mezcla de centro de rehabilitaci¨®n y campamento militar en el que decenas de j¨®venes reciben tratamiento para liberarse de su adicci¨®n al ciberespacio.
El centro est¨¢ financiado por el Gobierno coreano. En ¨¦l los j¨®venes hacen actividades f¨ªsicas, como carreras de obst¨¢culos o montar a caballo. Tambi¨¦n participan en terapias de grupo en las que los psiquiatras intentan que restablezcan su contacto con el mundo real y dejen de lado el universo virtual en el que estaban sumergidos.
En Espa?a no existe nada similar. Sin embargo, algunas capitales han incluido "el uso incontrolado de Internet" en su Plan de Adicciones y Drogodependencias. Es el caso de Granada. Tambi¨¦n Alberto Ruiz-Gallard¨®n, alcalde de Madrid, anunci¨® antes de las elecciones municipales de 2007 que incluir¨ªa los videojuegos, los m¨®viles e Internet en su Plan de Adicciones.
Al calor de la pol¨¦mica han nacido tambi¨¦n varias cl¨ªnicas que tratan la adicci¨®n a Internet online. Muy criticadas. "La gente acude a estas cibercl¨ªnicas y, si de verdad ten¨ªan alg¨²n problema, dif¨ªcilmente ser¨¢ resuelto", dice Helena Matute. "Muchas veces debajo de lo que se llama gen¨¦ricamente adicci¨®n a Internet se esconden otras patolog¨ªas", asegura.
Vaughan Bell, del Instituto de Psiquiatr¨ªa King's College de Londres comparte la teor¨ªa de Matute. Para ¨¦l la adicci¨®n a Internet no existe. La Red es s¨®lo un medio, no una actividad, por lo que no se puede ser adicto a Internet de forma global. Bell explica que se puede pasear, ver la televisi¨®n o chatear compulsivamente, pero eso no quiere decir que estas actividades sean adictivas. Bell sostiene que las personas que se refugian en Internet y desarrollan un comportamiento compulsivo lo hacen para escapar de la realidad. "Tienen un problema de miedo al fracaso y falta de sociabilidad", dice.
"Mucha gente viaja con el port¨¢til y va buscando wifi gratis all¨¢ donde est¨¢n. Lo usan como una forma r¨¢pida y barata de contacto. No es adicci¨®n, es comodidad y ahorro. Como llevarse su propio cepillo de dientes", describe Antonio Delgado, experto en Internet y nuevas tecnolog¨ªas. "Normalmente, los que hablan de adicci¨®n a Internet son organismos que tienen una empresa que cura el tema", critica.
Para Delgado todos estos problemas se solucionar¨ªan "fomentando" la educaci¨®n en nuevas tecnolog¨ªas. "Los ni?os deben saber manejar esta herramienta correctamente, igual que se les ense?a el uso correcto de la televisi¨®n, los videojuegos o a relacionarse socialmente", dice. Enfermos o no, muchos usuarios se aferran a la Red como una forma de mantenerse dentro de su propia realidad, comunicados con sus contactos. Un h¨¢bito que, llevado al extremo puede perjudicar.
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