Dith Pran, fot¨®grafo de prensa
Testigo del genocidio camboyano, su drama inspir¨® la pel¨ªcula 'Los gritos del silencio'
Era un fot¨®grafo valiente. Persiguiendo las noticias por Nueva York, esquivaba coches e ignoraba gritos hostiles. No le iba a asustar cualquier bocazas callejero cuando ¨¦l hab¨ªa salido del infierno. En su caso, el infierno fueron los campos de exterminio del Jemer Rojo. Su epopeya fue narrada en Los gritos del silencio, la pel¨ªcula de Roland Joff¨¦ que triunf¨® en 1984: Haing S. Ngor, el m¨¦dico camboyano que encarn¨® su personaje, conquist¨® un Oscar como mejor actor secundario.
Dith Pran, de 65 a?os, muri¨® el domingo en New Brunswick (Nueva Jersey), v¨ªctima de un c¨¢ncer de p¨¢ncreas. En su Camboya natal, Pran hab¨ªa trabajado de traductor para los militares estadounidenses y en un hotel, hasta que conoci¨® a Sydney H. Schanberg, corresponsal de The New York Times. Formaron un buen equipo: el estadounidense le invit¨® a convertirse en su fot¨®grafo y Pran le evit¨® peligros mortales.
Con la conquista de Phnom Penh en 1975, Camboya qued¨® a merced del nuevo Gobierno comunista de Pol Pot. Tras rebautizar el pa¨ªs como Rep¨²blica Popular de Kampuchea, se inici¨® el monstruoso experimento de ingenier¨ªa social que acabar¨ªa aproximadamente con la tercera parte de la poblaci¨®n. Pran no pudo escapar y debi¨® camuflar su identidad: se hizo pasar por un pueblerino que ejerc¨ªa de taxista. Enviado al campo para su "reeducaci¨®n", sufri¨® palizas y sobrevivi¨® comiendo ratas e incluso carne de cad¨¢veres.
En 1978, los vietnamitas invadieron el pa¨ªs y derrocaron al Jemer Rojo, que retom¨® la lucha de guerrillas. Pran pudo volver a su pueblo y comprob¨® que la mayor¨ªa de su familia hab¨ªa sido exterminada. Cuando supo que las nuevas autoridades se hab¨ªan enterado de su relaci¨®n con estadounidenses, huy¨® hacia Tailandia a finales de 1979.
All¨ª le rescat¨® su amigo Schanberg, que le cre¨ªa muerto. Se ocup¨® de conseguirle papeles para que emigrara a Estados Unidos (el periodista hab¨ªa hecho lo mismo con su mujer e hijos, antes de que comenzaran las masacres). Schanberg cont¨® sus terribles aventuras en Muerte y vida de Dith Pran, un art¨ªculo para The New York Times que en 1985 se convirti¨® en libro de ¨¦xito y, nueve a?os despu¨¦s, en pel¨ªcula.
Pran reh¨ªzo su vida como fot¨®grafo con el mismo The New York Times, pero consagr¨® el resto de sus energ¨ªas a la denuncia del holocausto camboyano, contando sus experiencias ante todo tipo de p¨²blicos y trabajando en organizaciones de ayuda a las v¨ªctimas. Se negaba a la trivializaci¨®n de su biograf¨ªa y advert¨ªa que en la vida real no hab¨ªa un "happy end": ¨¦l se divorci¨® de su esposa y tuvo que superar la muerte en 1996 de su ¨¢lter ego cinematogr¨¢fico, el doctor Ngor, que fue asesinado en Los ?ngeles por un pandillero.
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